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Los inmigrantes son más hábiles ante la crisis

Los extranjeros, a quienes golpeó primero la recesión, son pioneros en fórmulas de ahorro

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Segundo día después de cobrar el paro. Son las 7.00 horas. Samuel Prado y Francisco Javier Vélez, colombianos de 51 y 42 años de edad, respectivamente, ven amanecer en el parking de Mercamadrid, el mayor mercado mayorista de España, donde llevan más de una hora comprando alimentos. El grueso de los clientes son empresas (restaurantes, comercios, grandes locales...), pero cada vez es más frecuente encontrar grupos de familias que se unen para adquirir productos al por mayor. Samuel y Francisco Javier hacen la compra del mes para cinco familias extranjeras y también para una española.

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"Aquí evitamos intermediarios y, dependiendo del producto, ahorramos entre un 20% y un 50% del precio", explica Samuel. "¡A ver dónde encuentras un kilo de estos tomates a 50 céntimos!", exclama con aspavientos mientras esquiva el trasiego de toros mecánicos que van y vienen cargados de mercancías, a esas horas de la mañana, con pitidos estridentes. El grupo empezó a hacer sus compras en Mercamadrid la pasada primavera y ya tienen seguidores entre sus vecinos españoles.

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La tasa de paro de los foráneos es del 29%, frente al 19% general  

En el maletero de su diminuto coche se amontonan 110 kilos de hortalizas, 100 de frutas y 10 pollos. "La carne de vaca y cerdo, los lácteos y los huevos los compramos en otro mercado para mayoristas con la tarjeta de algún amigo que sea socio", explica el grupo. Presupuesto final de la compra para las seis familias: 148 euros.

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A pesar de tener problemas comunes, varios indicadores trazan un abismo entre españoles y extranjeros. La tasa de paro, por ejemplo: el índice general de la población es del 19,8%, según la última Encuesta de Población Activa, del tercer trimestre de este año. Entre los extranjeros, el porcentaje aumenta diez puntos, hasta el 29,3%.

Las asociaciones de inmigrantes coinciden en señalar dos características más que diferencian a ambos colectivos a la hora de afrontar los efectos de la crisis: los extranjeros carecen de una red familiar y social en la que buscar apoyo, mientras que los españoles tienen más pudor a acudir a los centros sociales o de caridad y reconocer que están en una situación económica difícil.

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"La inmigración ha sido pionera en crear estas iniciativas porque fue a la primera que se llevó la bofetada de la crisis, hace tres años", explica Juan Pedro Rodríguez, coordinador de redes sociales y vecinales de la asociación América España Solidaridad y Cooperación (AESCO). "Las formas de ahorro de los inmigrantes no se reducen al hacinamiento en pisos patera: desde hace tiempo buscan cómo sacar más rentabilidad al poco dinero que tienen", añade.

"Comprando varias familias juntas, ahorramos un 50%", asegura Samuel

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Desde el África Subsahariana, los malienses y senegaleses han traído consigo el fenómeno de los tontines, muy popular en su país. El sistema consiste en recaudar una cantidad de dinero mensual entre los miembros del grupo que participa. Hay varias formas de repartirlo. Al final del mes, algunos entregan la cantidad reunida (como préstamo sin interés o como ayuda directa) a aquel miembro del grupo que, por votación, los donantes consideran más necesitado. En otros casos, cada mes le corresponde a uno distinto.

Francisco Javier, colombiano de 42 años, también ha promovido uno de estos círculos económicos de confianza. La cuota mensual en su caso es de 50 euros. Son 11 familias. "Todos podemos poner esa cantidad; 50 euros no nos supone un gran sacrificio y, cuando te tocan de golpe los 550, es un balón de oxígeno enorme", valora.

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Dos de las zonas donde más se ha extendido este sistema de préstamo son Madrid y los municipios con grandes extensiones agrícolas del Maresme, en la provincia de Barcelona, donde hay una gran concentración de inmigrantes subsaharianos. La organización Ferrocarril Clandestino, con sede en Madrid, realiza algo similar denominado cajas de resistencia.

Las asociaciones, ONG y agrupaciones vecinales de extranjeros también fomentan, por ejemplo, redes de asesoramiento sobre impagos de hipotecas, bancos de ideas para reducir los costes del día a día... A pesar de los recursos que ofrecen a los ciudadanos, el Gobierno ha recortado el Fondo para la Integración de los Inmigrantes, el maná del que viven estos colectivos, un 70% este año.

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AESCO es una de las organizaciones de referencia para los latinos en España. En los últimos dos años, han asesorado a 1.200 familias, dentro de su programa especial de medidas anticrisis. En sus oficinas, el porcentaje de atendidos extranjeros y españoles es del 90% y 10%, respectivamente. Los nacionales que acuden a AESCO buscan, sobre todo, asesoramiento hipotecario.

Es el caso de Olga, madrileña, que compró un piso hace siete años por 200.000 euros y ahora lo tiene que entregar al banco, desesperada, porque no puede seguir pagando. "Aún me queda una deuda de 160.000 euros por los intereses que he ido acumulando", se lamenta. "En la asociación tienen mucha experiencia: han asesorado a miles de personas con la misma situación. Que sean extranjeros o españoles me da igual", asegura Olga.

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"No podemos pagar el comedor ni clases extraescolares"

En un despacho cedido por el Ayuntamiento de Parla (Madrid), la ONG reúne, cada martes y jueves, a decenas de familias que tienen que entregar sus casas a los bancos por impago hipotecario. A las 5 de la tarde, 15 afectados debaten sobre sus problemas e intercambian consejos dentro de la sala. En la puerta, una decena más aguarda su turno. Poco a poco, van entrando y preguntan cómo hacer frente a cláusulas abusivas, seguros hipotecarios incumplidos, presuntas estafas bancarias...

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Pero la mayoría, por lo general, busca cómo retrasar su desahucio por impago. En las reuniones, también se explica qué es la justicia gratuita, un servicio desconocido por muchos.

Rodríguez afirma que reunir a los afectados en torno a una mesa les sirve también como "terapia barata: Mucha gente con graves problemas económicos se queda encerrada en casa y se deprime. Venir a los encuentros, contar sus problemas y ver que hay gente en una situación similar les ayuda".

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Freddy Vargas y Melina Zabala, pareja ecuatoriana de 37 y 34 años, coinciden en que "cada vez hay más españoles". Sostienen en brazos a su hijo Dylan, de 3 años, profundamente dormido. "Termina el colegio a las dos, pero no podemos pagar el comedor ni clases extraescolares. Lo llevamos a todos lados, al menos hasta que tengamos trabajo", concluye el padre.

29,3% tasa de paro
La tasa de paso de la población extranjera es del 29,3%, frente a la general del país, del 19,8%, según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2010. Los principales sectores en los que trabajan son la construcción, la agricultura y el servicio doméstico.

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12,2% inscritos en el padrón
En España viven 5.708.940 ciudadanos extranjeros, lo que representa el 12,2% del total de los personas inscritas en el padrón municipal del 1 de enero de 2010. El 41,1% de los foráneos procede de la Unión Europea (Rumanía es el país mayoritario); el 26,6%, de América del Sur, y el 18,4%, de África (con Marruecos como principal emisor).

79,2% en edad de trabajar
El 65,8% de la población española tiene entre 16 y 65 años. El índice de extranjeros en edad de trabajar asciende hasta el 79,2%,. La mayoría tiene menos de 40 años.

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