Este artículo se publicó hace 17 años.
Angela Merkel propaga el miedo al islam
La canciller alemana dice en el congreso de la CDU que no quiere que los minaretes sean más altos que las iglesias
La cultura rectora de los conservadores alemanes tiene una nueva reinvindicación: los minaretes no pueden ser más altos que los campanarios de las iglesias.
Así lo dijo ayer la canciller, Angela Merkel, en el congreso con el que su partido aprobará su nuevo programa en Hannover. “Los minaretes no pueden construirse ostensiblemente más altos que las iglesias”, reclamó la presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
Un destino de inmigración
Para Merkel, está claro que Alemania es un destino de inmigración donde los extranjeros son bienvenidos, “pero las sociedades paralelas no tienen nada, pero absolutamente nada que ver con el talante abierto”, subrayó en su discurso de apertura del congreso, que duró una hora y cuarto y fue largamente aplaudido por el millar de delegados democristianos que acudieron a esa ciudad del norte alemán.
La delegada Christine Köhler es diputada federal por el land (estado federado) de Hesse. Tiene 30 años, fue en la anterior legislatura la parlamentaria más joven del Bundestag y ejerce ahora su segundo mandato.
La cuestión de la integración de los extranjeros es para ella “un tema importantísimo”. “En Alemania viven 3,5 millones de musulmanes y partede ellos son radicales, no quieren la Constitución sino la sharía”, explica.
Köhler hace hincapié en el adjetivo utilizado por la canciller. Merkel habló de su oposición a ver mezquitas “ostensiblemente” más altas que las iglesias, es decir, sólo en el caso de que su altura se planee en el paisaje urbano “como demostración de poder”.
Más allá de eso, a esta joven diputada le parece incluso positivo que los musulmanes abandonen la oscuridad de los patios traseros para rezar y lo hagan en mezquitas.
En ciudades como Fráncfort y Colonia hay proyectos de mezquitas que están despertando resistencias por parte de los vecinos, y de los políticos.
Hay casos para todos los gustos. Muchas veces, las autoridades municipales buscan (y encuentran) algún defecto formal en los permisos de construcción, y el contencioso se queda en los despachos.
Manifestaciones xenófobas
Pero, por ejemplo, en Pankow, un barrio del este de Berlín, el mero anuncio de que se iba a construir una mezquita de dimensiones no precisamente llamativas provocó una manifestación abiertamente xenófoba a la que se sumaron neonazis. En la capital alemana viven 210.000 musulmanes.
La reclamación a los extranjeros de que se integren mejor fue un guiño de Merkel a las bases democristianas.
En general, la presidenta de la CDU ofreció un discurso sereno y sin estridencias. Reivindicó para los democristianos “el centro” del que han huido sus socios de coalición, los socialdemócratas del SPD, empujados a la izquierda por inercia en un país donde un potente tirón económico coincide con un aumento de la preocupación por las desigualdades sociales.
En las últimas semanas, la grieta entre los dos socios de Gobierno ha ido aumentando, ya que ambospartidos buscan posicionarse de cara a las próximas elecciones en 2009.
“No queremos nunca más socialismo, porque el socialismo acaba siempre en totalitarismo, tanto si se pretende como si no, destruye la sociedad y destruye al individuo”, proclamó Merkel en uno de los momentos más calientes de su discurso.
La ahijada política de Helmut Kohl sabe de lo que habla, porque creció en la República Demócrática Alemana (RDA). Su partido se despedirá en este congreso del programa neoliberal aprobado hace tres años en Leipzig.
A algo menos de dos años de las próximas elecciones, Merkel tiene buenas cartas para lograr la reelección.
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