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Zapatero aprobó dar más foco público al rey

La Casa Real justifica la cita de ayer con los líderes sindicales por "las graves consecuencias de la crisis". Moncloa puntualiza: "No es una ronda de contactos"

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Aún no se han apagado los rescoldos de los últimos fuegos y al Gobierno se le ha declarado un nuevo incendio. Ahora en torno al papel del rey como posible mediador entre los grandes partidos para propiciar el pacto de Estado contra la crisis económica que, por voluntad propia y la sola iniciativa del Ejecutivo, parece inalcanzable.

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La polémica la ha desatado la publicidad dada a las últimas entrevistas de Juan Carlos el jueves se reunió con la vicepresidenta económica y ayer con los líderes de UGT y CCOO, unida a un párrafo del discurso que, coincidiendo en el tiempo con el intento de CiU de propiciar un acercamiento entre PSOE y PP, pronunció el jueves en la entrega de los Premios Nacionales de Investigación: "Es hora de grandes esfuerzos y de amplios acuerdos para superar juntos, cuanto antes y con la debida determinación, las graves consecuencias de la crisis".

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Juan Carlos intenta fortalecer su imagen como Jefe del Estado

La divulgación de la agenda real fue consultada por Juan Carlos con el presidente del Gobierno en su despacho habitual del martes, día 9, y José Luis Rodríguez Zapatero no encontró impedimento, según confirmaron fuentes oficiales. Esta iniciativa coincide en el tiempo con la llegada a la Dirección de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa Real de Ramón Iribarren. El objetivo marcado es dar más "transparencia" a las actividades del rey, ante la percepción de que la sociedad no tiene "un conocimiento fidedigno de todo el trabajo que desarrolla". Esa actividad, por el contrario, se ve oscurecida por otros asuntos que afectan a la familia real, como el divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar.

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Justo el día anterior a la puesta en marcha de la nueva etapa de "transparencia", el lunes 8, CiU había relanzado la idea de un pacto de Estado para combatir la crisis y se había alcanzado el acuerdo sobre los convenios colectivos entre empresarios y sindicatos. La audiencia con los líderes sindicales estaba prevista desde hacía más de una semana, pero no se celebró hasta ayer, y el jueves se divulgó la entrevista con la vicepresidenta económica, 24 horas después de que el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, dijeratras reunirse con Mariano Rajoy que no percibía interés en llegar a un pacto ni en el PSOE ni en el PP.

El Gobierno asegura que "ni media para un pacto ni se le ha pedido"

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Es esta secuencia temporal la que, unida al párrafo citado del discurso del rey, alimenta la polémica. Pero no sólo. En el comunicado de la Casa Real que informa de la entrevista con la vicepresidenta Elena Salgado se dice que se trata de una de "las audiencias habituales a miembros del Ejecutivo" y de los encuentros que viene manteniendo "en estos días" con representantes "del mundo económico, financiero, empresarial y laboral", a los que habitualmente no se daba publicidad. Pero en el comunicado de ayer, que informa de la audiencia a Cándido Méndez e Ignacio González Toxo, el encuentro se enmarca en los contactos que mantiene, "con especial incidencia en los últimos meses" y ante "las graves consecuencias de la crisis económica en nuestro país".

El Gobierno no dio mayor importancia a este alarde de la Casa Real. Se comentó durante la reunión del Consejo de Ministros y se le restó toda trascendencia. Pero, prácticamente a la misma hora, el PP trasladaba la idea de que la función moderadora que al rey atribuye la Constitución es un incentivo para la búsqueda de acuerdos, así como una manifestación de "la preocupación" de Juan Carlos por el rumbo de la economía española.

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La portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se esforzó por enmarcar las entrevistas y las palabras del rey dentro de la "normalidad institucional": "Valoramos positivamente la voluntad del Jefe del Estado de arrimar el hombro en el ejercicio de su responsabilidad institucional. Siempre agradecemos las acciones que el rey hace para negociar asuntos que afectan a todos". Pero, según informa Íñigo Aduriz, acotó: "No es una ronda de contactos".

De la Vega agregó que sus palabras constituyen "una manifestación que está muy bien, porque van en la línea de lo que el Gobierno está propiciando, que es de sentido común porque es lo que quieren los ciudadanos". Pero matizó también que el monarca "no hace más que cumplir con su función constitucional", que es "estar informado" de los asuntos "que afectan a la ciudadanía y que afectan al país".

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La vicepresidenta primera dejó claro que la búsqueda de acuerdos "es la responsabilidad del Gobierno". En esta línea, fuentes gubernamentales consultadas por Público sostuvieron que "ni el rey está mediando para ningún pacto ni se le ha pedido" y recordaron que la Constitución no le atribuye ninguna facultad ejecutiva que le permita establecer pactos políticos. No obstante, descartaron que el presidente vaya a terciar en la polémica y adelantaron que, si lo hace, será para subrayar "la normalidad" de la actuación del rey, con el que siempre se ha dicho que mantiene una "relación excelente".

Portavoces oficiales aseguraron también que el Gobierno conocía con antelación el discurso pronunciado el jueves por el rey, "como es habitual", y subrayaron que su alusión a la necesidad de buscar acuerdos contra la crisis es una constante de sus últimos discursos. "¿Es que alguien puede pensar que el rey haga en estos momentos un discurso en el que no se refiera a la situación económica?".

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La versión oficial del Gobierno es que todo se reduce, a lo sumo, a una inoportuna "coin-cidencia temporal", pero la tensión por el enésimo frente de polémica que se le ha abierto era ayer palpable en los circuitos gubernamentales.

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