¿Puede una 'pepperoni' prever una guerra? La teoría sobre las pizzas que pide el Pentágono y las crisis internacionales

Publicado el 15 de abril del 2024

Nada como urdir la invasión de un país con una pepperoni entre las manos. Qué sería de los golpes de Estado en Latinoamérica sin la posibilidad de saborear una sencilla margarita. Imposible conspirar al más alto nivel sin llevarse al boquino una cuatro estaciones en condiciones, con su quesito untuoso, sus buenos tropezones y esa barbilla grasienta que se le queda a uno poco antes de ultimar las coordenadas de un ataque preventivo.

Y es que pizza y balística parecen maridar a la perfección. No lo digo yo. Ni siquiera es una presunción del equipo Tremending. Lo dice una teoría un tanto descabellada de un tal Esteban Actis, especialista en datos y política internacional, doctorado en la Universidad de Princeton y docente de la Universidad Nacional de Rosario, para más señas.

Según Actis, a la hora de vaticinar una posible crisis internacional auspiciada por EEUU deberíamos tener en cuenta –más allá de las herramientas que nos provee el buen periodismo– un indicador insospechado, a saber; el volumen de pizzas despachadas en los establecimientos cercanos a los centros neurálgicos del Gobierno de EEUU, tales como la Casa Blanca o el Pentágono.

Según este investigador, un aumento brusco de los pedidos en las pizzerías colindantes a estos centros de decisión podría tener un efecto sorpresivo y fulminante en otra parte del mundo, concretamente en aquellos países y/o páramos en el desierto que no estén alineados con los garantes del mundo libre, esos que pueden matar o mandar matar mientras saborean una cuatro quesos.

A este indicador se le ha llamado, no sin cierta sorna, el Pizza Meter, que traducido al castellano sería el Pizzómetro y que, sin ánimo de sentar cátedra (no deja de ser una curiosidad analítica), ha causado interés en lo que vienen siendo las redes sociales.