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¿Cómo mantener la rutina del sueño en los niños durante el verano?

Cuando estamos en verano y los niños están de vacaciones, los hábitos diarios cambian. Pero entre todos ellos, uno de los más notorios es la hora de acostarse y el sueño. Los días son más largos, se tiene mucho tiempo para gozar del ocio y, como consecuencia, las actividades se prolongan hasta la noche.

Pero dormir resulta fundamental para nuestra salud, sin olvidar la de los más pequeños de la casa. Por ese motivo vale la pena saber cómo mantener la rutina del sueño en los niños durante el verano. Cuidemos su descanso para contribuir a su bienestar y crecimiento.

Horarios adecuados para niños

Mujer y niña
Mujer y niña en el campo/Foto: Unsplash

Antes de nada, hay que tener en cuenta la importancia de los horarios para los niños. En verano, son muchos padres los que adecúan aquellos a los suyos propios, de manera que los peques pueden trasnochar, acostarse tarde o incluso acompañar a sus progenitores en salidas nocturnas como conciertos o fiestas patronales. Sin embargo, mientras que algo esporádico no tiene por qué revestir importancia, hacerlo a diario durante todo el verano sí que la tiene. Algo excepcional no debería convertirse en habitual.

Los niños necesitan dormir más cantidad de horas que los adultos, así que si se les priva de ellas se estará provocando que afecte a su bienestar físico y emocional. Recuerda que, según la American Academy of Pediatrics, en los dos primeros años de vida, los niños han de dormir entre 11 y 14 horas; entre los tres y los cinco años, hasta 13 horas; y de seis a 12 años, entre nueve y 12 horas. Durante la adolescencia, las horas de sueño diarias necesarias rondan entre las ocho y las 10 horas.

Consecuencias de la falta de sueño

Con falta de sueño, niños y jóvenes ven como sufren alteraciones sus capacidades fisiológicas y psicológicas, lo cual puede tener repercusión en su capacidad de aprendizaje y su estado de ánimo. Dormir poco o dormir mal durante la infancia y la adolescencia puede propiciar la aparición de hipertensión, depresión, irritabilidad o ansiedad. Para que esto no suceda y que el cambio de hábitos no afecte demasiado a su rutina de sueño para que descanse adecuadamente, mantener unas normas también durante el verano y la actividad física resultan fundamentales.

Establecer unas normas

Familia por el campo
Familia por el campo/Foto: Unsplash

Durante el verano, es necesario que los niños no tengan la sensación de que no existen normas y que está permitido hacer lo que les da la gana. No son ellos los que tienen que marcar el horario y mucho menos creer que son los que mandan. De tal modo, es necesario mantener unas reglas y establecer unos límites, aunque se adecúen a una mayor amplitud de horarios al estar de vacaciones escolares.

La principal será la norma a establecer sobre la hora de acostarse en verano, pero también otras reglas en función de dónde estéis pasando las vacaciones y lo que el niño o adolescente quiera hacer. Recuerda que, si estáis con los abuelos u otros familiares, estos tienen que respetar las normas establecidas en la educación de los peques. En caso contrario, pueden crear conflictos o adoptar la postura negativa de desautorizar a los padres delante de los niños. Todo ello solo generaría problemas en su desarrollo.

En temas como las comidas y la higiene, se deben seguir utilizando las mismas normas que en invierno, o solo les crearás confusión, puedes resultar incoherente y el regreso a la rutina del colegio se convertirá en una pesadilla.

No romper demasiado la rutina de sueño

Niños con sueño
Niños durmiendo/Foto: Unsplash

Es normal que la rutina cambie en verano, pero no debe ser de manera drástica. La diferencia en la hora de acostarse entre el invierno y las vacaciones no debe ser mayor de dos horas. Así que echa cálculos. Si en invierno se acuesta a las nueve, en verano ha de hacerlo a las 11 como muy tarde. Evita los dispositivos digitales a última hora, cierra las persianas y asegúrate de que la habitación mantenga una buena temperatura para que le resulte fácil dormirse.

Actividad física diaria

Niños jugando en la playa
Niños jugando en la playa/Foto: Unsplash

Resulta imprescindible que los niños hagan actividad física a diario para poder dormir por la noche a pierna suelta. No se trata de que los pongas a hacer tablas de gimnasio, sino de que se muevan y estén activos. No deben pasar el día sentados ni frente al ordenador ni frente al televisor ni frente al smartphone.

Que jueguen y practiquen el deporte que quieran, corran y chapoteen en la playa o el río, así como excursiones y paseos, son planes que no pueden faltar durante el verano. No obstante, recuerda que entre una y dos horas hora antes de acostarse, los niños tienen que estar en un ambiente tranquilo y relajado que propicie que concilien el sueño. En ese momento, sí hay que bajar el ritmo.



1 Comment

  1. Sobre los hábitos del sueño un articulo muy bien escrito ,pero solo falta un factor que es si el niño o adolescente toma algún medicamento que le haga estar despierto.(creo que si) por lo demás bien cierto que la actividad fisica ayuda a dormir.Gracias y buenos dias.

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