¿Funciona la desensibilización sistemática para reducir la ansiedad?

Teniendo en cuenta la teoría de que no pueden darse simultáneamente dos estados fisiológicos incompatibles, la desensibilización sistemática lleva más de seis décadas siendo uno de los principales métodos de psicoterapia para reducir la ansiedad. ¿Y cómo lo logra? Fomentando el estado fisiológico incompatible con la ansiedad: la relajación

A continuación, te mostramos los principales elementos que conforman el proceso de desensibilización sistemática y varias de las aplicaciones de la misma, especialmente efectiva en fobias y trastornos tan habituales como la claustrofobia, el trastorno de ansiedad social o hasta la fobia al dentista. 

Desensibilización sistemática: relajación vs. ansiedad 

Mujer con ojos cerrados - Fuente: Unsplash
Mujer con ojos cerrados – Fuente: Unsplash

El psiquiatra sudafricano Joseph Wolpe, formado en psicología conductista, desarrolló el principio de la inhibición recíproca o inhibición antagonista inspirándose en las teorías de su colega Charles Scott Sherrington, Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la función de las neuronas.  

Sherrington señaló, en este sentido, que la estimulación nerviosa de un músculo es capaz de inhibir el movimiento del músculo contrario: si se contrae el bíceps del brazo, se relaja el tríceps como músculo opuesto, un mecanismo fisiológico protector que fue denominado Ley de Sherrington

¿Podría este principio ser aplicable también a la faceta psicológica del individuo? Si tenemos en cuenta que la ansiedad tiene también un gran componente de respuesta fisiológica —sudoración, temblores, aceleración del pulso, incremento de la tensión muscular, etc.— Wolpe consideró que este fenómeno de complementariedad “tensión-distensión” podría aplicarse también a las reacciones psicológicas: es decir, no podemos estar relajados y ansiosos al mismo tiempo.  

Surge así la inhibición recíproca, herramienta de psicoterapia que se postula como la base teórica de la desensibilización sistemática: una respuesta de Wolpe ante los repetidos fracasos en el uso de técnicas psicoanalíticas que había probado para tratar de revertir la neurosis de los soldados mientras trabajaba como médico del ejército sudafricano. 

¿Cómo funciona la desensibilización sistemática? 

Síntomas del trastorno de ansiedad social 
Ansiedad

Tal como está planteada, la desensibilización sistemática se adscribe a las terapias de exposición, una técnica de terapia conductual que implica exponer al paciente a la fuente de ansiedad en un contexto de pleno control por parte del terapeuta.

No obstante, la desensibilización sistemática no expone al sujeto directamente a la fuente de ansiedad, sino que introduce varias fases y recursos para evitar los riesgos de dicha exposición directa: 

  • Técnicas de relajación. Es el principal elemento que forma parte de esta técnica de psicoterapia. La relajación muscular, como la de Jacobson, y el control de la respiración, como la diafragmática o profunda, son herramientas para inhibir la ansiedad. De esta forma, el sujeto puede “discriminar los niveles de tensión y relajación de los distintos grupos musculares a través de ejercicios tensión/distensión” como se señala en este artículo
  • Jerarquía de estímulos. Con ayuda del terapeuta, el individuo construye una lista de varios estímulos jerarquizados según su capacidad para generar ansiedad. De esta forma, se ordenan los pasos que se deben dar para el manejo de la situación que genera ansiedad. Esta fase de la desensibilización sistemática, por tanto, trata de acercar al paciente al pleno conocimiento del estímulo ansiógeno: solo si conoces bien lo que temes, lo puedes controlar. 
  • Contracondicionamiento. Una vez dominadas las técnicas de relajación, así como el estímulo que genera la ansiedad, se puede trabajar el contracondicionamiento, una técnica conductual clásica, de forma que el individuo asocie dicho estímulo con las respuestas de relajación, en vez de con la ansiedad.  
  • Práctica de imaginación. En vez de exponer al sujeto al estímulo ansiógeno directamente como en otras terapias de exposición, se pide que imagine situaciones vinculadas al estímulo para trabajar los recursos descritos.  
  • Finalmente, se conjugan los diferentes recursos trabajando la desensibilización sistemática mientras se ponen en práctica las técnicas de relajación y el contracondionamiento hasta que el individuo deje de sentir ansiedad (o la minimice) en estas situaciones imaginadas. Recordemos, en este sentido, que lo característico de las fobias es que no se necesita tener una experiencia directa con el estímulo fóbico para que se adquiera la fobia. Imaginar las consecuencias sin experimentarlas de forma directa resulta suficiente para generar ansiedad.

Desensibilización sistemática: del ascensor al dentista 

Trastorno mental - Fuente: Pexels
Trastorno mental – Fuente: Pexels

Todo aquel que tenga una fobia sabe lo que supone en su vida cotidiana, especialmente cuando conlleva conductas de evitación: no subir a un ascensor por sentir claustrofobia, no acudir al dentista, aunque nos duela una muela, cambiar de acera cuando pasa un perro, temblar solo de pensar en el práctico para obtener el carné de conducir, o evitar cualquier contacto social con personas desconocidas. 

La sensibilización sistemática ha demostrado ser una de las técnicas más efectivas para luchar contra esta clase de fobias y trastornos en ámbitos como los siguientes: 

  • Claustrofobia. Este caso de un chico de 19 años muestra hasta qué punto la claustrofobia asociada al uso de ascensores puede afectar la vida cotidiana de una persona demostrándose el beneficio del tratamiento con desensibilización sistemática.  
  • Niños con autismo en el dentista. Este artículo muestra como la DS puede ser de gran ayuda para el correcto tratamiento odontológico de niños con autismo.  
  • La competición. Este artículo nos muestra como la DS también puede ser aplicado en contextos competitivos donde la ansiedad es un elemento habitual.  
  • Volar en avión. Otra fobia habitual que puede ser manejada con técnicas de relajación muscular, en conjunción con jerarquías de estímulos y contracondicionamiento. 
  • Fobia social. Este caso nos muestra cómo el trastorno de ansiedad social también puede ser controlado con la desensibilización sistemática. El tratamiento se llevó a cabo en 36 sesiones en tres direcciones: reducción de la respuesta condicionada utilizando entrenamiento de respiración y exposición gradual “in vivo”, modificación de las ideas irracionales y mejora de las habilidades interpersonales a través del entrenamiento en negación asertiva y expresión de emociones.  


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