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Sólo uno de los seis recusados acepta no juzgar a Garzón

Manuel Marchena también se opone a quedar excluídio del jucio contra el juez

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Manuel Marchena, el último magistrado del Tribunal Supremo recusado por el juez Baltasar Garzón para apartarle del juicio de las escuchas de la Gürtel, no se ha hecho de rogar. Ha despachado el trámite de informar al incidente en el que se cuestiona su imparcialidad con una mera línea en la que dice que "no se considera afectado por la causa a que se refiere el imputado".

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Con él son cinco los magistrados recusados por Garzón que se oponen a quedar excluidos del juicio contra el juez por haber ordenado la intervención de las comunicaciones de los imputados presos en el caso Gürtel. Sólo Perfecto Andrés Ibáñez, que intentó abstenerse él mismo en junio, ha aceptado no formar parte del tribunal juzgador.

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Garzón recusó a Marchena por ser el instructor de otra de las causas abiertas en su contra, la del patrocinio de los cursos que impartió en Nueva York entre 2005 y 2006. En ella ha puesto en duda las manifestaciones del juez sobre los cobros que recibió, por lo que la defensa duda de su imparcialidad.

La premura y la sucinta forma en el que Marchena se ha opuesto a su recusación permitió al instructor de los incidentes, Miguel Colmenero, remitirlos el lunes a la Sala del 61 para que sea ella la que los resuelva.

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Los otros cuatro magistrados recusados, el presidente de la Sala de lo Penal, Juan Saavedra, Julián Sánchez Melgar, José Ramón Soriano y José Manuel Maza, se oponen. Consideran extemporánea la iniciativa de Garzón y defienden las normas de reparto del Alto Tribunal vigentes, pese a que han cambiado para evitar que se repitan situaciones similares.

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