La rhodiola es otra de las plantas medicinales que ha incrementado su fama en los últimos tiempos, y que puedes encontrar en diversos productos farmacéuticos para reducir el estrés e incrementar la resistencia física, entre otras cualidades.
Pero ¿qué dicen los estudios sobre esta planta? ¿Es conveniente consumirla? Esto es lo que debes saber sobre las propiedades y beneficios de la rhodiola por si la estás tomando o estás pensando en consumirla.
¿Qué es la rhodiola?
La rhodiola, también conocida como rosa polar (Rhodiola rosea), es una planta medicinal que crece que manera natural en zonas de Europa, Rusia y Canadá. Su raíz es lo que se utiliza para aprovechar sus propiedades, por lo que en ocasiones también se hace referencia a ella como raíz del ártico o raíz de oro.
Propiedades de la rhodiola
Las propiedades de la rhodiola proceden del extracto de raíz, por lo que se consideran potentes. Entre sus principios activos destacan la rosina, la rosidrina, el tyrosol y el salidrósido. El conjunto hace que se le atribuyan diversos beneficios y que se utilice en el preparado de suplementos vitamínicos. Por ello, es posible adquirir rhodiola en farmacias, herboristerías y tiendas naturistas.
Dice la leyenda que era la planta que consumían los vikingos en infusión para aumentar su fuerza antes de la batalla. Y, en la actualidad, todavía se conserva la tradición de regalar un ramo de raíces de rhodiola a los recién casados en Siberia.
Beneficios atribuidos
Tradicionalmente se considera que la rhodiola contribuye a disminuir el nivel de estrés, además de incrementar las energías, la fuerza y la resistencia físicas, reducir el colesterol y la fatiga, proteger el sistema cardiovascular y retrasar los signos del envejecimiento. También se le atribuye la cualidad de favorecer el reforzamiento del sistema inmunológico y ayudar al organismo a hacer frente a situaciones tensas, además de potenciar y mejorar la concentración, la memoria y los procesos de aprendizaje.
Estudios científicos
Como suele suceder en estos casos, los científicos advierten de la poca probabilidad de que una sola planta aglutine tal cantidad de propiedades y beneficios como los que se le atribuyen. Por ello, es más probable que los estudios científicos avalen solo algunos de ellos y, con la poca cantidad que se ha realizado hasta el momento, en la mayoría de las ocasiones, con matices.
En la monografía Rhodiola rosea: una opción fitoterapéutica para el manejo del estrés prolongado, se recogen los diferentes estudios en los que se ha demostrado cómo el consumo de rhodiola en los sujetos de estudio daba como resultado una mejora ante el estrés y la disminución de la fatiga y de la ansiedad, así como efectos positivos para combatir el síndrome de burn out, si bien con muestras pequeñas.
Efectos secundarios y contraindicaciones
Si quieres aprovechar esos beneficios, es necesario que tengas en cuenta los efectos secundarios y recomendaciones antes de su consumo como suplemento, al igual que sucede con este tipo de productos.
En principio, los ensayos clínicos confirman que el consumo de rhodiola es seguro siempre y cuando su administración no supere los cuatro meses. Además de ello, no se debe tomar con café, alcohol o bebidas energéticas. Tampoco con ansiolíticos, antidepresivos ni sustancias naturales para combatir la ansiedad ni el estrés.
Las personas de tensión baja han de evitarla, puesto que reduce la presión arterial. Por lo que respecta a niños y mujeres embarazadas y/o lactantes no se recomienda su consumo, puesto que no se ha estudiado su inocuidad. En el resto de los casos, los efectos secundarios más frecuentes de tomar rhodiola son la sequedad bucal, una mayor producción de saliva y mareos.
Cómo tomar rodhiola
Es posible tomar rhodiola de diferentes formas, aunque en ningún supuesto se recomienda consumirla por la noche, ya que puede provocar insomnio o trastornos del sueño. Una de las formas más rápidas de consumir esta planta medicinal es en gotas, pues la encontrarás a la venta en solución oral, de manera que podrás ingerir una cucharadita.
Otro método de consumo es la infusión de rhodiola, sencilla de preparar. Para ello, solo tendrás que adquirir las raíces secas para infusionar o comprarla en bolsitas listas para introducir en el agua hirviendo. Quienes prefieran las cápsulas, también las encontrarás en el mercado, compuestas por el extracto seco de raíz de rhodiola. Es frecuente que se presenten con otras plantas medicinales y vitaminas. Por último, el polvo de rhodiola es buena opción para aquellos que prefieran añadirla a sus zumos, batidos y yogures.
En ningún caso excedas las dosis recomendadas en los envases, y antes de comenzar a tomarla, consulta a tu médico o especialista de si la rhodiola es adecuada para ti o debes usar mejor otros complementos vitamínicos o suplementos alimenticios.
