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Mas toma posesión como president prometiendo fidelidad a Catalunya

El líder de CiU se convierte en el 129 president de la Generalitat tras una ceremonia solemne de traspaso de poderes

PUBLICO.ES / EFE

Con su nuevo Gobierno ya formado tras el 'sí quiero' de Ferran Mascarell, Artur Mas tomó este lunes por la mañana posesión de su cargo en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, durante un acto solemne en el que prometió 'plena fidelidad al pueblo de Catalunya'.

El ambiente estuvo presidido por la cordialidad entre el president saliente y el entrante. Unas 700 personas, según fuentes de la Generalitat, fueron testigos de la toma de posesión de Mas, entre ellas el vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves, el presidente de Caja Madrid y ex ministro del PP, Rodrigo Rato, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, o bien el ex secretario general de Presidencia con Jordi Pujol, Lluís Prenafeta, imputado en el Caso Pretoria.

Tras el discurso del presidente saliente, José Montilla, y tras la lectura del real decreto de nombramiento por parte de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, Mas prometió el cargo como presidente número 129 del gobierno catalán.

Montilla deseó suerte a  Mas y apeló a que Catalunya se preocupe 'más por el hacer que por el ser' y deje atrás 'miedos y recelos atávicos' y los traduzca en 'esperanza y energía positiva'.  Montilla dijo que dedicará sus esfuerzos como ex presidente a que Catalunya esté más preocupada 'por la consistencia que por la esencia'.

'Me siento como una válvula más del engranaje que empezó más de mil años atrás'

Luego le tocó el turno a Mas inició su discurso en la ceremonia de toma de posesión, , agradeciendo las primeras palabras del presidente catalán saliente, José Montilla, que le impuso la medalla de nuevo presidente.

Mas pidió paciencia en el camino hacia la 'plenitud nacional' catalana mientras definió los Estados como 'construcciones artificiales'. El nuevo president, que empezó su discurso agradeciendo el 'impecable traspaso de poderes' de los últimos días, dijo: 'La vida institucional de un presidente es cuestión de años, la vida de las personas acostumbra a ser cuestión de décadas, la vida de los Estados en el mejor de los casos es cuestión de unos cuantos siglos, porque no dejan de ser construcciones artificiales, pero la vida de los pueblos, de las naciones, de las culturas, se pueden medir en milenios. Y yo me siento como una válvula más del engranaje que empezó más de mil años atrás'.

Mas aseguró no sentirse como 'un resistente, tampoco un libertador, sino un constructor de Catalunya, de la nación catalana', y recordó que 'la construcción nacional de Catalunya no es un trabajo para impacientes'. 'La plenitud nacional de Catalunya a la que muchos aspiramos requiere el esfuerzo constante, dedicación permanente, entusiasmo, ilusión, salvar obstáculos, no dar nada por perdido', dijo.

'He mamado Catalunya con gran intensidad'

En un discurso de poco más de 10 minutos, Mas reconoció que su llegada a la Generalitat coincide con 'un momento muy delicado', con un país 'lleno de problemas' y donde hay 'miedos, confusión y grandes interrogantes' de futuro.

Para resumir el ánimo con el que afronta su nueva responsabilidad citó la inscripción que figura en la rueda de timón que le han regalado sus padres: 'Cabeza fría, corazón caliente, puño firme y pies en el suelo'. Mas se ha comprometido a 'poner el país en marcha, movilizar energías', y ha llamado a los catalanes a afrontar 'sin miedo' la crisis, poniendo el acento más en el 'ejercicio de los deberes que en la reclamación de los derechos'.

Sus siete años en la oposición no han sido en balde, sino que, según destacó, le han permitido aprender mucho sobre Cataluña: 'La he pisado, la he conocido a fondo, la he respirado, la he tocado, la he mamado con una gran intensidad', afirmó Mas, convencido de que podrá ejercer mejor su cargo que años atrás.

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