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Cartel promocional de la segunda temporada de 'Todos Mienten'. Foto: Movistar Plus+
Cartel promocional de la segunda temporada de 'Todos Mienten'. Foto: Movistar Plus+
Un fotograma de Eva Santolaria, como Yolanda, en la segunda temporadad de 'Todos Mienten'. Foto: Movistar Plus+
Un fotograma de Eva Santolaria, como Yolanda, en la segunda temporadad de 'Todos Mienten'. Foto: Movistar Plus+

El regreso de ‘Todos mienten’: ¿Hasta dónde llegarías para proteger a tu hijo?

Los adictivos enredos familiares y los secretos de Belmonte se vuelven a desplegar sobre el tablero de juego. Pau Freixas y Eva Santolaria recuperan su particular Cluedo para hacernos reflexionar sobre la única gran verdad: cualquiera tiene razones para callar.

Aurora Muñoz

«Este es el tipo de sitio que es Belmonte: uno en el que todo el mundo sonríe, pero mira hacia otro lado mientras el problema no sea suyo. Todos nos esforzamos en esconder nuestras mierdas. Creemos que, si parecemos felices, es que lo somos. Pues no. No lo somos. Iván tampoco lo era. Y no hicimos nada hasta que fue demasiado tarde. Todos somos culpables de su muerte», espeta Lucía (Berta Castañé) a todos sus vecinos en el capítulo de arranque de la segunda temporada de Todos mienten. Estas palabras son parte de su discurso en un funeral costero, junto a los acantilados, con el que todos los rostros conocidos de este thriller despiden al adolescente fallecido en la primera entrega. Es ahí donde la partida de Cluedo vuelve a empezar este 14 de diciembre en Movistar Plus+. Tras el hallazgo del cadáver, a la mayoría de los habitantes de esta localidad apacible y burguesa les ha faltado tiempo para volver a encender sus barbacoas y continuar con sus vidas como si nada hubiera sucedido. Sin embargo, Maite (Miren Ibarguren) tiene todavía un asunto pendiente como policía jefe. El presunto autor del asesinato, Néstor (Leonardo Sbaraglia). Esa fuga podría haber sido su mayor dolor de cabeza, si no fuera porque sus amigas Macarena (Irene Arcos) y Ana (Natalia Verbeke) silencian un enorme secreto: ambas mataron y se deshicieron del cuerpo de Néstor tirándolo por una cantera.

Si crees que lo has visto todo, mira una vez más

Ese es el punto en el que terminó la trama de la anterior temporada y tanto ellas como los espectadores se quedaron convencidos de que ya nada podía sorprendernos, pero Pau Freixas y Eva Santolaria han decidido darle un giro al guion y demostrar a todos que las mentiras pueden ser aún más enrevesadas de lo que parece. «La historia se nos quedó con algunos conflictos ocultos que era una pena desestimar y nos daban la oportunidad de empezar muy calentitos, con una continuidad inmediata, en la segunda temporada», explica Freixas.

Santolaria fue la gran defensora de afrontar ese reto que desmonta por completo todo el relato de los hechos que asumimos como ciertos hace un año. La actriz no solo interpreta a Yolanda, uno de los personajes centrales de esta intriga coral, sino que además comparte con el director la elaboración del guión. «Ayuda mucho trabajar como intérprete, porque ves a los personajes desde otra perspectiva. Sabes que las protagonistas creen que lo tienen todo controlado, pero tú sabes que puede desmoronarse», cuenta divertida. Así fue como decidieron que la calma terminase con un cliffhanger en el episodio de retorno. La Policía encuentra un nuevo cadáver en una cabaña abandonada. Está descompuesto por la cal y es irreconocible, pero lleva puesto el anillo de Néstor y todo apunta que es él. ¿Cómo puede ser?, ¿qué hace en ese lugar? y, si no fuese Néstor, ¿de quién es ese cuerpo? La cabeza de la audiencia se pondrá rápidamente a funcionar para intentar averiguar, de nuevo, quien miente. ¿O quizá es que nadie dice la verdad?

La maternidad y otros dilemas morales

A este juego, se suman nuevos personajes. Por una parte, Alberto San Juan se pondrá en el pellejo de Beto, un agente que llega a Belmonte para ayudar con el caso a Maite, después de que en la central intuyan que su implicación personal con víctimas y sospechosos puede entorpecer la investigación. Él, en cambio, hace alarde de ser un experto en anteponer la razón a los sentimentalismos, pero tampoco es ajeno a los tejemanejes que se dan en Belmonte. Antes de convertirse en oficial, pasó su infancia allí y conoce a muchos de los implicados. A algunos, incluso demasiado. Pero el pasado no solo se desempolva con la irrupción de este protagonista.

También conoceremos a Ángela (Kiti Mánver), la madre de Macarena y Sergio (Juan Diego Botto), que optó por desaparecer de sus vidas hace mucho tiempo y ahora ha reaparece aquejada de un cáncer terminal. «No os mentiré. Durante épocas largas no he pensado en vosotros. He sido feliz, he tenido mis historias… Aunque os parezca increíble, las madres tenemos nuestra propia vida, no solo pensamos en los hijos», reivindica el personaje en un alegato políticamente incorrecto.

Las relaciones entre madres e hijos son los temas centrales de esta nueva entrega. Todos mienten afronta con valentía el reto que ya han aceptado otras series recientes como La Mesías y a Sagrada Familia de romper con la conceptualización de la maternidad como una experiencia única que solo se puede abordar de una forma correcta. «No sé si la entrada de las mujeres en los equipos de guionistas es clave, pero lo cierto es que hasta ahora siempre se había mostrado la maternidad en la ficción y en la vida de una manera idealizada. Creo por eso tenía muy mala prensa en el ámbito privado. El hecho de que aparezcan otras maneras diferentes de entender la maternidad es muy importante», considera Santolaria. «Tú puedes creer que estás siendo una madre maravillosa, pero tu hija que piensa que eres lo peor y su objetivo es parecerse lo menos posible a ti; de la misma manera en que a lo mejor tú has vivido lo mismo con su abuela. Nos pasamos la vida juzgando y no dejamos que la gente sea, que se equivoquen y sobre todo, no permitimos que puedan decir en voz alta: ‘A lo mejor me he equivocado’. Todo eso que se calla, no dejan de ser mentiras», concluye.

El personaje de Mánver introduce una reflexión sobre el derecho de nuestros progenitores a desear haber dado marcha atrás, pero va aún más allá y obliga al espectador a recordar algo tan evidente como poco reflejado y es que los padres no dejan de ser personas, con sus defectos y sus bondades. «Hay muchas series que hablan de maternidades tóxicas, pero esas son las que tienen las puertas abiertas. Los personajes masculinos que adoptan ese rol te caen bien porque lo que los hombres hemos hecho históricamente es abandonar a la familia y convertirnos en el antihéroe. El protagonista es mítico y legendario, aunque sea un cabrón en muchos aspectos de su vida. Ellas, en cambio, no pueden adoptar ese papel y, si lo hacen, llevan la etiqueta de malas madres. No simpatizas con ellas. En cambio, en Todos mienten son las mujeres las que hacen avanzar la historia y lo importante ya no es qué ha provocado su actitud como madres, sino cómo van a salvar su culo. Ellas son las protagonistas, más allá de que tengan hijos y una trama familiar. Ese foco particular de cada una es lo que me hace sentir más orgulloso», confiesa Freixas. Al fin y al cabo, como ya adelanta el tráiler, los habitantes de Belmonte pueden parecer una panda de tarados, pero ¿y las risas?