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Despliegue de policías y paraguas en Tiananmen

 Veinte años después, el Partido Comunista optó ayer por un arma menos violenta para despejar la emblemática plaza

A. R.

La madrugada del 4 de junio de 1989, el régimen chino optó por mandar al Ejército a desalojar por la fuerza a miles de manifestantes de la plaza de Tiananmen y sus alrededores, provocando una matanza de decenas de estudiantes y civiles.

Veinte años después, el Partido Comunista optó ayer por un arma menos violenta para despejar la emblemática plaza pekinesa de posibles manifestantes o periodistas extranjeros: el paraguas. Miles de policías, agentes de paisano y voluntarios del PCCh patrullaban ayer con el paraguas abierto por Tiananmen para protegerse del sol abrasador y evitar cualquier intento de protesta.

'La semana que viene todo volverá ser normal, ahora váyanse', dijo un agente de uniforme.

La policía impidió también que el grupo de Madres de víctimas de Tiananmen celebrara un encuentro convocado a las 11.15 de la noche del miércoles en el puente de Muxidi, donde murieron varios estudiantes. Las Madres de Tiananmen viven prácticamente en arresto domiciliario desde la matanza.

El Gobierno quiere borrar de la memoria pública lo ocurrido en Tiananmen, un suceso que no se enseña en las escuelas ni se menciona en los medios de comunicación. Pero la mayoría de los pekineses mayores de 30 años aún recuerda la tensión vivida durante la caza de los manifestantes. 'Estamos aquí porque sabemos lo que ocurrió', dijo una pareja de pekineses en Tiananmen. Un joven de rasgos chinos y pasaporte norteamericano se sentó en la posición de oración budista pero fue desalojado rápidamente por la Policía después de serle solicitada su documentación.

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