Diez razones para pasar unos días de tus vacaciones sin tu pareja

No te vamos a decir que te vayas solo a la India para encontrarte a ti mismo, porque ya es mala suerte, como diría el humorista. Pero no cabe duda de que pasar unas vacaciones sin la pareja puede ser una de las mejores decisiones que tomemos, por nuestro bien, y por el de nuestra relación.

Porque el roce hace el cariño, pero donde hay confianza, da asco, dos frases hechas que sintetizan los dos extremos que vive una relación: la intimidad y la rutina, la pasión y el aburrimiento, la confidencia y la redundancia. Para evitar rutinas, aburrimientos y redundancias, una alternativa audaz es pasar unas vacaciones sin pareja. Porque para mantener a flote una relación (si eso es lo que se pretende) hay que saber tomar riesgos.

A continuación, te exponemos diez razones para que pases tus próximas vacaciones sin tu pareja, y que vuelvas a casa con una sonrisa, las pilas cargadas y el deseo de amar a tu pareja más vivo que nunca. 

Rompe con la rutina 

Vale, no empezamos de manera muy original, pero no hay mejor forma de expresar esta idea. La rutina es, como sabrás, uno de los grandes enemigos silenciosos de una relación, es el cáncer que se expande sin apenas señales hasta que, un buen día, es demasiado nocivo para extirparlo.  

Porque siempre hay una cierta rutina en una relación, es casi inevitable. Hasta las relaciones abiertas tienen sus “rutinas” que no deja de ser algo que se repite, aunque estas actividades repetitivas sean muy subversivas u originales. 

Romper con la rutina supone cambiar, innovar, hacer algo que no se ha hecho hasta ahora y que supone añadir una novedad a la relación. Y lo cierto es que viajar sin pareja no suele ser lo habitual. Por eso, unas vacaciones en solitario es una valiente decisión para romper la rutina. 

Cuadra mejor tus vacaciones 

Una razón bien práctica para viajar sin tu pareja es facilitar las vacaciones. Si trabajáis los dos, a buen seguro que debéis hacer encaje de bolillos para cuadrar vuestras vacaciones. No siempre es sencillo, y en muchas ocasiones alguien termina perjudicado, trabajando más de la cuenta en menos tiempo, viajando cuando no debe o cuando no quiere. Así pues, organizar unos días por separado sin tener que estar pendiente del jefe de tu pareja, siempre es más sencillo. Nos evitamos eternas negociaciones y dolores de cabeza. 

Refuerza tu confianza y autonomía 

En los viajes en pareja, cada uno suele asumir un rol. Si viajas sin ella tendrás que asumir tú ambos roles. Tal vez tú no seas muy ducho en eso de cuadrar horarios de transportes y sea tu pareja la que siempre te deposita a la hora adecuada frente a la puerta del autobús o del tren. Bueno, pues ahora te toca a ti organizar. Y si la primera vez que te toca coger un bus, lo pierdes, seguro que a la segunda tratas de hacerlo mejor. Y cuando vuelvas a viajar con tu pareja, a lo mejor ella puede descansar un poco y no estar siempre pendiente de estos detalles. 

Así pues, viajar sin tu pareja en vacaciones puede ser la mejor manera de reforzar la autoestima y la confianza, además de desarrollar algunas destrezas viajeras que, cuando estamos acostumbrados a viajar con una persona de mucha confianza, se van perdiendo, o nunca se desarrollan. Y recuerda que en caso de problemas siempre puedes hacer una llamada: “cari, de verdad que no encuentro la dársena… no podrías…”. 

Desarrolla tus aficiones 

Viajar con pareja o amigos es aprender a ceder. No se puede enfocar un viaje en compañía sin cumplir este básico entre los básicos. Pero cuando te vas de vacaciones sin pareja, ya no tienes que ceder ante nadie, solo ante los propios imponderables del viaje, que también suelen exigirnos mucha flexibilidad y mano izquierda.  

De cualquier forma, si viajas solo sin tu pareja, tendrás más tiempo para satisfacerte a ti mismo sin tener que consultar cada paso. Si te gusta el arte contemporáneo, es el momento de visitar todos esos museos que pasas de largo porque tu pareja no lo soporta. O puedes visitar un grasiento asador sin que tu novio vegetariano se entere, o puedes asistir a un concierto de reguetón sin que tu sofisticado novio indie ponga el grito en el cielo. Haz lo que te plazca en todo momento.  

Recupera vínculos con viejos amigos, conoce gente nueva 

No es que con tu pareja no se pueda conocer gente nueva, por supuesto, pero un viaje sin ella es una oportunidad para abrirse un poco más. Pasar tiempo solo siempre ofrece oportunidades de entrar en contacto con más gente, por ejemplo, cuando no encuentres esa escurridiza dársena y acabes preguntando a un turista polaco que está tan perdido como tú. Por otro lado, también puedes organizar un viaje con viejos amigos, una forma de recuperar vínculos perdidos o limitados por la vida en pareja.  

Conoce el destino (y a sus habitantes) de otra forma 

Más allá de lo que te pueda aportar pasar las vacaciones sin tu pareja a nivel psicológico, también debes valorar lo que suponga viajar sin ella en relación al destino que vas a conocer. La mayor exigencia que supone viajar solo es también una oportunidad para conocer al destino de forma más profunda.  

Por supuesto, si tus vacaciones son un resort todo incluido y tu plan es no salir de la piscina en todo el viaje, no hay mucho que conocer, pero si tus vacaciones son un poco más dinámicas, seguro que podrás ir un poco más allá. Porque conocer al otro (desconocido) es la mejor manera de conocernos a nosotros mismos. 

Afronta tus miedos 

Tal vez ni siquiera sepas o recuerdes que tienes determinados temores o miedos hasta que no estás unos días de vacaciones sin tu pareja. No hablamos de viajar por trabajo o con otra tarea que exija nuestra concentración y nos mantenga ocupados. No, se trata de estar vacaciones, sin una actividad que nos mantenga permanentemente ocupados. Es así cuando surgen pensamientos que, a lo mejor, teníamos ocultos; es así cuando, tal vez, nos reencontramos con nosotros mismos… y nuestra cara oculta, esa que en la dulce rutina de nuestra relación afectiva no solemos ver porque nos sentimos protegidos y queridos.  

Por eso, unas vacaciones sin la pareja puede ser un arma de doble filo para muchas personas. Tal vez pienses que vas a estar tranquilo, libre y a tu aire y descubras que eres incapaz de estar solo porque no te gusta lo que ves cuando tu pareja no está cerca. Por eso, unas vacaciones sin ella pueden ser un tour de force que te ayude a manejar tus miedos, a mirar cara a cara tus secretos, comprenderlos y asumirlos. Y volver a casa mucho más maduro y sereno.  

Repiensa o refuerza tu relación 

Ese tiempo que tendrás sin la presencia de tu pareja también es una oportunidad para analizar tu relación desde otra perspectiva. A menudo, cuando pasamos mucho tiempo con ella, nos falta distancia para analizar las cosas, los problemas, las tensiones y nos dejamos llevar por la propia inercia de la relación que no tiene por qué ser negativa, pero impide un análisis más profundo.  

No temas, analizar una relación no se traduce solo en repensar lo negativo, sino en valorar lo positivo. Ya sabes lo que dicen, solo se valora realmente lo que se tiene, cuando se pierde. El hecho de no tener cerca a tu pareja, puede ser la mejor forma de volver a valorarla como se merece a la vuelta.  

Vive una aventura 

Por último, creemos que tener unas vacaciones sin pareja, también puede ser una buena forma de vivir una aventura, en el amplio sentido de la palabra, no desde el punto de vista sentimental. Nos referimos a la aventura como lo sería para un niño que hace algo por vez primera: salir ahí fuera y descubrir el mundo como si fuera la primera vez que lo ves.   

Si hace mucho que no viajas solo y/o sin tu pareja, y tu viaje es un poco exigente, pronto comprobarás que esas vacaciones pueden convertirse en una reconfortante aventura que tal vez te tenga tan abstraído que no tengas tiempo ni para pensar (ni repensar) en tu relación. Y quizás es eso lo que muchas parejas también necesiten. Pensar un poco menos y actuar un poco más.