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Rajoy se lava las manos en su visita a Catalunya

El líder conservador minimiza la cuestión y pide «moderación» a los partidos catalanes

ALBERT MARTÍN VIDAL

Mariano Rajoy estuvo ayer en Barcelona y dejó claro que tiene la conciencia perfectamente tranquila respecto a la polémica por el cerco de la justicia a la inmersión lingüística en catalán.

El presidente del PP exhibió su proverbial talante contemporizador para minimizar un asunto que se convirtió en la principal reivindicación de la Diada Nacional de Catalunya este domingo. 'Sé que han surgido elementos de discordia, en mi opinión sobredimensionados: no es la primera vez que pasa, ni será la última', explicó ante un auditorio de empresarios y cuadros convergentes entre los que destacaba el senador Jordi Vilajoana; el actual presidente de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve, o el antiguo dirigente Miquel Roca.

Rajoy no hizo ninguna referencia al recurso que presentó el PP contra el Estatut, que acabó propiciando la sentencia del Tribunal Constitucional que ha generado la actual situación, ni tampoco a que los conservadores también han recurrido la Ley de Educación de Catalunya. 'Lo urgente es lo que puede unirnos a todos', proclamó, 'y la solución sólo se puede encontrar desde la moderación'.

Esta escueta referencia a la inmersión fue lo único que Rajoy dijo al respecto. Los asistentes, que centraron sus preguntas en la economía, sí inquirieron al presidente del PP si considera rentable el anticatalanismo ante las elecciones. 'No sé si lo es o no, pero yo no lo practicaré, sería disparatado e irresponsable apostar por dividir a la población', respondió Rajoy. Nadie se acordó de que hace sólo cinco años, el dirigente conservador recogió firmas en toda España contra el Estatut catalán ni de que, en su celo, llevó su causa también al paseo de Gràcia de la capital catalana.

Sobre todo el acto planeó la sombra de los recientes acuerdos entre CiU y PP, y Rajoy, señalando la crisis, se mostró partidario de ahondar en estas relaciones. 'España necesita en los próximos años un Gobierno fuerte, pero no basta con un Gobierno fuerte: un Gobierno, por fuerte que sea, debe tener complicidades en la Cámara', aseguró.

Para esta próxima legislatura, la federación convergente pretende lograr un nuevo acuerdo de financiación inspirado en el concierto vasco, petición a la que Rajoy hizo ayer oídos sordos: 'Lo prioritario para que las administraciones tengan recursos es crear actividad económica y que más gente pague impuestos'. Aun así, Rajoy se comprometió a 'escuchar con atención' lo que se le plantee en este sentido.

Los mensajes de Rajoy no pasaron inadvertidos para Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz en el Congreso de CiU y candidato de la federación el 20-N, que lamentó que el presidente del PP 'pasa de puntillas' por el catalán y que 'se olvidará de Catalunya' si tiene mayoría.

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