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El acuerdo de Lula con Irán no convence a EEUU

Washington presenta en el Consejo de Seguridad una resolución de sanciones contra Teherán por su programa nuclear

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El plan apadrinado por Brasil y Turquía para resolver el conflicto que las potencias occidentales mantienen con Irán por su programa nuclear no ha impresionado a la Casa Blanca. EEUU presentó, tal y como tenía previsto desde hace semanas, ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, un borrador para imponer nuevas sanciones económicas contra Teherán. El texto cuenta con el apoyo del resto de miembros permanentes del Consejo, Reino Unido, Francia, China y Rusia, además de Alemania.

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Washington no está satisfecho con el acuerdo firmado el lunes en el que Irán se comprometía a enviar su uranio a Turquía y obtener el combustible nuclear enriquecido hasta el 20%, el nivel suficiente para abastecer su reactor científico de Teherán destinado al tratamiento del cáncer. Las potencias occidentales sospechan que Irán, como ya ha anunciado, seguirá enriqueciendo uranio por su cuenta, lo que podría tener como finalidad la fabricación de armas nucleares. Extremo que el Gobierno iraní siempre ha negado.

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Estados Unidos ha logrado persuadir a Rusia y a China, los miembros del Consejo de Seguridad más escépticos en presionar a Irán, para proponer nuevas sanciones comerciales contra Teherán. Se espera que la votación tenga lugar a principios de junio. "Hemos alcanzado un acuerdo para presentar un duro borrador (de sanciones) con la cooperación de Rusia y China. No creemos que sea una casualidad que Irán haya aceptado ese acuerdo justo cuando íbamos a presentar el borrador en Naciones Unidas", dijo Clinton.

El borrador tiene el apoyo de Reino Unido, Francia, Rusia y China

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Queda por ver qué hacen el resto de miembros del Consejo de Seguridad ante la última carta jugada por Irán. Pekín dejó abierta la puerta para seguir negociando sin aplicar nuevas sanciones. "China espera que el acuerdo ayude al proceso de resolver de forma pacífica el asunto nuclear iraní a través del diálogo y la negociación", dijo Ma Zhaoxu, el portavoz de Exteriores chino.

Francia también mostró cierto interés por el acuerdo. El presidente francés, Nicolas Sarkozy se reunió en privado con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la Cumbre Unión Europea-América Latina que se celebró en Madrid. Sarkozy se comprometió a tratar el acuerdo en el llamado G-6 (los miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania), que llevan la negociación nuclear con Irán.

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Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro turco, también en Madrid, hizo campaña por el pacto que el día anterior había firmado con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. El primer ministro turco dio un mes a Irán para cumplir con el envío de los 1.200 kilos de uranio poco enriquecido (al 3,5%). "Si no cumple se quedará solo", dijo Erdogan.

Erdogan da un mes de plazo a Irán para cumplir con su parte del plan

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Ankara tendría mucho que perder en el caso de que se endurecieran las sanciones contra Teherán. El 30% del gas que consume Turquía procede de Irán, país con el que tiene un intercambio comercial de unos 9.000 millones de euros.

Según el acuerdo, Irán recibirá 120 kilos de uranio enriquecido al 20% por parte del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) para su reactor de investigación médica. Uno de los puntos pendientes en el texto es el lugar en el que se enriquecerá el uranio, ya que Turquía no cuenta con la capacidad para hacerlo. Su papel será el de un banco que guarda un depósito y que Teherán podrá reclamar si considera que no se está cumpliendo lo firmado.

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En la anterior propuesta rechazada por Irán y similar al acuerdo del lunes, Rusia iba a enriquecer el uranio y Francia encapsularlo en barras de combustible. El encapsulado del uranio enriquecido al 20% supone el principal problema tecnológico para los iraníes.

"Lo que nos interesa es el apoyo de países como China, Francia, Rusia", afirmó durante la cumbre de Madrid el asesor especial para Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio García García, quien no dudó en admitir que Brasil y Turquía, en la actualidad miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, buscarán incorporarse al G-6. "Al fin y al cabo hemos conseguido lo que ellos no lograron: negociar con Irán. Es lógico que estemos en las discusiones", afirmó.

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Brasil y Turquía buscan más peso en los organismos internacionales

Lula ha dado un golpe de efecto diplomático. "Nos gustan las negociaciones discretas", dijo García. Pero la apuesta del presidente brasileño por mediar en el conflicto con Irán es arriesgada. Va a irritar a algunos países, puede comprometer sus aspiraciones a un puesto permanente en un renovado Consejo de Seguridad de la ONU y comprometer a su candidata, Dilma Rousseff, en las presidenciales brasileñas del 3 de octubre. "Aún así, Lula pensó que merecía la pena. Pero le insistió a Irán en que es una iniciativa de amigos. Si Irán decide perder a sus amigos, será su responsabilidad", concluyó García.

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El borrador de diez páginas que fue presentado a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pide la ampliación de las sanciones contra Irán ya aprobadas en las tres resoluciones anteriores. También muestra su preocupación por el nivel de enriquecimiento de uranio alcanzado por Irán.

El plan contempla la prohibición de la apertura de bancos iraníes en el extranjero y de las transacciones económicas con el país. La Guardia Revolucionaria iraní sigue siendo un objetivo prioritario y se recomienda “una vigilancia global”.

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Una de las novedades es la autorización para registrar los barcos iraníes en los puertos internacionales o en alta mar si se sospecha que transportan material relacionado con su programa nuclear.

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