El PP despliega su ofensiva contra el Ejecutivo
Cospedal dice que no se puede utilizar "frívolamente" el estado de alarma
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El PP apoya la declaración del estado de alarma decretada hace justo una semana por el Ejecutivo como vía para cortar en seco el sabotaje de los controladores aéreos. Pero luego reviste ese respaldo de furibundas críticas a José Luis Rodríguez Zapatero y al ministro de Fomento, José Blanco, por su gestión del conflicto. No dejó resquicio a la duda Mariano Rajoy el jueves en el pleno del Congreso, cuando el presidente explicó por qué había decidido una medida tan excepcional. Ayer, los conservadores confirmaron el lanzamiento de una ofensiva contra el Gabinete socialista.
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El PP centrará la sesión de control en la Cámara Baja en el motín en el tráfico aéreo. Ha registrado varias cuestiones orales y una interpelación. Dos preguntas, dirigidas a Blanco y a la titular de Defensa, Carme Chacón, versan sobre la falta de previsión del Ejecutivo y el proceso de homologación de los controladores militares.
Una tercera pregunta obligará al vicepresidente tercero, Manuel Chaves, a pronunciarse sobre las palabras, el pasado sábado, de su número dos, Gaspar Zarrías. El secretario de Estado reveló que el PP se había reunido con el sindicato de controladores, Usca, y sugirió que ambos podrían estar conchabados. La interpelación se ceñirá a las medidas previstas para paliar las consecuencias económicas del boicot de los técnicos y el desgaste de la imagen exterior. Además, el PP ha demandado en el Senado la comparecencia de la ministra de Sanidad, Leire Pajín, para que informe de cómo el desorden en los aeródromos afectó a los consumidores.
A los hechos se sumaron las declaraciones. El portavoz del partido, Esteban GonzálezPons, aseguró en la Cope que el Gobierno no puede usar el estado de alarma "como medida preventiva". Juzgó "sorprendente" que Zapatero "sea el primer presidente" que resuelve "un conflicto laboral militarizando a los trabajadores". El Ejecutivo ya ha insistido en que no se trata de una cuestión laboral, sino de un desacato de los técnicos.
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En similares términos se expresó María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, quien recordó que el Ejecutivo no puede recurrir "frívolamente" al estado de alarma.
El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, no entró ayer en la contienda política. Sí lo hicieron Zarrías y el portavoz socialista en el Congreso. El primero reclamó al PP que, en vez de exigir su reprobación en el Congreso, cuente de qué habló con los controladores. José Antonio Alonsoculpó a los conservadores de los "privilegios exorbitantes" que lograron los técnicos de control en tiempos de José MaríaAznar y felicitó a Blanco por haberse atrevido a fulminar las prebendas históricas.