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Un 12 de octubre en una excolonia española en guerra

El mismo día de la Fiesta Nacional, los saharauis celebran su unión para rechazar la colonización española. Es su primer Día de la Unidad Nacional tras romperse el alto el fuego con Marruecos, y el presidente Brahim Gali ha sido tajante: "Estamos en guerra y seguiremos en guerra y España tiene que asumir su responsabilidad".

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Mujeres saharauis asistien a un mitin con motivo del Dia de la Unidad Nacional Saharaui en el campamento de Bojador. — JAIRO VARGAS

enviado especial a Tinduf (CAMPAMENTOS DE REFUGIADOS SAHARAUIS), Actualizado:

Mientras las calles de Madrid se llenaban de desfiles militares y el cielo se cubría con banderas de humo rojigualda que evocan pasadas glorias y conquistas, en un campo de refugiados en pleno desierto argelino, Mohamed Embarec Mohamed Salem recuerda que su DNI era español cuando era joven, aunque lo perdió cuando tuvo que escapar de la invasión marroquí del Sáhara.

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Hoy tiene 77 años, viste el tradicional darraa saharaui celeste y un turbante negro que desenvuelve rápido, apenas se ha sentado sobre en la alfombra que cubre el suelo de arena de su jaima, para mostrar su alegría por la visita de periodistas extranjeros tras casi dos años de pandemia.

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No sabe que hoy se celebra la Fiesta Nacional española. Para él, el 12 de octubre solo hay una celebración posible, el Día de la Unidad Nacional saharaui, la efeméride de una nación sin tierra que conmemora el día en el que se organizó definitivamente para rechazar la colonización española y, después, la ocupación marroquí. Este año es la primera vez que lo celebran después haberse roto el alto el fuego que el Frente Polisario pactó con Marruecos en el 91.

Aunque Mohamed Embarec no haya acudido a los actos oficiales, entre té y té, no esconde su entusiasmo por la vuelta a las armas, que considera "necesaria e irreversible". Él también luchó contra los marroquíes en los años 80, perdió grandes amigos en el campo de batalla y se le siguen saltando las lágrimas cada vez que rememora un conflicto que, aunque muchos daban por extinto, siempre ha estado latente.

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Sea de mayor o menor intensidad, los saharauis vuelven a estar en guerra, y en el campamento de refugiados de Dajla, en Tindouf (Argelia), el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, ha sido tajante en su discurso ante sus compatriotas. "Estamos en guerra y seguiremos en guerra hasta lograr nuestro objetivo final, el derecho de autodeterminación y la independencia", ha dicho en un recordatorio expreso para España, país del que no hace tanto el Sáhara Occidental era su provincia número 53. Fue 12 de octubre de 1975 cuando se disolvió la Yemá, una suerte de parlamento regional compuesto por notables y líderes tribales saharauis, de los que varios eran diputados de las Cortes franquistas españolas.

El presidente de la RASD y líder del Polisario, Brahim Ghali, durante su discurso este martes en el campamento de Djala con motivo del Día de la Unidad Nacional saharaui. — JAIRO VARGAS

Ese día anunciaron su adhesión a la lucha por la descolonización y su reconcomiendo del Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui. Y eso es exactamente lo mismo que ha recordado el Tribunal General de la Unión Europea en su reciente sentencia que declara ilegales los acuerdos de pesca entre Marruecos y la UE en las aguas del Sáhara ocupado: que el Polisario es el único representante que puede decidir sobre los recursos de los territorios saharauis.

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Para Ghali, que ha exhibido un buen estado de salud tras su polémico viaje secreto a España para tratarse del coronavirus, esta decisión es "una llamada explícita a todos los países de la UE y del mundo para que se ponga fin a la ocupación marroquí, que es una ilegalidad". Pero también representa "una llamada para que el Estado español asuma su responsabilidad y se deshaga de una pesada deuda por su caótica salida del Sáhara tras de los vergonzosos acuerdos tripartitos de Madrid (1975), que no lo absuelven de su deber como poder administrador del Sáhara occidental", ha insistido.

España cedió entonces la administración del territorio a Marruecos y Mauritania, pero nunca su soberanía, que tampoco legó a los propios saharauis en un referéndum como hizo en los años 60 con Guinea Ecuatorial. Por eso, la ONU sigue considerando a España como la potencia administradora del único pueblo que todavía no ha podido ejercer su derecho a la autodeterminación tras la salida de las potencias europeas de África.

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Poco después de los Acuerdos de Madrid, Hassan II organizó la Marcha Verde y una riada de civiles marroquíes se precipitó sobre los territorios saharauis exigiendo su soberanía. Los militares españoles salieron del Sáhara abandonando a su suerte a sus propios ciudadanos, y Marruecos tomó el control a base de represión, matanzas y bombardeos que obligaron a buena parte de los saharauis a buscar refugio en el desierto argelino. Este martes, alguno de ellos se acercaba hasta el mitin de Ghali, que ha prometido unidad y pelea "por la memoria de todos los mártires saharauis".

Mohamed Embarec no tenía ni 30 años cuando tuvo que escapar dejando atrás una vida entera. Fue nómada beduino durante años, aunque tras las primeras protestas nacionalistas saharauis, la Administración española comenzó a incluirlos y a facilitarles ciertos empleos. Él consiguió uno en una compañía española de construcción de carreteras y caminos. "Se llamaba Cubiertas. No fueron malos años, trabajé con los españoles hasta el 74 y había una convivencia bastante pacífica y positiva en muchos aspectos", explica el anciano. "Durante años, el Sáhara y España fueron la misma cosa. Y eso no debería perderse del todo. Con el pueblo español tenemos buenas relaciones, y nos gustaría tener", dice.Aunque cuando empezaron a soplar los vientos de independencia, el joven Mohamed Embarec no dudó en apoyarlos, pese a la represión española.

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Mohamed Embarec, refugiado saharaui en el campo de Dajla, Argelia. — JAIRO VARGAS

Recuerda que 17 de junio de 1970, el tercio de la Legión Española disparó contra los manifestantes saharauis que salieron a las calles de barrio de Zemla, en El Aaiún, con pancartas que rezaban: "El Sáhara para los saharauis". Fue la primera gran respuesta al colonialismo español, los heridos y los muertos se contaron por decenas. "Yo corrí y no me pasó nada, pero mucha gente tuvo que salir incluso de la ciudad para que las fuerzas españolas no los atraparan", explica. Sidi Brahim Basir, primer líder nacionalista saharaui, fue arrestado y encarcelado ese. "Nunca más apareció. Solo los españoles sabrán donde está su puerto", lamenta Mohamed Embarec, que incide en que todos estos hechos fueron el germen de Día de la Unidad Nacional que celebran ahora.

El anciano, tras su etapa militar, recaló en el campamento de Djala en el 89, y sigue esperando que el conflicto se solucione. Está por ver si el reciente nombramiento de Staffan de Mistura como enviado especial para el Sáhara Occidental dará el impulso requerido al proceso de diálogo liderado por Naciones Unidas, tras el que España se escuda para no tomar un rol más activo en el conflicto, como le afeado Ghali. Una vía que con la vuelta a las hostilidades a lo largo del Berm, el muro construido por Marruecos y que separa el Sáhara Occidental ocupado de los que el Polisario considera liberados, se hace más apremiante.

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