Posos de anarquía

El libre mercado nos empobrece

El libre mercado nos empobrece
Terraza en el Raval de Barcelona. - David Zorrakino / Europa Press

El impuesto sobre los beneficios extraordinarios a las empresas energéticas, al que se opusieron radicalmente PP y Vox, apenas ha supuesto un arañazo en la cuenta de resultados de estas organizaciones, toda vez que elevaron sus precios por encima del aumento de sus costes de producción. Así lo pone de manifiesto un informe del Banco de España que, además, incluye en esta práctica depredadora a otro de los sectores que más pataleos protagoniza: la hostelería.

El Banco de España acaba de publicar un informe en el que analiza el impacto del aumento de los costes de producción a los precios de venta de las empresas no financieras durante 2022 y la realidad que nos presenta constata lo que ya notábamos en nuestros bolsillos. Aunque es cierto que de manera generalizada los costes de producción se incrementaron, el regulador apunta que las empresas trasladaron una parte sustancial de este aumento a sus precios. Destacan en esta práctica las energéticas, tanto de electricidad como de gas y reino de petróleo, que de manera oportunista subieron los precios por encima de sus costes de producción. Lo mismo sucedió con los otros dos sectores asociados a la actividad turística, esto es, el sector del transporte y la hostelería.

En estos dos últimos casos, el Banco de España señala el oportunismo de ambos sectores que han querido extender su agosto a todo 2022 aprovechando el aumento de la demanda tras decaer todas las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia. Llama especialmente la atención que este beneficio limpio -que no únicamente ingreso- no se haya repercutido en mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores y trabajadoras. De ahí que el sector de la hostelería continúe arrastrando problemas para encontrar personal, especialmente en temporada alta, cuando las malas prácticas explotadoras se extienden por todo el sector, más avaricioso que nunca.

A pesar del buen hacer de Inspección de Trabajo y de los beneficios que han traído consigo tanto la reforma laboral como la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), resulta triste cómo las principales patronales de hostelería continúan perpetuando la explotación, legitimándola hasta el punto de querer importar alumnos de escuelas de hostelería de países como Marruecos. Mientras, se llenan los bolsillos subiendo los precios muy por encima de los costes de producción, tal y como revela el Banco de España.

No son los únicos sectores que aprovechan el libre mercado para hacer caja a costa de los consumidores: el comercio mayorista y la construcción también elevaron sus precios de venta en mayor medida en comparación con el avance de los costes de producción unitarios. Estas acciones tienen un impacto directo en la inflación y las medidas correctoras que se están tomando desde el Banco Central Europeo (BCE). Dicho de otro modo, además de meterle la mano en el bolsillo provoca que, si tiene hipoteca o algún préstamo con el banco, pague más intereses. Por si esto no fuera poco y a pesar de que quien pierde más poder adquisitivo es el consumidor, éste ha de soportar los continuos lloros de sectores como el hostelero, con año récord de turistas pagando precios muy por encima de los costes de producción. Bienvenidos y bienvenidas al libre mercado. Renieguen ahora del intervencionismo del Estado y paguen.

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