Ecologismo de emergencia

La "dictadura activista" de Feijóo

Juantxo López de Uralde

Coordinador de Alianza Verde

El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, atiende a medios a su salida del pleno de investidura. -ALBERTO ORTEGA / Europa Press
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, atiende a medios a su salida del pleno de investidura. -ALBERTO ORTEGA / Europa Press

Reconozco que salí entristecido de la sesión de investidura de Feijóo en el Congreso. Y no por el resultado, que era a todas luces previsible para un PP incapaz de forjar mayorías, ni siquiera con sus colegas conversadores del PNV o Junts, sino por el (mal)trato que recibió la lucha contra la crisis climática a lo largo del mismo. Me explico.

A pesar de que hemos sufrido un verano pleno de anomalías climáticas que han puesto, una vez más, de manifiesto la emergencia climática en la que estamos inmersos, el asunto ha pasado desapercibido a lo largo de todo el debate. No importa que hayamos batido nuevamente el récord de temperatura global en este pasado verano, ni que nuestro país esté inmerso en un proceso galopante de calentamiento. La crisis climática ha estado ausente una vez más del debate parlamentario.

La única referencia relevante al cambio climático en el debate ha sido para constatar que el Partido Popular se suma a la demagogia populista y negacionista de la extrema derecha. Me refiero, claro, a esa frase de Feijóo rechazando lo que él ha denominado "dictadura activista del cambio climático", asumiendo con esa simple frase el discurso trumpista. Es una mala noticia lo que esas palabras anuncian, que, por cierto, fueron alabadas por el propio Abascal, que asumía con orgullo su autoría original.

Si hay alguna dictadura en materia climática, esa es la que impone la industria de los combustibles fósiles con la complicidad y consentimiento de gobiernos de todo tipo y condición. Este año de 2023 nuevamente se batirá el récord de emisiones de CO2. A pesar de los acuerdos internacionales, un año tras otro las emisiones siguen aumentando. Eso sí es una dictadura, porque somete a todos los habitantes de la tierra a un creciente deterioro de nuestra casa, nuestro Planeta.


A esa imposición se oponen activistas, siempre pacíficos, que trabajan sin descanso para abrir salidas, alternativas a este proceso de deterioro ambiental que parece cada vez más irreversible.

NO hay ninguna dictadura activista. Es rotundamente falso. Una (otra) afirmación fake. Pero, una vez más, eso es lo de menos: al igual que cuando la fiscalía incluyó el ecologismo radical como una forma de terrorismo en su informe anual, aquí lo que se está haciendo es la creación de un marco. Un marco en el cual el activismo ecologista es socialmente despreciable y debe ser combatido. Por eso se utilizan esas expresiones que no son baladíes. Son profundamente dañinas e intencionadas.

Es lamentable - aunque no sorprendente - que el Partido Popular se haya sumado a esa retórica falsa de la ultraderecha. Mañana ellos mismos te dirán que la defensa de la Naturaleza no es de derechas ni de izquierdas. Pero... no se te ocurra levantarte para defenderla, porque entonces te convertirás en un dictador terrorista. Así, las petroleras podrán seguir con sus negocios sucios sin que nadie se interponga en ellos.


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