Ocho ríos de la Sierra de Madrid para darse un refrescante baño

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¿Alguna vez te has bañado en un río? La experiencia puede ser muy diferente al mar o a la piscina. Para empezar, porque la temperatura del agua suele ser bastante más fresca, sobre todo si la comparamos con el Mediterráneo. Y teniendo en cuenta lo que está apretando el calor en Madrid, va siendo hora de buscar un baño refrescante más allá de la piscina y del mar más cercano… que está como a unos 300 kilómetros. 

Nos damos una vuelta por la Sierra de Madrid buscando los mejores spots de los ríos serranos: desde el Lozoya al Guadarrama, pasando por el Alberche o el Manzanares. De acuerdo que no son el Danubio ni el Colorado, pero es más que suficiente para bajar el termostato veraniego en plena naturaleza. 

Río Lozoya 

Presa del Pradillo en el río Lozoya - Fuente: Depositphotos
Presa del Pradillo en el río Lozoya – Fuente: Depositphotos

A pesar de no llegar a los 100 kilómetros de longitud y ser un afluente de un afluente —del Jarama que, a su vez, lo es del Tajo— el Lozoya ofrece a los sufridos madrileños el baño más refrescante. Tanto que a los más frioleros les pueden resultar demasiado refrescante. Y no hay que olvidar, además, que este río es la principal fuente de abastecimiento de agua potable de la ciudad de Madrid. Así que le debemos mucho al Lozoya

Pero si se trata de un baño, tienes a tu disposición espacios como Las Presillas de Rascafría, unas piscinas naturales que ofrecen unas impresionantes vistas del Macizo de Peñalara, donde nace el río, o el Área Recreativa de Riosequillo, cerca del embalse homónimo de Buitrago de Lozoya.

Y no nos podemos olvidar de Hoya Encavera, un poco más al suroeste, junto al Embalse de Pinilla, un lugar menos frecuentado que los anteriores, pero igualmente refrescante, o de la Presa del Pradillo, lugar de paso de varios senderos.

Río de la Puebla 

Río - Fuente: Unsplash
Fuente: Unsplash

De uno de los ríos más importante de la Comunidad de Madrid a un arroyo de muy poca longitud que custodia uno de los secretos veraniegos mejor guardados de la región. Se trata del arroyo de la Puebla que discurre por el valle homónimo en la Sierra del Rincón, en el extremo nororiental de la Comunidad de Madrid. 

Conocidas por los locales como las pozas de Berrueco, pertenecen al término municipal de Puebla de la Sierra, formándose por diversos riachuelos que son recogidos por el río de la Puebla y generan estas pozas en las que hay que bañarse con precaución por la cantidad de piedras y la variable profundidad. 

Río Manzanares 

Manzanares - Fuente: Depositphotos
Manzanares – Fuente: Depositphotos

Desde tiempo inmemorial los madrileños se han bañado en el Manzanares ya que, antes de que comenzaran a proliferar las piscinas, era la única forma de refrescarse en la capital. De hecho, en los años 30 del pasado siglo se llegó a crear la llamada Piscina de la Isla junto al Puente del Rey, a la que se sumó la Playa de Madrid cerca del Hipódromo de la Zarzuela, y que fue considerada la primera playa artificial de España y cuyos terrenos hoy siguen perteneciendo a Patrimonio Nacional.

Pero hoy en día el baño en el Manzanares a su paso por la capital está prohibido así que nos hemos de conformar con la “playa” de Madrid Río, ese festival de chorros de agua que hace las delicias de los más pequeños. Pero el Manzanares también ofrece algunos rincones refrescantes en sus 92 kilómetros de longitud, aunque uno de los más populares, el de La Pedriza, también está prohibido desde hace años por la presencia de una cianobacteria. Así que ojo donde te metes.  

Río Guadarrama 

Río Guadarrama - Fuente: Wikipedia
Río Guadarrama – Fuente: Wikipedia

Dar nombre a una sierra no es moco de pavo, y es que este río de 130 kilómetros es uno de los referentes de la Comunidad de Madrid, aunque desemboca ya en la provincia de Toledo donde entrega sus aguas al Tajo. Pero el Guadarrama nace en el valle de la Fuenfría, a casi 2.000 metros de altitud, en el término municipal de Cercedilla, donde encontramos uno de los baños más populares de la Comunidad: Las Berceas.  

Aunque su agua es tratada y ya no procede directamente del Guadarrama, es un lugar que merece la pena conocer, sobre todo si vas en familia por el parque recreativo de 30 hectáreas que rodea las piscinas. Pero, cuidado, porque tiene un aforo de 2.000 personas y se suele llenar pronto en los fines de semana. 

Río Eresma 

Eresma - Fuente: Wikipedia
Río Eresma – Fuente: Wikipedia

Que no nos riñan ni los segovianos ni los vallisoletanos porque este río es suyo: no transcurre por Madrid… pero por poco. A 15 minutos de Navacerrada siguiendo la CL-601 llegamos a las áreas recreativas de Los Asientos y de la Boca del Asno, uno de los espacios naturales más agradables de esta zona de Segovia.  

Cuenta con aparcamientos, zonas de picnic y diversos senderos que recorren las orillas del Eresma, un río de 134 kilómetros de longitud que desemboca en el Adaja, ya en Valladolid. Además, este enclave está muy cerca de Valsaín, uno de los pueblos más bonitos de Segovia. Un buen plan para sortear el calor veraniego, ¿no? 

Río Jarama 

Río Guadarrama - Fuente: Wikipedia
Río Jarama – Fuente: Wikiloc

Aquellos a los que le gusten los clásicos de la literatura a buen seguro que tienen en la memoria la obra de Sánchez Ferlosio que elevó a categoría de mito este río de casi 200 kilómetros, uno de los afluentes más importantes del Tajo. En aquel libro considerado cima del realismo social de los años 50 se narraba una “excursión dominguera” al Jarama en la que (casi) no pasaba nada.  

Ya ha llovido mucho desde entonces —bueno, cada vez menos— y muchas cosas han cambiado. Pero el Jarama sigue inmutable, aunque los bañistas cada vez son menos, porque tenemos más piscinas y porque el baño, teóricamente, está prohibido ya que como dice la normativa oficial “bañarse en zonas desconocidas, o en las que esté prohibido el baño, puede ocasionar numerosos riesgos para la salud, desde ahogamientos, golpes, cortes, insolaciones, quemaduras, etc.”. Pero aún nos podemos acercar a la orilla y recordar aquellos tiempos en los que bañarse en el río era el no va más… porque tampoco había mucho más. 

Río Alberche 

Río Alberche - Fuente: Depositphotos
Embalse de Picadas en el Río Alberche – Fuente: Depositphotos

Para que no nos pongamos demasiado nostálgicos, os llevamos a un sitio en el que aún nos podemos bañar. Se trata de la playa del Alberche, cerca de Aldea del Fresno, donde Tamara Falcó tiene su palacete, aunque mucho nos tememos que no debe frecuentar mucho la playa fluvial vecina.  

Desde luego, no estamos ante una playa levantina, pero nos hace el apaño a los madrileños, especialmente a los más pequeños que disfrutan de las refrescantes aguas de este río que es otro afluente del Tajo: nace en Ávila, pasa por Madrid, para después desembocar en el río más largo de la península en Talavera tras 177 kilómetros de recorrido. 

Río Guadalix 

Cascada del Hervidero en el río Guadalix - Fuente: Depositphotos
Detalle de la Cascada del Hervidero en el río Guadalix – Fuente: Depositphotos

Y terminamos esta estival ruta por siete ríos madrileños (y uno castellanoleonés) ante uno de los espectáculos naturales más sorprendentes de la comunidad. De acuerdo, esto tampoco es Dettifoss en Islandia, pero esta cascada de doble brazo es una refrescante postal para vivir un día de verano ocultos del sol abrasador.  

Partiendo desde San Agustín de Guadalix, a tres cuartos de hora al norte de la capital, recorremos un sendero de poco más de 8 kilómetros que nos lleva a la Cascada del Hervidero, un enclave que no ha pasado desapercibido al cine ya que aquí se rodó una escena de Águila Roja. Una buena forma de disfrutar de este pequeño río de poco más de 30 kilómetros que desemboca en el Jarama

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