Instrucciones para integrar al nuevo sin hacerle novatadas
Los estudiantes del colegio mayor Chaminade decidieron prohibir las novatadas hace ya casi treinta años
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Llegar a un colegio mayor en tu primer año como universitario y que un veterano te reciba para acompañarte a tu cuarto llevándote la maleta o que te inviten a una barbacoa al aire libre para pasar la tarde jugando al futbolín, al Twister, al Trivial, al mus... En algunos colegios mayores el suplicio de las novatadas no termina con la celebración de la fiesta del novato porque directamente no existe. Es el caso del Colegio Mayor Chaminade, en el que los estudiantes integran a los nuevos por otros cauces distintos a esos que, tan apegados a la tradición, rayan en la humillación del débil y el lucimiento del poder que detenta el más fuerte, cuando no se convierten en meros actos delictivos.
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En 1983, en una época en que las novatadas estaban perfectamente integradas en el ambiente, el aula de derechos humanos de ese colegio mayor decidió desplegar una campaña de concienciación que se presentó públicamente en el Centro Cultural de la Villa y llegó a implicar a la organización Justicia y Paz, la Asociación Pro Derechos Humanos, a Filium y al Rectorado de la Universidad Complutense, que terminó prohibiéndolas ese mismo año.
Para entonces, ya no se hacían novatadas en el Chaminade. Tras casi 7 años de intensos debates, los colegiales votaron abolirlas en una asamblea. Es así como se toman la mayor parte de las decisiones en el centro, según cuenta su director, Jose Ignacio Gautier, para quien la abolición de estas prácticas no habría ido más allá del nivel formal de no haber sido por el sistema asambleario que rige el centro y que los colegiales se toman muy en serio.
"Si la dirección hubiera querido propiciar que los estudiantes se reunieran en asamblea para hablar de las novatadas pero no de otras cosas, eso no hubiera funcionado" dice Gautier. En su opinión la prohibición del rectorado no termina de ser eficaz. "Hay que ir contra el concepto, contra el razonamiento de que el veterano, por el hecho de serlo, tenga autoridad sobre un novato". Y para eso "tiene que haber un lugar donde los colegiales puedan hablar y cuestionarse los unos a los otros, ejerciendo sus derechos democráticos", asegura el director, que lamenta que haya muchos centros que no cuenten con ese mecanismo.
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Gautier, que ya dirigía el centro en 1983, recuerda que las cosas no fueron fáciles. Desde determinados colegios se sintieron agraviados por la actitud del Chaminade y les criticaron con crudeza. "En algún momento seguro que llegaron a pensar: "los del 'Chami' son los más blandos y los más maricones"", bromea.
Uno de los argumentos que se utilizan para justificar las novatadas es que permiten integrar a los nuevos y fortalecer las relaciones entre los colegios mayores. A Borja Ibáñez, colegial del Chaminade desde el año 2005, las novatadas le parecen "un método de humillación y ridiculización hacia el que entra", pero sobre todo "prescindibles". "La gente puede integrarse sin necesidad de recurrir a ellas", dice el colegial, que considera triste que la única vía que encuentren algunos para contactar con otros colegios sean las novatadas.
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En su lugar, ellos organizan unas "jornadas de integración" que han mejorado hasta tal punto que, según explica, a veces resulta complicado articular todas las iniciativas."Este año, por ejemplo, no ha habido cena de bienvenida porque no había fecha para hacerla y se vio que tampoco hacía falta", apunta el colegial.
José Ignacio Gautier cree que es falso que las novatadas integren y va más allá: "Aunque no se hiciera nada, se integrarían. De hecho, los que vienen en el mes de septiembre, porque cursan grados, se conocen antes de que empiecen las jornadas. ¿Cómo?, viviendo, quedando para tomar algo...".
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En el Chaminade las novatadas están prohibidas en todo el recinto, incluso en la cafetería, a la que todo el mundo tiene acceso. "Las novatadas no se hacen ni a gente de dentro ni de fuera", explica el colegial. Se trata de fomentar un clima de oposición a las novatadas, impidiendo también que otros estudiantes las realicen en el centro.
Y es que el rechazo a las novatadas es casi una seña de identidad de los propios colegiales. Así lo confirma Borja Ibáñez, aunque reconoce que "hay gente que defiende en cierto modo que es un mecanismo más, pero no como para instaurarlo desde un punto de vista institucional".
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Sí se muestra más crítico con la labor que desarrollan "las autoridades competentes" contra las novatadas. "En la mayoría de los colegios se hacen y los directores lo saben", afirma el colegial, que sospecha que la Universidad Complutense de Madrid tiene informaciones "más o menos fiables" sobre que se siguen haciendo. "Es algo que se puede comprobar con la vista y el oído".