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Rubalcaba plantea una tasa a los bancos para crear empleo

El candidato del PSOE presenta el esquema del programa electoral en su primer discurso oficial. Propone un impuesto para los grandes patrimonios y reformar la Ley Electoral para hacerla más proporcional

GONZALO LÓPEZ ALBA

Alfredo Pérez Rubalcaba cree que en política gana el que lleva la iniciativa y, en consecuencia, ha optado por arriesgar con un programa electoral que supondrá en muchos aspectos un pase de página, y hasta una rectificación, de la era Zapatero.

'Ambiciosos, pero realistas', fue la consigna que ayer marcó al PSOE tras ocupar el puente de mando, previa ratificación de su candidatura electoral por el Comité Federal. En presencia de Zapatero, que ayer aún seguía siendo su jefe directo será en la semana que ahora empieza cuando deje sus cargos en el Gobierno, no se recató de subrayar que es momento de 'repensar algunas cosas' e incluso de 'rectificar', especialmente en política fiscal. 'No hay que mirar hacia atrás', enfatizó en su intento de enderezar el rumbo electoral de la nave socialista con un programa cuyo esquema presentó ayer, arropado por representantes de todos los sectores y generaciones del PSOE, aunque hubo también notables ausencias, como las de Felipe González de viaje o Teresa Fernández de la Vega.

Rubalcaba defiende ante Zapatero 'rectificar algunas cosas'

Tras proclamar que con él no se prometerá 'aquello que no se pueda cumplir', Rubalcaba fue más allá de lo esperado en el anticipo de propuestas concretas, aunque remitió su formulación definitiva a la Conferencia Política que a finales de septiembre aprobará su programa. Aun así, dejó claro que su hoja de ruta pasa por la idea de que se aproxima 'el tiempo de que empecemos a plantear políticas redistributivas' para acabar con 'ese axioma de que los beneficios son para unos pocos y los sacrificios para la mayoría'.

El anuncio más llamativo fue el propósito de 'hacer que los bancos y las cajas destinen parte de sus beneficios a crear empleo'. Rubalcaba no fue más allá, pero fuentes próximas señalaron que la intención es crear una tasa o impuesto especial, cuya recaudación se destinaría a un fondo para programas de emprendedores, de recualificación o similares, con especial atención a los más jóvenes, tanto a los que abandonaron sus estudios atraídos por el dinero rápido del cemento como a los titulados que no logran un primer empleo. La idea está inspirada en un planteamiento de Dominique Strauss-Khan, expresidente del Fondo Monetario Internacional.

No fue esta su única referencia a la banca. También defendió que si, 'como es posible', el Estado tiene que acudir al rescate de alguna caja, participe en los órganos ejecutivos 'para asegurar que los españoles no pierden un solo euro'. Una especie de nacionalización parcial y temporal.

Evita toda mención a Rajoy para huirde la política 'de crispación'

Rubalcaba también defendió el restablecimiento de un impuesto corregido sobre patrimonio, que suprimió Zapatero en 2008, cuando el ahora candidato era ministro del Interior. A diferencia del que existía, que gravaba a las clases medias, estaría dirigido sólo a 'los grandes patrimonios'. Asimismo comprometió una fiscalidad 'razonable' para los emprendedores.

Para evitar que este discurso lleve a pensar que se ha convertido en un peligroso izquierdista, acompañó estas tomas de posición con la afirmación rotunda de que España pertenece al 'pacto del euro' y el compromiso de 'cumplirlo' para evitar 'desequilibrios que no podemos permitir' en déficit, deuda, balanza de pagos o inflación. 'No es cierto que el déficit sea progresista', sentenció para tranquilidad de los mercados.

'Lo urgente', según destacó, es crear empleo. Y puesto que, como advirtió, 'no vamos a recuperar dos millones de empleos con la vivienda', habrá que buscarlos en otros sectores. Rubalcaba identificó tres: el medioambiente, las energías limpias y la atención a las personas mayores. Y apostó por potenciar el contrato a tiempo parcial.

El candidato, que convirtió su primer discurso oficial en el esqueleto de un programa electoral, ya que abordó prácticamente todas las materias, quiso revestir también su candidatura de una fuerte impronta ética. Lo hizo con planteamientos tradicionales, como la defensa de la igualdad de oportunidades, la crítica a la 'intolerable brecha salarial' entre hombres y mujeres, o la reivindicación de un comportamiento 'de austeridad pública y privada', pero sobre todo con un alegato contra los paraísos fiscales. Allí, según dijo con su experiencia de ministro del Interior, no sólo se refugian los capitales que tratan de evadir impuestos, sino también 'el dinero del narcotráfico, de la corrupción y de la trata de personas', hasta extremos que convierten su existencia en algo 'indecente y absolutamente inmoral'.

Rubalcaba, que de forma premeditada quiso hacer de la ausencia de toda referencia a Mariano Rajoy una de las señas de identidad de su 'forma de entender la política', alejada de 'la crispación', buscó desde el primer momento la complicidad con lo que representa el Movimiento 15-M. 'La democracia tiene dueños, que son los ciudadanos', fue una de las primeras frases de su discurso. Después, hizo suyo el reproche de que si 'los mercados campan a sus anchas, es porque alguien desde la política decidió que fuera así'. El remedio, según defendió, ha de ser más política y la enseñanza a extraer es que la política también requiere de cambios.

Los que propuso fue una reforma electoral que se inspire en el sistema alemán de circunscripciones más pequeñas, para propiciar la cercanía con los electores, y con un resto nacional, para favorecer la proporcionalidad, aunque este modelo exigiría reformar la Constitución. También abogó por establecer 'algún tipo de control previo del Estado' sobre el Urbanismo para prevenir la corrupción del ladrillo. Y enarboló la bandera de la sanidad pública como 'sagrada e intocable', aunque defendió el ahorro farmacéutico.

Con una tarjeta de presentación en la que ha escrito que si asume el reto de liderar al PSOE es porque cree que puede 'ser útil a mi país' y porque 'nunca me he arrugado ante los retos', concluyó con un mensaje de ánimo a los suyos ante la próxima campaña: 'Nada está escrito y nada está decidido de antemano'.

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