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Los escaños adicionales pueden decidir los comicios

Una peculiaridad del sistema puede romper el empate entre izquierda y derecha

G. SANS MORA

Los llamados überhangmandate, o mandatos adicionales, son una peculiaridad del sistema electoral alemán que, por primera vez, podrían decidir las elecciones, dado el empate técnico entre los dos bloques de partidos a la derecha y a la izquierda del hemiciclo que pronostican los sondeos en las últimas semanas.

En las elecciones federales, los alemanes depositan dos papeletas en su circunscripción: una para el candidato de su elección y otra para la lista del partido.

El sistema da prioridad a los mandatos directos, es decir, la votación al candidato, que se eligen por mayoría simple. Por ello, con relativa frecuencia ocurre que en uno de los 16 länder los estados federados que forman Alemania los candidatos de un partido obtienen en la votación por mandato directo más escaños de los que logra el partido en la votación por lista. En ese caso, la diferencia a favor se suma al número total de diputados que en un principio tenía asignado ese land.

Pongamos por ejemplo un land ficticio en el que se eligen 100 diputados en total. Los electores dan a la lista de un partido una proporción de votos que permitiría enviar al Parlamento Bundestag a 40 diputados. Sin embargo, en la votación por candidatos ese mismo partido consigue que sus aspirantes a diputados ganen en 48 circunscripciones electorales, es decir, ocho más. En ese caso, el partido enviará el número de diputados que más alto y que más le beneficie, es decir, 48. Y la cantidad total de diputados asignada a ese land se eleva sumando los ocho diputados de más, y pasa de 100 a 108.

El problema se ha agudizado en los últimos años por varios motivos, entre ellos por el hecho de que cada vez más alemanes votan a partidos distintos en la votación por candidato y en la votación por listas. En 1957 sólo lo hacían el 6,4%. En 1990, tras la unificación alemana, esa proporción pasó al 15,6%, y en las últimas elecciones alcanzó el 24%.

Otro motivo para el aumento de los escaños adicionales es la fortaleza del partido La Izquierda en los estados federados del este del país, donde obtiene resultados parecidos a los socialdemócratas del SPD y a la democracia cristiana del CDU.

En esos seis länder, los partidos mayoritarios no son dos como en el resto del país, sino tres. Por ejemplo, en el land de Baden-Württemberg (suroeste), la lista de la CDU obtuvo el 39,2% de los votos. Esa proporción da 30 escaños. Pero ese partido se hizo con 33 de los 37 mandatos directos que se disputaban en total el land. Así, la CDU conquistó tres escaños más de los que le corresponderían por lista. Por tanto, el grupo de candidatos elegidos que la CDU de Baden-Württemberg envió al Bundestag aumentó de 30 a 33.

En la práctica, el sistema de los mandatos adicionales significa que es imposible determinar antes de las elecciones cuántos diputados habrá en cada Bundestag. Se sabe el mínimo, pero no el máximo. El próximo Parlamento tendrá un mínimo de 598 escaños, a los que habrá que sumar los mandatos adicionales que surjan.

Los grandes partidos son los que suelen sacar provecho de los mandatos adicionales. Hace cuatro años, el SPD obtuvo nueve y la CDU de Angela Merkel siete. Esta vez, distintos politólogos han calculado que la CDU será el partido más beneficiado, con un número insólito de 20 mandatos adicionales, algo que le permitiría tener una mayoría suficiente de escaños junto con sus aliados liberales aunque ambos sumen juntos sólo el 45% de los votos.

Merkel ha proclamado su voluntad de gobernar con los liberales del FDP aun en el caso de que esa alianza no obtenga una mayoría porcentual de votos, pero sí de escaños gracias a la ayuda de los mandatos adicionales.

El sistema de los mandatos adicionales puede causar efectos absurdos: por ejemplo, un partido puede ganar un diputado en un land si pierde votos en otro. El Tribunal Constitucional declaró ilegal parte del sistema electoral alemán en julio de 2008 y dio de plazo hasta 2011 para corregir sus defectos. Pero la gran coalición no ha hecho los deberes.

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