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Se agrava la salud de los presos saharauis en huelga de hambre

Un allegado de un huelguista denuncia que "tienen problemas para moverse y van en silla de ruedas"

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La vida del activista saharaui Ali Salem Tamek se apaga por momentos. Inició una huelga de hambre hace 34 días y desde hace tres está hospitalizado y se teme por su vida, según fuentes cercanas. El 8 de octubre de 2009, Tamek fue arrestado junto a otros seis activistas que regresaban de un viaje a los campos de refugiados en Tinduf (Argelia) nada más aterrizar en Casablanca.

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Allí se reunieron con familiares a los que llevaban décadas sin ver, pero las autoridades marroquíes les acusaron "de atentar contra la seguridad de la nación" y les encarcelaron.

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En un futuro inmediato podrían ser llevados ante un tribunal militar y ser condenados a muerte. Pero pasa el tiempo y su fecha de juicio sigue sin fijarse. Por eso, el mes pasado, hartos de estar en la versión marroquí del limbo decidieron iniciar una protesta definitiva: estarían en huelga de hambre hasta que fueran juzgados o puestos en libertad.

Desde entonces ha pasado más de un mes y han logrado que otros 30 presos saharauis se hayan unido a su huelga añadiendo la petición de mejoras en sus condiciones carcelarias.

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"Todos tienen problemas para moverse y van en silla de ruedas. Han perdido entre 7 y 14 kilos en la última semana. Son comunes los dolores estomacales, de articulaciones, las fiebres y las alteraciones en el ritmo cardiaco", informó a Público desde Marruecos el allegado de uno de los huelguistas.

Las autoridades marroquíes les acusan de "atentar contra la seguridad de la nación"

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La situación de Tamek, de 36 años, es especialmente delicada porque su cuerpo está ya muy debilitado por las 21 huelgas de hambre previas y las duras condiciones de las cárceles marroquíes. Sufre complicaciones gastrointestinales, asma y reuma.

Su compañero Brahim Dahan, otro de los defensores de derechos humanos más conocidos del Sáhara Occidental, padece una grave úlcera.

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Pese a todo, han decidido llevar su protesta hasta las última consecuencias. "Se sienten bien moralmente al tratarse de una lucha justa y legal y no tienen miedo a que les trate un tribunal militar porque tienen la conciencia tranquila. Creen que son ahora los marroquíes los que tienen miedo", dice el allegado entrevistado.

También cuentan que los médicos que les atienden intentan quitar importancia a los problemas de salud que padecen, ya que los atribuyen "a que tienen hambre", añade.

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El Frente Polisario cree que el Gobierno marroquí ha cambiado de estrategia y ahora aplica un nuevo castigo por temor a que más presos en sus cárceles se sumen a la huelga de hambre.

Su delegado en España, Bucharaya Beyún, denunció ayer que los últimos grupos que han regresado desde Tinduf "no han sido detenidos al aterrizar en Casablanca como el Grupo de los siete, pero en cambio han sufrido palizas a su llegada a El Aaiún".

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Así sucedió, según Beyún, con el grupo que llegó el mes pasado, formado por 12 personas, y el de la semana pasada, de 16 integrantes. Beyún teme que los 10 saharauis que salieron ayer rumbo a Tinduf desde Casablanca sean represaliados del mismo modo.

"Lo único que piden es un juicio con garantías o que les pongan en libertad", cuenta el delegado del Frente Polisario. "Llevan más de seis meses detenidos esperando juicio", añade. "El que peor está es Ali Salem Tamek, que ya lleva tres días en el hospital", confirma Beyún.

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Otros 30 presos saharauis se han unido a la huelga de hambre

La hija de Tamek, Thawra, acaba de hacer un emotivo llamamiento para pedir su excarcelación. "Mi padre, a quien amo, me llamó Thawra (Revolución) para que esa palabra fuese la primera que yo oyese y a la que respondiese (...), quiso que fuese la semilla de una revolución que crece, que resiste, que permanece", dice Thawra.

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La hija de Tamek confiesa que tiene miedo de que su padre pierda la vida en esta huelga de hambre, pero jura que no se rendirá: "No me cansaré de llorar en alto liberad a mi padre, liberad a todos sus compañeros y marchaos para no volver. Nos habéis convertido en huérfanos, nos habéis separado, alejado y apresado. ¿No estáis ya satisfechos de todos los crímenes que habéis cometido?".

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