Rajoy tira del éxito catalán para venderse como alternativa
Defiende que el giro al centro que impulsó en el congreso de Valencia está funcionando
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"De vez en cuando también tenemos derecho a darnos una satisfacción", dijo Mariano Rajoy ayer al cerrar su discurso ante el comité ejecutivo nacional. El presidente del PP presumió de resultados y de haberse convertido en la segunda fuerza política ganadora de las elecciones catalanas. De paso, cargó contra los socialistas, denunció la situación económica, se vendió como alternativa, abrió las puertas de su formación "a todas las personas", y, por si fuera poco, reivindicó la línea estratégica de centro derecha y la regeneración de su partido que salió del congreso de Valencia en 2008.
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Para empezar, reprobación al PSOE. Rajoy aseguró que tras esta cita electoral ha quedado "patente el hartazgo de las políticas que ha llevado a cabo" José Luis Rodríguez Zapatero. "No se puede ir en contra de los votantes de uno y los socialistas no han estado a la altura", criticó. A su juicio, estos se han "disfrazado de pseudonacionalistas". "Las imposturas se pagan en la vida y también en política y eso es bueno que lo recordemos todos de cara al futuro", proclamó al tiempo que incidía en que los ciudadanos "castigan a los malos gobiernos" y que el Tripartito lo había sido.
Aguirre afirma que el resultado no tiene "nada que ver" con Valencia
Después aprovechó la coyuntura para presentar al PP como un partido "abierto" en el que "caben todos". "Todos, hayan votado lo que hayan votado en convocatorias anteriores", apuntó. Rajoy destacó, además, como "muy reconfortante" el "trasvase" de votos que se había "producido del PSC al PPC".
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El jefe de la oposición se confesó satisfecho porque "cada día crece en España la confianza hacia el PP". Y aleccionó a los suyos pidiéndoles que, lejos de caer en la autocomplacencia, se sientan en la obligación de hacer las cosas cada vez mejor. El objetivo a partir de ahora: "convencer a más españoles" en lo que queda de legislatura con el fin de "representar a una mayoría" cuando se convoquen las generales.
Además, Rajoy sacó pecho al resaltar que hace dos años, cuando fue reelegido para el cargo, no se equivocó al darle al PP una nueva impronta. Y para demostrarlo hizo repaso. Victoria en Galicia, en las europeas, determinantes en el País Vasco y ahora tercera fuerza política en Catalunya. Rajoy recordó que los tres candidatos Alberto Núñez Feijóo, Antonio Basagoiti y Alicia Sánchez-Camacho eran nuevos. "Ha quedado demostrado que los cambios que se plantearon han sido útiles, necesarios y han funcionado bien", dijo defendiéndose de todos aquellos que en su día le criticaron.
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Camacho reivindica que su resultadoes mejor que elde Vidal-Quadras
Rajoy mantuvo que el PP tiene "unas ideas y unos principios" que no van a cambiar. Pero advirtió de que su formación debe "aspirar a representar las inquietudes y sentimientos de los ciudadanos". Y, por tanto, tendrá que ir "adaptando" el programa "a lo que "está ocurriendo "en el mundo y en la sociedad española".
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Y, por si no había quedado lo suficientemente claro, volvió a presentarse como un partido para "una mayoría que está en el centro político y la moderación". Antes de escuchar sus palabras, Esperanza Aguirre ya había emitido su opinión. Frente a muchos compañeros, la presidenta de la Comunidad de Madrid afirmó que el aumento de escaños del PP catalán no tenía "nada que ver" con el proyecto que la dirección nacional adoptó en aquel cónclave, sino que se debía al trabajo de Camacho y su equipo. Además destacó que en campaña ella fue a Lleida y Tarragona y que en cada provincia se había subido un escaño.
El líder conservador destaca el trasvase de votos del PSC al PP
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La dirigente madrileña no compartía esa visión pero sí la de que para Zapatero ha comenzado un "vía crucis". Aguirre contó que había llamado a José Montilla para hablar con él tras la derrota porque su intervención le pareció "llena de dignidad".
Tanto Rajoy como Camacho aprovecharon sus respectivas comparecencias para subrayar el gran resultado obtenido. "El mejor de nuestra historia. Hemos quedado a seis puntos del PSC. Mientras que hace cuatro años la diferencia era de más de 16 y en las generales fue de 29 puntos", dijo el jefe de la oposición. A pesar de ello, Rajoy anunció que iba a seguir trabajando "para generar la confianza de más catalanes" con la vista puesta en 2012.
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En el PP creen que su jefe de filas ha logrado "reconciliarse" con el electorado catalán. Rajoy aseguró que de su partido se habían dicho "muchas cosas, en ocasiones injustas", y que ellos iban a seguir afirmando que están a favor "de España, de la Constitución y del autogobierno de Catalunya".
Camacho, que fue recibida en la reunión con aplausos y con un gran ramo de rosas rojas que le entregó Rajoy, anunció que iba a realizar "una oposición constructiva".
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La presidenta del PP catalán defendió con uñas y dientes que su resultado había sido mejor que el de Alejo Vidal-Quadras en 1995. En aquel entonces, los conservadores catalanes lograron 17 escaños, uno menos que ahora, pero más porcentaje de votos. Camacho aseguró que "buscar justificaciones de ese tipo estaba fuera de lugar".
Recordó que su antecesor se presentaba por segunda vez y para ella había sido la primera, que la participación de aquel momento fue más alta, que en aquella época no existían Ciutadans o UPyD, y que ella no sólo había cogido las riendas del partido hacía tan sólo dos años sino que además no estaba en el Parlament con lo que el esfuerzo era mayor... "Va a haber un diputado más que se va a sentar en la Cámara. Las fuerzas parlamentarias se miden por el numero de escaños", espetó zanjando la discusión. Lo que no quiso fue adelantar el sentido del voto de su partido en la investidura de Artur Mas.