/ Cultura

Cynthia Nixon, en el papel de Miranda Hobbes, y Sára Ramírez, como Che Díaz, en una escena de la segunda temporada de 'And Just Like That'. Imagen: HBO Max
Cynthia Nixon, en el papel de Miranda Hobbes, y Sára Ramírez, como Che Díaz, en una escena de la segunda temporada de 'And Just Like That'. Imagen: HBO Max
Cynthia Nixon, en el papel de Miranda Hobbes, y Sára Ramírez, como Che Díaz, en una escena de la segunda temporada de 'And Just Like That'. Imagen: HBO Max
Cynthia Nixon, en el papel de Miranda Hobbes, y Sára Ramírez, como Che Díaz, en una escena de la segunda temporada de 'And Just Like That'. Imagen: HBO Max

Sara Ramírez, protagonista de ‘And just like that’: «Necesitamos personas trans y no binarias en la sala de guionistas»

‘Sexo en Nueva York’ pedía a gritos una mejor representación de la diversidad de la Gran Manzana. Su reboot ‘And Just Like That’ le ha dado una segunda oportunidad con el personaje de Che Diaz, una comediante no binaria que interpreta la actriz Sara Ramírez, que se definió como persona queer en 2016 y de género no binario en 2020. Nadie mejor que ella para contarnos las novedades de esta nueva temporada, que se estrena el 22 de junio en HBO Max.

Aurora Muñoz

Todo lo bueno se hace esperar y con la renovación de And Just Like That se volvió a confirmar este dicho popular. El 22 de marzo supimos que habría segunda temporada de la secuela de Sexo en Nueva York y, desde ese momento, las especulaciones no han cesado. El regreso no era tan evidente como podría esperarse, a pesar de que la primera entrega logró pulverizar todos los récords de HBO Max y se convirtió en el mejor estreno en toda la historia de la plataforma hasta que se lanzó la segunda temporada de Euphoria. Sin embargo, a veces los números no lo son todo. El universo que rodea a Carrie Bradshaw y sus amigas va acompañado por un fandom exigente, que conserva un recuerdo idealizado de la serie nodriza y esperaba un imposible: recuperar aquello que fue y que permaneciera inmutable casi 20 años después. Los primeros diez capítulos concluyeron con una división entre la audiencia, que se debatía entre quienes entendían que la evolución natural de las protagonistas tenía que ir encaminada hacia una existencia woke en la era post Me Too y un sector que no aceptaba un giro fortuito del ADN de este producto audiovisual que se convirtió en el estandarte de la frivolidad y el glamour neoyorquino en la televisión de finales de los 90.

Sin embargo, And Just Like That merece un juicio justo. El reboot ha sabido mantener la esencia de Carrie, a pesar de que no es fácil hacer creíble un personaje capaz de descubrir a los 56 años que el horno sirve para algo más que guardar zapatos. Bradshaw sigue siendo lo que prometía: una mujer que sigue marcando tendencias. La moda sigue siendo parte de la magia de la serie gracias a la labor de Molly Rogers y Danny Santiago, que tomaron el relevo de Patricia Field en la secuela, ya que la estilista original de Sexo en Nueva York estaba inmersa en la creación del vestuario de Emily in Paris. Ellos generaron un fondo de armario solvente con prendas vintage que han recolectado en lugares emblemáticos como el Mercado Clignancourt Flea de París y rescataron complementos de la serie original en un guiño a los inicios. Puede que no todas podamos cerrar la cremallera de un vestido de nuestra etapa universitaria pero, ¿quién no guarda unos pendientes de entonces?

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Evan Ross Katz (@evanrosskatz)

El estilismo de las protagonistas era un reto inmenso, pero no solo de lookazos vive el espectador. Prueba de ello fue el fracaso de la precuela ochentera, The Carrie Diaries, un drama teen inspirado también en las novelas de Candace Bushnell.  Su protagonista, Anna Sophia Robb, contó con un diseño de vestuario perfectamente adaptado a la versión adolescente de aquella Carrie que ya lucía el famosos collar con su inicial que perdió años después en París. El encargado de imaginar a su ropero fue Eric Daman, quien colaboró con Patricia Field en Sexo en Nueva York y firma el estilismo de Gossip Girl. «Sé que hay muchas mujeres que ven a Carrie Bradshaw como un icono de estilo, así que es muy importante viajar atrás en el tiempo y prediseñar quien es respetando quien llegará a ser», declaró Daman en la presentación. Lo consiguió, pero no fue suficiente para convencer a una legión de seguidoras que habían suplido la ausencia de estas neoyorquinas con Girls, de Lena Dunham. No eran tiempos para una protagonista modosita y con diálogos demasiado adultos para su target. 

El productor ejecutivo de And Just Like That, Michael Patrick King, y el resto de su equipo no tardaron en comprender que la nostalgia no podía ser su único garante para contentar a los incondicionales del formato. La secuela ha tratado de contar, una vez más, el sexo y la ciudad, pero esta vez con la perspectiva de un grupo de mujeres que superan los 50. No es que sea un enfoque absolutamente innovador. Sin ir más lejos, la cineasta francesa Valerie Lemercier (famosa por su papel en la saga de Los visitantes) estrenó en 2018 la comedia romántica Los 50 son los nuevos 30. La novedad, en este caso, reside en que nuestras viejas conocidas no pretenden equiparar su realidad a la que nos contaron dos décadas atrás. Critican los estereotipos estéticos, defienden sus canas y sus arrugas, se quejan de la desigualdad de género y afrontan los cambios que les ha traído el paso de los años.

Las redes sociales, las aplicaciones para encontrar pareja y los podcast son algunos de los aspectos que tocaba la primera entrega para demostrar a su audiencia que Bradshaw y compañía tratan de adaptarse a los nuevo tiempos. La segunda temporada se estrena hoy a la plataforma y trae once episodios que pretenden encajar los reproches que encajó su antecesora. «No sigues adelante porque estés preparada, sino porque has superado a la persona que eras», reza el tráiler promocional en una declaración de intenciones. Cada jueves llegará un nuevo capítulo, donde veremos a Sarah Jessica Parker, Kristin Davis y Cynthia Nixon ponerse de nuevo en la piel de Carrie, Charlotte y Miranda. Las tres ejercieron, además, de productoras ejecutivas de la serie en la primera temporada. Junto a ellas también regresan las cuatro nuevas incorporaciones: Sarita Choudhury, Karen Pittman, Nicole Ari Parker y Sara Ramírez.

Son varios los flecos que la primera temporada dejó sin cerrar. El más importante, quizás, sea el futuro de la relación naciente entre Miranda y Che. Nos quedamos con Diaz anunciando que se trasladaba a Los Ángeles para desarrollar su propia serie cómica y, en consecuencia, la abogada decidió apostar por su pareja y dejarlo todo para mudarse con ella. Ahora veremos en qué ha desembocado esta decisión y, si hay alguien que puede sacarnos de dudas, esa es la actriz que da vida al personaje que ha conquistado el corazón de Hobbes. Sara Ramírez, conocida por su interpretación en Anatomía de Grey de la doctora Callie Torres, nos desvela algunas de las claves de esta nueva entrega.

‘Sexo en Nueva York’ fue una serie rompedora en su momento, pero si la evaluamos con los estándares actuales, no pasaría la prueba en términos de diversidad. ‘And just like that’ llegó para corregirlo y tu personaje es un gran ejemplo. ¿Qué mensaje de Che Díaz querrías que calase en la gente?

Las personas no binarias existen, incluso en un universo privilegiado como el de Sexo en Nueva York. Díaz es una representación y las personas no binarias no son personajes de ficción. Podemos ser desordenadas, complejas y, sobre todo, somos humanas. La representación es importante, pero no equivale a hacernos justicia. La justicia es cambiar las condiciones materiales de las vidas de personas reales trans y no binarias que actualmente están siendo atacadas en este país [Estados Unidos]. La gente está intentando legislar para que dejemos de existir. Se ha creado un clima político y cultural muy aterrador. Mi esperanza es que cuando la gente vea la serie, este personaje suscite conversaciones relevantes para el público. Che provoca una reacción fuerte, mi esperanza es que la gente pueda tomar ese impulso y aplicarlo a las personas queer, trans y no binarias reales. Si te apasiona la existencia de Che, si te preocupa lo que le pasa, ¿por qué no demuestras esa conciencia por la salud y el bienestar de las personas de verdad que se definen como queer, trans y no binarias? Mi deseo es que podamos continuar generando conversaciones responsables en mitad de este contexto político y quizás, la primera de las cuestiones que toca afrontar es que está bien que las personas LGBTIQ+ sean complejas como cualquier otro ser humano. No tienen que ser perfectas para que respetemos su existencia. Hagámoslo y apoyémosles igual que a los demás personajes.

En cualquier caso, me gustaría añadir que habría estado muy bien contar con un guionista no binario en la sala de guionistas, un guionista no binario a tiempo completo. Eso sí que sería un desafío.

En la primera temporada se apreciaba una gran química con Miranda Hobbes [el personaje que interpreta Cynthia Nixon] y, al volver, ese feeling sigue ahí. ¿Cómo habéis creado esa conexión entre las dos?

Es un sueño trabajar con Cynthia Nixon. Yo también soy una gran fan suya y, además, no habría conseguido este trabajo sin ella. No sé si todos ustedes han leído algo de lo que ha contado, pero ella es la razón por la que me contrataron, ella me sugirió para el papel. Así que le debo mucho a Cynthia Nixon. No sólo se presentó a gobernadora, sino que es una actriz excepcional, también es una fantástica productora ejecutiva y una directora de ensueño. Yo tuve la bendición de ser dirigida por ella. Crea un ambiente donde sabes que la puedes buscar en busca de apoyo y recuerdo que ese primer encuentro me transformo de tal forma que hasta hoy me siento muy agradecida de haber tenido la oportunidad de trabajar con ella.

Esa hermandad de la que nos hablas parece que no se ha extendido a otras actrices del reparto. Estos días han corrido ríos de tinta sobre las condiciones de Kim Cattrall para aparecer en esta segunda temporada del reboot, que incluían no coincidir con sus compañeras. ¿Ha afectado de alguna manera al resultado?

Normalmente nos vemos en las lecturas de guion, pero fuera de eso, rara vez trabajo con los otros actores aparte de Cynthia y Sarah Jessica Parker. No sé cómo se habrán sentido los otros miembros del equipo y del reparto, ninguna de nosotras somos lectoras de mentes, pero estábamos ahí para hacer nuestro trabajo, para apoyarnos los unos a los otros mientras pasábamos largas horas juntos. No quiero estropearlo y contar de más, pero hay una escena en particular en la que estábamos todos juntos, todo el reparto y era una gran alegría estar en aquella habitación con todo el mundo. Mi sensación es que todos estábamos emocionados por ver cómo se desarrollan las tramas de esta nueva entrega. Ya sabéis que, cuando se estrena un nuevo proyecto, hay comentarios por todas partes, para bien o para mal; pero esta nueva entrega es una oportunidad para profundizar, para ver cómo influye en la gente. Tengo muchas ganas de que la estrenen, aún no he visto ni un solo episodio.

¿En serio?

Sí. Nada en absoluto, pero soy una actriz y podría fingir lo contario. Todos actuamos [Ríe].

Hablemos de saltos generacionales. Miranda y Che mantienen una diferencia de edad entre ambas y también tienen diferentes personalidades, un entorno profesional distinto… Forman una pareja llena de contrastes. ¿De qué manera contribuye eso a la riqueza de su relación?

Lo realmente interesante de Che y Miranda es que ambas están experimentando una segunda y tercera adolescencia en sus vidas como adultas. Hobbes está redescubriendo su orientación sexual, mientras que Che está recalibrando su relación con la fama. Las dos están en un momento de cambio y creo que ahí es donde se encuentran. Lo que tienen en común es precisamente que una es la vía de escape de la otra, un apoyo mutuo cuando se pierden. Se divierten mucho juntas y, cuando las cosas se ponen difíciles, creo que aprenden la una de la otra. Se permiten ser quienes son, pero también se influyen. Así que la belleza de sus diferencias está justamente en la manera que encuentran de conectarse y afirmarse mutuamente. Siempre se conceden un lugar donde aterrizar, aunque a veces sientan frustración o vulnerabilidad. Eso es lo que vi cuando estábamos filmando. Hay un compromiso firme de decir la verdad entre ellas.

Es inevitable volver constantemente a la raíz y ‘Sexo en Nueva York’ ha pasado a la historia de la televisión por la conversación que generó sobre el sexo y las relaciones. Fue un formato revelador para mucha gente en esa época y parece que esta nueva entrega de ‘And just like that’ viene más tórrida que la temporada predecesora. ¿Cómo se afrontan las escenas íntimas en un rodaje en el que representan un elemento clave?

Yo creo que Che Díaz es alguien que realmente cree en la cultura del consentimiento, en que las personas se conecten íntimamente desde el respeto y el aprecio. Así que la relación entre Miranda y ella trae una gran cantidad de las enseñanzas. En general, la comunidad LGBTIQ+ necesita realmente ese espacio seguro y cuando filmamos estas escenas, nunca es sexy. Siempre es incómodo. Siempre hay 50 personas alrededor. Todo está coreografiado. Teníamos un coordinador de intimidad para tratar de minimizar las intromisiones. Cada vez que rodamos una de esas escenas, teníamos al departamento de vestuario preguntándonos qué nos gustaría llevar para sentirnos lo más cómodas posible, incluso si eso significa cubrir ciertas partes del cuerpo. Hay guionistas y contratos que dicen que puedes filmarme desde este ángulo, pero no puedes filmarme desde otro. Hay todo tipo de límites y barreras que crean un entorno más seguro para grabar este tipo de escenas, pero eso también hace que sea una experiencia no muy sexy. Tenes gente que te dice: «¡Ey!, ¿puedes levantar tu brazo? La cámara está viendo algo que no se debería». Es una especie de un baile incómodo, pero cuando hay profesionales en la sala que entienden el valor de la narración, todo va sobre ruedas y se consigue un buen producto final.

Terminemos con un melón que es necesario abrir en la industria: ¿crees que los personajes gais y no binarios deberían ser interpretados por actores con su misma orientación sexual?

Creo que estamos en un momento en el mundo en el que necesitamos empezar a emplear a personas queer y trans para interpretar a personas queer y trans. Ya es hora de que se vean representadas y que a la gente queer y no binaria no se la deje pasar para esos papeles. También hay que empezar a contratar a personas trans para interpretar papeles de género cis. Tenemos que empezar a aceptar y respetar que hay actores de todas las expresiones de género. Tenemos que ser más abiertos y creativos a la hora de emplear a las personas y pensar en quién elegimos para contar la historia, pero no sólo a los actores. También necesitamos personas trans y no binarias en la sala de guionistas, en puestos remunerados a tiempo completo. Los intérpretes somos recipientes, pero también pienso que después de décadas y décadas de gente hetero interpretando a gente queer, es hora de empezar a contratar a gente queer para interpretar a gente queer.