Irán vive las peores protestas desde la caída del Sha en 1979 y en las que ya han muerto siete personas. Miles de seguidores del candidato opositor Mir Hosein Musaví marcharon ayer por las calles de Teherán para protestar por el fraude que denuncian en las elecciones presidenciales del viernes que adjudicó una abrumadora victoria al actual mandatario Mahmud Ahmadineyad.

La Policía iraní detuvo ayer a varios dirigentes reformistas entre los que destacan el ex vicepresidente Mohammad Ali Abtahi y el asesor de Musaví y Mohammad Atrianfar. Abtahi tiene uno de los blogs más visitados del país y desde el que suele pedir reformas en el país. Durante el fin de semana, casi doscientas personas fueron arrestadas, entre ellas varias figuras políticas, intelectuales y periodistas partidarios de la reforma.

Mientras Musaví exige una repetición de las elecciones, el liderazgo político religioso realizó ayer un mínimo gesto hacia la oposición para intentar aplacar los ánimos. El poderoso Consejo de Guardianes aceptó ayer revisar los resultados pero solo lo hará en las urnas donde se hayan denunciado irregularidades. 'Estamos dispuesto a recontar los votos en aquellas urnas donde los candidatos crean que se ha cometido fraude', afirmó el portavoz del Consejo Abbas Ali Kadkhodai.

Nada de anular el resultado que dio la victoria al ultraconservador Ahmadineyad con un 63% de los votos por un 34% de Musaví.

El líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jameneí, respaldó ayer el recuento parcial de los votos. En declaraciones a la televisión estatal, las máxima autoridad de Irán aseguró que si 'el recuento de los votos ayuda, se debe hacer en presencia de un representante de cada candidato para que nadie tenga dudas'.

Ali Akbar Mohtashamipour, encargado de la seguridad del proceso electoral denunció ayer gran parte de las irregularidades registradas en la votación del viernes. 'En algunas regiones votaron el 140% de las personas registradas. Y en esas zonas, el 100% votó por Ahmadineyad', denunció Mohtashamipour.

A pesar de que el propio Musaví pidiera a sus seguidores que no se manifestaran, miles de iraníes marcharon por las calles de Teherán hasta la sede de la televisión pública iraní.

El comunicado de Musaví para frenar a sus seguidores fue el primero que emitió la televisión iraní desde la celebración de las elecciones. Los medios estatales prácticamente rogaban a los iraníes que no acudieran a ninguna manifestación, en especial a la convocada frente a la sede de la televisión.

Casi en silencio, levantaban los brazos y hacían el signo de la victoria, mientras portaban folios blancos con el nombre del candidato reformista que ha denunciado fraude en los comicios del pasado viernes.

La manifestación, que no había sido autorizada, no ha podido ser seguida por la prensa internacional, a la que el ministerio de Orientación y Guía Islámica canceló ayer los permisos para informar en la calle y les advirtió que no pueden cubrir eventos que no cuenten con una autorización especial.

Al mismo tiempo, miles de seguidores de Ahmadineyad, se manifestaron en el sur de la ciudad. Una marcha convocada con numerosos anuncios en los medios iraníes.

Musaví logró convocar el lunes cerca de un millón de personas en la misma zona, concentración que acabó con siete personas muertas, decenas de heridos y centenares de detenidos al intervenir las fuerzas de seguridad.

Las milicias de los basiyis, el grupo leal al presidente patrullaban por las calles de Teherán. Montaban centros de detención temporales en las calles en las que se encontraban. Allí interrogaban a cualquiera que pudiera parecer ser seguidor de Musaví.