Este artículo se publicó hace 15 años.
Las mentiras de Rodiezmo
El PSOE no jaleó puño en alto la subida de impuestos que plantea Zapatero
Gonzalo López Alba
Hacer política a golpe de titulares de periódico da la medida de la capacidad de liderazgo de aquellos que utilizan este recurso; pero cuando tal práctica implica además dar hilo a la cometa de las medias verdades, que son las peores mentiras, se convierte en un ejercicio funesto.
Sucedió el miércoles en el Congreso de los Diputados, durante el debate que reunió a los principales dirigentes políticos del país para se presume, por la razón de su elección buscar soluciones a los problemas de los españoles.
"Me quedé perplejo al ver a su partido jalear puño en alto un incremento fiscal", confesó Josep Antoni Duran Lleida dirigiéndose al presidente del Gobierno. "Hacen escenificaciones, como este fin de semana, con mucho de tizne y de naftalina", reprobó Joan Ridao. "Como titulaba hace bien poco un diario nacional, estamos A la deriva", reveló Mariano Rajoy, quien dos días antes, como pudo verse y oírse hasta que se le aplicó el oportuno tijeretazo en el vídeo promocional de un chat, no tuvo inconveniente en seguir el guión que le dictó el más avezado vendedor de periódicos para comparar el saludo socialista con el fascista: "¿Qué se diría si tú salieras con dos personas a cada lado con el brazo en alto?".
El acto en el que el presidente abrió el curso político es de UGT, no del Partido Socialista
El tiempo, que siempre refuta la impostura, ha dejado al desnudo las vergüenzas deontológicas del incomparable compositor de noticias, que no tiene reparo en hacer corta y pega con dos fotografías diferentes para confeccionar una instantánea que dé soporte gráfico al mejor adagio del peor periodismo: que la realidad no te estropee un buen titular. Verbigracia: "El PSOE jalea puño en alto que Zapatero suba los impuestos". ¿A quién le importa la letra pequeña del impecable texto escrito por el periodista que narraba los hechos?
Zapatero, un invitadoLa romería política de Rodiezmo, que comenzó a celebrarse hace 30 años como reunión de confraternidad entre los mineros de Asturias y de León, y en la que José Luis Rodríguez Zapatero interviene como orador invitado desde que fue elegido secretario general de los socialistas, no la organiza el PSOE. La organiza el sindicato de la minería asturiana SOMA-UGT y allí bien puede ocurrir, como el domingo pasado, que un dirigente sindical el secretario general de FIA-UGT de Castilla y León, Manuel López García diga que el ministro de Industria, a la sazón militante del PSOE, resulta ser alguien "inexistente y poco eficaz".
Mariano Rajoy fue incitado a comparar el saludo socialista con el fascista
Se celebra la fiesta en una campa a la que puede acceder cualquiera, aunque su interés se limite a comprar una ristra de ajos. Y si bien resulta de sentido común suponer que la mayoría de los que allí acuden tengan una inclinación ideológica escorada hacia la izquierda, lo cierto es que el PSOE suprimió a comienzos de los años noventa la obligatoriedad para sus militantes de afiliarse a UGT, que no era recíproca para los miembros del sindicato, pese a que muchos, como Zapatero, mantienen las dos filiaciones.
Lo único que el presidente dijo sobre la reforma fiscal fue: "Igual que cuando había un alto crecimiento económico hemos bajado impuestos, si ahora necesitamos algo, moderadamente, pedir a algunos ciudadanos para que contribuyan a seguir con la protección social y a invertir en capital público, tecnológico, en educación, claro que lo vamos a hacer. Y estoy convencido de que hay muchos ciudadanos dispuestos a decir sí, sí puedo aportar un poco más para que el conjunto y aquella parte que más dificultades tiene pueda sobrellevar mejor esta crisis económica. Sé que hay muchos ciudadanos que piensan y sienten así" (sic). La declaración fue acogida, como otras varias, con aplausos de los varios miles de personas que allí se dieron cita, pero no fueron estas las últimas palabras de Zapatero.
Las que precedieron al levantamiento del puño que acompañó el canto de La Internacional fueron: "Este es un país solidario y por ello hay un Gobierno solidario. Esta es una fiesta solidaria y por eso entendemos, sentimos lo que queremos decir. Este es un sindicato, el Soma y UGT, que tiene historia, convicciones y compromiso de futuro. Hoy lo ha expresado aquí muy bien Cándido Méndez. Y al lado, más que nunca, en una situación de crisis económica y de desempleo, al lado de ese sindicato, de los sindicatos en general, porque son representación de los trabajadores, está y estará el Gobierno que presido y el Gobierno al que apoyáis" (sic).
La diferencia nunca es casualEl broche de cantar La Internacional con el puño alzado forma parte de la liturgia de los grandes actos del PSOE y de la UGT, como sus congresos, pero no "es el saludo comunista", por más que se empeñe Esperanza Aguirre. Los comunistas levantan el puño derecho y los socialistas, el izquierdo. Según tiene contado Julio Feo, memoria viva de la instrahistoria del PSOE de aquellos años, cuando Adolfo Suárez convocó las primeras elecciones democráticas, en 1977, "habíamos adoptado el puño y la rosa de la Internacional Socialista, aunque con una modificación: el puño que sujeta la rosa en la Internacional es el derecho y en el PSOE es el izquierdo. La diferencia no era casual, como casi nada: los comunistas saludaban con el puño derecho cerrado; por tanto, había que diferenciarse de ellos y adoptamos el puño izquierdo" (Aquellos años).
Con la que está cayendo sobre la espalda de millones de españoles, si ya bordea lo obsceno discutir sobre la estabilidad del Gobierno y el liderazgo de Rajoy, qué decir de la falsa polémica del puño. Todo por un fajo de ejemplares y un puñado de votos. ¿O es por más? Como dice Julio Feo, "la diferencia no era casual, como casi nada". En Rodiezmo, la única diferencia con otros años fue la presencia de Leire Pajín y Bibiana Aido.
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