Cuando la fotografía se deja acariciar
publicado el 25 de Octubre de 2024
Aunque requiere algo de entrenamiento, alguna explicación y dominar la lectura braille, cualquier persona con discapacidad visual puede experimentar, sentir y rozar fotos de grandes profesionales de la talla de Sebastiao Salgado, Ben Striton, Ulla Lohman, Ilvy Njiokikjien o Ian Threhelme, éste último persona ciega y sorda de nacimiento a consecuencia haber padecido el síndrome Usher RP tipo 2. "Necesito el título de la foto y su descripción", comenta Christian Sáinz, ciego total por un accidente desde los 18 años y miembro del equipo de transformación digital de la ONCE. Para disfrutar de estas fotos en relieve es necesario un poco de aprendizaje, reconoce: "Cuando ya has tocado otras fotos, te familiarizas con las texturas como el cabello de las personas o las ramas de los árboles".
La exposición Mundo Invisible, que se celebra este fin de semana en la sede de la Dirección general de la ONCE en colaboración con Ilunion y Canon, selecciona 12 obras icónicas de otros tantos fotógrafos para mostrarlas con un suave y preciso relieve. Se pueden tocar y sentir. Es, como dicen sus organizadores, "una exposición de fotografía que no necesitas ver".
Las imágenes que se tienen una enorme fuerza visual y cuentan varias historias a la vez. No sólo se exhibe cada fotografía en su formato original, sino que también se reproducen imitando el efecto de alguna lesión o degeneración visual. Y lo más sorprendente de todo es una tercera imagen, en relieve y a la altura de las manos, en la que se puede acariciar cara matiz, cada textura de estas obras. Un texto en braille explica qué aparece en cada imagen, y la exposición también cuenta con una audioguía que puede descargarse en el móvil.
Con la ayuda de una precisa tecnología de impresión, esta exposición muestra una forma nueva de transmitir ciertas sensaciones que las artes y la cultura, en este caso la fotografía, también deben incluir a personas con discapacidad visual.