En la era dorada de la música pop de los años 90, una joven estrella emergió en la escena musical y rápidamente se convirtió en un ícono global. Britney Spears, la princesa del pop, cautivó a audiencias de todas las edades con su talento, carisma y enérgicas actuaciones. Sin embargo, su influencia no se detiene en la generación que la puso en un pedestal. Los centennials también han adoptado, tienen a Britney como un ídolo significativo.
Su música ha trascendido el tiempo y sigue siendo apreciada por las generaciones que dieron el relevo a los milennials. Melodías pegadizas con unas letras con mucho significado con las que todo el mundo se puede identificar. Canciones como «…Baby One More Time, . Oops!… I Did It Again o Toxic han sido auténticos himnos que han resistido y siguen resistiendo el paso del tiempo.
Icono más allá de la música
Además de su música, Britney también dejó una importante huella en la cultura pop con su estilo único y personalidad carismática. Su impacto en la moda de los años 90 se mantiene presente en las tendencias actuales de la moda retro, que continúan inspirando a los jóvenes de hoy: tops cortos, jeans de talle bajo y corte bootcut, vestidos asimétricos, o botas puntiagudas, fueron su seña de identidad. En los 2000, la princesa del pop lucía unos looks de minimalismo “grunge” y vestidos de corte muy simple que acaban de volver al street style con la irrupción de la tendencia Y2K.
#FreeBritney
Un aspecto clave que conecta a Britney con la generación Zeta es su autenticidad y su valentía para expresarse sin temor a ser juzgada. A lo largo de su carrera, se enfrentó a desafíos personales y públicos, lo que la convirtió en un símbolo de resiliencia y fortaleza para muchos jóvenes que también lidian con dificultades en la vida. Su franqueza sobre su salud mental y sus luchas personales ha generado empatía y apoyo en línea con movimientos como #FreeBritney, que ha cobrado fuerza en las redes sociales, se originó como una manifestación de preocupación por la situación de Britney Spears bajo la tutela legal de su padre.
Los centennials fueron parte fundamental en difundir y apoyar esta causa, abogando por la independencia y el empoderamiento de la artista para controlar su propia vida y carrera. La solidaridad y activismo que este movimiento generó entre los jóvenes resalta la importancia de luchar por la justicia y el respeto a la autonomía individual.
El mes de noviembre de 2021 la vida de Britney cambió para siempre, ya que la jueza Brenda Penny ordenó el fin de la tutela legal que controlaba su vida desde hacía tanto tiempo. La lucha por su libertad fue analizada en el documental que produjo TMZ bajo el título Britney Spears: El precio de la libertad.
La periodista Jenny Eliscu y la cineasta Erin Lee Carr investigaron la lucha por la libertad de Britney Spears a través de entrevistas exclusivas e informes confidenciales que vieron la luz en un documental que se estrenó también en 2021 para Netflix: Britney vs. Spears. Y estos dos son solo un par de ejemplos de todo el material que se publicó analizando la situación de la artista.
‘The Woman In Me’
Tras un sinfín de publicaciones varias sobre el movimiento #FreeBritney, The Woman In Me se publicará el próximo 24 de octubre.Será un libro de memorias, aunque se desconoce cuál ha sido la participación exacta de Spears en el libro. Lo que sí ha trascendido es que hablará de su familia y de la tutela. Por si fuera poco, a mediados de julio publicó Mind Your Business, una canción con Will.i.am cuyo anuncio sorprendió a los fans. ¿El motivo? En las imágenes promocionales aparecía una Spears mucho más joven de unos 23 años, en pleno reinado de la princesa del pop, junto a un rejuvenecido Will.i.am. Algunos seguidores han especulado sobre las razones de la artista para recuperar en sus redes sociales imágenes de la primera etapa de su carrera y muchos consideran que es la manera en la que la artista ha decidido borrar todos los años de tutela.
A través del movimiento #FreeBritney, los jóvenes demostraron que su apoyo a la artista iba más allá de la nostalgia, y representó una unión para proteger los derechos y la libertad de las personas en la industria del entretenimiento y más allá. La diva ya no es la princesa del pop. Ha vuelto para colocarse la corona centennial.