Mindfulness al aire libre: prácticas para conectar con la naturaleza en verano

El verano es una de las mejores épocas del año para practicar mindfulness al aire libre y desconectar de los problemas y la rutina diaria. Son muchas las fórmulas para beneficiarse del mindfulness, con las cuales mejorará tu estado de ánimo y contribuirás a tu bienestar emocional.

Estas son las prácticas para conectar con la naturaleza en verano que te permitirán disfrutar del mindfulness al aire libre. ¡Verás como aprovechas esta estación del año para conectar contigo mismo, relajarte y gozar de la tranquilidad!

¿Qué es el mindfulness?

Mujer junto al lago
Mujer con una taza junto a un lago/Foto: Pixabay

Se habla mucho del mindfulness, y en los últimos años se ha puesto de moda, pero no todo el mundo tiene claro lo que es. Otras personas tienen cierta confusión respecto al término, por lo que vale la pena dejar claro de qué hablamos cuando mencionamos el mindfulness.

De manera general podemos definir el mindfulness como un método con el que se busca conseguir focalizar toda la atención en el momento presente. Con ello se pretende conseguir centrarse en lo que se está viviendo en el preciso instante en que se practica, aceptando la situación sin más, sin cambiar ni interferir en lo que nos rodea.

Practicar el mindfulness significa ser capaz de renunciar a los estímulos que recibimos diariamente a través de pantallas, señales de teléfono y ruidos, que nos distraen del aquí y el ahora, para ser capaces de concentrarnos en nosotros mismos y en lo que físicamente nos rodea. Las fórmulas para lograrlo son diversas, pero hay algunas especialmente adecuadas y sencillas para hacer al aire libre para iniciarnos en el mindfulness. La naturaleza siempre ayuda a darnos paz y a reencontrarnos con nosotros mismos.

Salir a caminar

Mujer caminando por el bosque
Mujer caminando por el bosque/Foto: Pixabay

Comenzamos por la forma más sencilla de iniciarse en el mindfulness: salir a caminar por la naturaleza. Ya sea en un bosque, en la playa o a las orillas de un río, camina despacio, acompasando tu respiración y observando tu entorno. Concéntrate en el sonido de los pájaros, en la sensación de la brisa sobre tu piel, en los reflejos que los rayos de sol roban de las aguas del río… Según avances en tu caminar, verás cómo vas percibiendo otras cosas, y te sentirás fluir con el entorno, liberando tu mente de inseguridades, problemas y preocupaciones.

Respiración de la abeja

Otro ejercicio sencillo de mindfulness para realizar al aire libre es el conocido como la respiración de la abeja (Bhramari Pranayama). Solo tienes que sentarte de manera cómoda en un entorno natural tranquilo, cerrar los ojos, taparte los oídos y respirar lentamente. Cuando exhales el aire tienes que pronunciar la letra m hasta el final de la respiración. Primero haz solo unas pocas repeticiones y, a medida que controles respirar usando el diafragma, para que las exhalaciones duren más tiempo, podrás incrementar el número de repeticiones.

El sonido que se emite al practicar la respiración de la abeja, similar a un zumbido, es lo que le ha dado nombre a esta técnica. Con ella verás cómo disminuirá tu ansiedad, se disipará tu ira y te irás tranquilizando sin dificultad.

Sesión de yoga

Mujer meditando en el campo
Mujer practicando yoga en el campo/Foto: Pixabay

Una de las maneras más efectivas para disfrutar de los beneficios del midfulness es dedicar algo de tiempo a una sesión de yoga. La respiración en consonancia con el control de nuestro cuerpo, en un ambiente que facilita la relajación, hará que resulte más sencillo y efectivo practicarlo para conseguir un efectivo estado meditación.

Si no tienes experiencia, puedes comenzar con posturas sencillas como sukhasana, la postura básica y sentado con las piernas cruzadas; medio loto, con las piernas flexionadas y el pie derecho sobre la rodilla izquierda; y savasana, acostado boca arriba.

Imitar a la rana

Este es un ejercicio de mindfulness muy sencillo para toda la familia, ideal para iniciar a los niños. Se trata de imitar a la rana. Ya sea en el bosque, junto al lago o un río, es necesario sentarse y permanecer inmóvil durante largo tiempo tal y como hacen estos animales. Las ranas permanecen quietas mucho rato, solo concentradas en su respiración pausada y observando su entorno. Emula el comportamiento de estos anfibios, siéntate en silencio, y verás qué fácil resulta aprender a meditar. Si enseñas a los peques de la casa esta fórmula, se estarán iniciando en la meditación como un juego.

Mindfulness en la playa

Mindfulness en la playa
Mujer meditando a la orilla del mar/Foto: Pixabay

La playa puede ayudarte a practicar mindfulness, aunque para ello lo mejor es que hagas estos ejercicios en las horas en las que haya menos afluencia de gente, porque te resultará más fácil aislarte de los ruidos. Siéntate a la orilla del mar, cierra los ojos y concéntrate en el sonido de las olas cuando rompen contra la orilla. Intenta que tu atención se centre incluso en el más lejano murmullo del agua que puedas escuchar, y no dejes que nada enturbie tu concentración. Al respirar, sé consciente del olor a salitre en el aire y, si coges arena entre los dedos, percibe su tacto. Fíjate en esos detalles durante unos instantes y verás qué calma y tranquilidad sientes cuando vuelvas a participar de lo que sucede en tu entorno.



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