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Venezuela decide entre Chávez y la renovada vieja derecha

Empiezan las votaciones tras un cierre de campaña en el que se han sucedido las acusaciones mutuas entre los equipos del presidente y de su rival Capriles

 

ALFREDO SERRANO

Venezuela decide hoy entre dos opciones de país. Chávez y Capriles representan, sin lugar a dudas, modelos contrapuestos en múltiples aspectos programáticos y modos muy diferentes de presentarse como político. Por un lado, Hugo Chávez se somete una vez más a unas elecciones democráticas. En contra de lo que proclama la prensa más hegemónica, el presidente venezolano es uno de los mejores ejemplos en someterse a la opinión/votación del pueblo. En estos años, Chávez ha recibido el respaldo mayoritario del pueblo en muchos momentos electorales con una contada excepción (referéndum de reforma constitucional del 2007). Esta será otra prueba de fuego. Chávez se presenta a sí mismo tal como es, sin marketing ni disfraz. Directo, hablador, carismático, líder, estadista y revolucionario.

El presidente bolivariano defiende la profundización de un proceso de transformación a favor de las grandes mayorías basado en la recuperación soberana de los recursos naturales y la puesta en marcha de políticas sociales integrales muy ambiciosas. En el otro lado, está Capriles, quien a pesar de su imagen juvenil, es el candidato del pasado. El opositor fue diputado con el partido tradicional de la derecha que siempre gobernó para una minoría privilegiada. A diferencia de su contrincante, Capriles requiere mostrarse como modelo en muchos de los carteles publicitados en esta campaña electoral. Abusa de su imagen de chico de moda para modernizar su discurso que pretende posicionarse en el pretendido centro-escondite para toda la derecha mundial. Modula su discurso sin guiño explicito a la clase que representa queriendo figurar como una nueva opción más amigable para todos. Más que un político, parece un actor de Hollywood.

La campaña terminó mostrando nítidamente cómo es cada candidato

La campaña terminó mostrando nítidamente cómo es cada candidato. Ninguna campaña tiene capacidad para modificar el fuerte perfil político de Chávez. El presidente no es fruto del efervescente juego de marketing. En estos meses, Chávez ha mostrado todo los logros irrefutables en materia de pobreza, sanidad, educación, condiciones de vida, vivienda y empleo. Ha sido autocrítico en la falta eficacia en la implementación de muchas políticas públicas, en la gestión y en la mayor necesidad de 'sintonía fina' de la administración pública, en los problemas de seguridad, y muy especialmente, en el gran salto que todavía resta para una economía con mayor desarrollo productivo.

Chávez ha confesado la necesidad de destinar más tiempo a los problemas nacionales concretos después de reconocer un excesivo esfuerzo en aras de la revolución política en los primeros años de su proyecto y de las relaciones internacionales para contribuir a una geopolítica regional y mundial más justa. Con Capriles sucede todo lo contrario; la campaña favoreció la venta de un nuevo producto. Su proyecto de país es una gran oferta electoral. Los mítines, las entrevistas y la propaganda gráfica van construyendo a un nuevo personaje más estético que político. Mucho maquillaje, gestos estudiados, pose forzada, sonrisa obligada y mensajes cortos y claros como mecanismos mercantiles para atraer votos de cualquier clase social. Sabedor de la lealtad de los suyos, Capriles fue cambiando su rostro electoral para ser un presidente simpático para todos. Lo mismo hablaba del modelo Brasil que de su idolatría por los Estados Unidos.


Decenas de caraqueños hacen cola durante la jornada de elecciones presidenciales. EFE/M. GUTIÉRREZ

La jornada previa a la contienda transcurrió sin contratiempos y fue aprovechada por el jefe de la misión de acompañamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Carlos Álvarez, para ensalzar el profceso electoral. 'Tengo que decirles que somos muy optimistas. Por unanimidad, desde los sectores políticos de la oposición, desde el presidente de la Conferencia Episcopal, desde los propietarios de los medios, hemos recibido la impresión de la excelencia (...) del sistema electoral venezolano', señaló Álvarez.

El enviado de Unasur destaca la 'excelencia del sistema electoral venezolano' 

El mandatario venezolano, que se había reunido con Álvarez salió ante los medios para mostrar su convencimiento de que la votación se realizará de manera pacífica. 'Hago un llamado a todos los actores políticos, todos, de izquierda, de derecha, de centro, a que nos preparemos emocionalmente, nos preparemos anímicamente para aceptar el resultado de mañana, no se le va a acabar el mundo a nadie, porque hay quienes entran en desespero', declaró.

Entretanto, y mientras Chávez hablaba a la prensa, Capriles escribía en su cuenta de Twitter lo siguiente: 'A esta hr (hora) algunos siguen con la misma cháchara de siempre, los mismos cuentos, con la diferencia que estos ya son de despedida!'. En las últimas horas, los equipos de campaña de ambos candidatos aprovecharon para dar sendas ruedas de prensa en las que se hicieron mutuas acusaciones sobre rumores difundidos a través de las redes sociales y llamadas telefónicas anónimas a hogares venezolanos haciendo campaña.

El 96,5% de los venezolanos se han registrado para poder votar  Y es que estas elecciones no son como las anteriores. La derecha busca la primera piedra de dominó en el tablero latinoamericano. La revolución requiere más tiempo. Los catorce años de Chávez han provocado que el actual debate electoral no se haya nucleado sobre la vieja dicotomía 'neoliberalismo sí, neoliberalismo no'. Estos años obligan a un nuevo eje: el chavismo. La disputa es otra porque el desplazamiento ideológico es notorio: el chavismo marca pro futuro nuevas categorías políticas, económicas y sociales. La incorporación de las grandes mayorías en la nueva Venezuela hace que no haya vuelta atrás por el momento. Discursivamente, Capriles ha preferido proponer un modelo 'vivir mejor' evitando cuestionar y confrontar demasiado lo realizado por el presidente Chávez. El problema es que para proponer 'vivir mejor', primero es preciso que se viva bien, y esto, al menos, quien lo ha logrado es Chávez. Capriles nunca explicó cómo hará que la gente viva mejor sin que esto afecte al vivir bien de las mayorías. Chávez, con sus fallas, lo que sí ha conseguido es que gran parte del pueblo comience a vivir bien. Algo no menor en un país que partía con deuda social acumulada para las mayorías.

Ciudadanos venezolanos hacen cola para votar en Caracas. EFE/M. GUTIÉRREZ

En esta contienda electoral, se enfrentan Chávez y Capriles. El presidente, un político de carne y hueso, con virtudes y defectos, sin disimular su socialismo y con mucho rostro de pueblo. El candidato opositor, un espejismo mediático con anhelo de despolitización de la política, con discurso de amor y paz para todos, de mucha concertación de aparente prestidigitador, y sin saberse muy bien si la cabra tirará al monte, o si se quedará abajo donde las clases populares demandan más cambios.

Para los comicios de este domingo, están llamados a votar alrededor de 18,9 millones de venezolanos, de los cuales algo más de 100.000 se han registrado en el extranjero. En España, se han inscrito alrededor de 20.300 personas que podrán depositar su papeleta en 46 mesas de votación distribuidas en Madrid, Barcelona, Santa Cruz de Tenerife, Bilbao y Vigo. Las autoridades presentan las cifras de registro -el voto no es obligatorio en Venezuela- como un éxito, puesto que se han apuntado el 96,5% de los ciudadanos con derecho a sufragio. La cifra de no inscritos ha caído desde el 20% en 1998 al 3,5% actual. El Gobierno venezolano ha presentado estas elecciones como un ejemplo de organización y transparencia y, con este fin, ha aprobado la participación de hasta 687 observadores nacionales. El Consejo Nacional Electoral también contará con unos 200 acompañantes internacionales, once de ellos españoles.

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