El regreso del éxtasis
Tras el desplome del suministro en 2009, esta droga compite ahora con nuevas sustancias que traen amenazas desconocidas
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La falta de suministro mundial de éxtasis a principios de 2009 provocó el aumento de su precio y del número de pastillas adulteradas, y también la búsqueda de drogas alternativas. "En España, la ketamina y el nexus [2C-B] se popularizaron en ambientes recreativos. Este año, a pesar de la reaparición del éxtasis, siguen presentes", explica Mireia Ventura, coordinadora del servicio de análisis de Energy Control, un proyecto de la ONG Asociación Bienestar y Desarrollo que chequea gratis la pureza de las drogas que van a tomar los consumidores en zonas de marcha de Catalunya, Andalucía, Madrid y Mallorca. Además, les informan sobre cómo consumirlas para "reducir al máximo los riesgos".
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La ketamina, que apareció en las discotecas y raves a mediados de la década de 1990, es un polvo que se utiliza como anestésico de personas y animales, desde gatos hasta caballos. En dosis bajas, en humanos produce efectos estimulantes y psicodélicos. El nexus tiene un historial en el ámbito recreativo más corto, de apenas un año. Sus efectos están entre la euforia y la empatía del éxtasis y la alucinación de los tripis (LSD).
Keta' y nexus son dos de las drogas que más crecieron en el último año
"Una dosis baja en una fiesta, de cinco miligramos, da energía y ganas de bailar. Pero el 2C-B es importante saberlo dosificar: con unos miligramos de más, los efectos pueden ser mucho más alucinógenos y difíciles de manejar en una fiesta. Hay personas que han sufrido una gran ansiedad ante efectos inesperados", advierte Ventura.
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El regreso del éxtasis (presente en el MDMA, MD, pastillas, cristal...) ha aumentado la cantidad y mejorado la pureza del suministro respecto a 2009, pero sólo en algunas zonas de España. "Cuando intentas pillar MD en Madrid, te venden mierda", se queja María, nombre ficticio de una consumidora de 28 años que prefiere ocultar su identidad.
La policía y los expertos alertan sobre los cócteles de sustancias
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Sus preferencias son el hachís y la coca, que toma desde hace 12 años. En las etapas de mayor consumo compraba diez gramos de cocaína para dos o tres días. "Pero me estoy quitando, en los últimos tres meses sólo he pillado un gramo", asegura. "Me centro en polvo blanco y maría de calidad. Paso de drogas raras. Prefiero lo malo conocido que lo bueno por conocer", justifica.
La Canica, madrileña de 24 años, aprovecha las vacaciones de verano para viajar a Galicia y al País Vasco. "Allí me pego buenas fiestas con el speed. Hay muchos problemas para encontrar MD en Madrid, pero en el norte he visto mucho más. En 2009 no había en ningún lado. No sé qué pasó, pero lo que había era de muy mala calidad. Ahora ya empieza a aparecer en algunas raves y festivales de música", señala.
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También han ganado peso nuevas sustancias. La policía pone el foco, además de en la ketamina, en el BZP y el éxtasis líquido (GHB). BZP, considerada muy tóxica por los expertos, es una sustancia usada en tratamientos veterinarios que empezó a usarse como droga en Nueva Zelanda en 2000. En Europa, donde llegó bajo el sugerente nombre de la "pastilla de la fiesta", la UE la incluyó en el listado de sustancias psicotrópicas en 2008, después de que algunos países certificasen varias muertes de jóvenes tras su consumo.
"Hoy hay que tener mucho cuidado con qué te metes", dice una consumidora
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El GHB, a pesar del nombre con el que es conocido, no tiene nada que ver con el éxtasis. Tampoco el GBL, un derivado de aquél que siempre se ha utilizado como disolvente de compuestos plásticos en la industria y que ahora está cada vez más presente en los locales de ocio. El efecto depresor de ambas sustancias contrasta con la euforia que produce el éxtasis.
¿Por qué se cortó el suministro de éxtasis a finales de 2008? Es una incógnita. "Lo que está claro es que falló uno de los primeros eslabones de la cadena", opina Ventura. "Una teoría apunta a que los Juegos Olímpicos de China cerraron las fronteras del gigante asiático", añade. En varios países asiáticos crece el sasafrás, un árbol de cuyas semillas se extrae un aceite muy oloroso. Este líquido contiene safrol, una sustancia básica para la síntesis del éxtasis.
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Los efectos de cualquier droga son muy diferentes en cada consumidor
La llegada de nuevas drogas a los fines de semana ha traído riesgos. "Al desconocer las sustancias, los consumidores no saben cuánta cantidad deben tomar ni los tiempos que tardan en hacer efecto", advierte Ricardo Caparrós, miembro de Ai Laket, una organización similar a Energy Control con sede en el País Vasco.
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Los tiempos dependen de las características de la sustancia, del consumidor, del entorno y de cómo se tome. Por vía intravenosa o esnifada llega antes a la sangre que fumada o ingerida. El efecto es casi inmediato. Por las otras vías, el punto álgido del viaje puede tardar dos horas. "Durante la espera, algunos piensan que no les ha hecho efecto, aumentan la dosis y las consecuencias pueden ser muy peligrosas", alerta Caparrós.
María recuerda el caso de una amiga suya: "Se fue a vivir a Barcelona y la tuvieron que ingresar varias veces en el hospital porque se pasó con la keta. Se le paralizaron varios órganos importantes. Y no le ocurrió ni una ni dos veces... La gente no tiene sentido común. Hoy día hay que tener mucho cuidado con qué te metes".
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El descontrol con las nuevas sustancias no es tan frecuente, por ejemplo, con la cocaína, que aún es la más cotizada. El precio desde mediados de la década de 1990 se ha mantenido estable: 60 euros por gramo (para entre 10 y 20 rayas). Incluso se puede encontrar ahora por precios más económicos, hasta 50 euros. Los últimos años, su forma de consumo ha variado y, además de inhalarse e inyectarse en vena, también se fuma, por ejemplo, combinada con heroína.
La ketamina (conocida como Vitamina-K, Special K, Kit-Kat, Keta, K o Heroína Psicodélica) también ha empezado a tomarse combinada con otras sustancias. Uno de estos nuevos cócteles se llama calvin klein, iniciales que coinciden con las de cocaína y ketamina. La combinación de drogas, no obstante, añade nuevos riesgos a la noche. Un ejemplo: el GHB combina muy mal con el alcohol. El principal riesgo de esta mezcla es que aumenta las posibilidades de caer en estado de coma.
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