"Hay que cortar el drama de las pateras por lo sano"
La nueva responsable de migraciones alerta sobre la llegada de discursos xenófobos a España
Publicidad
El despacho de la nueva secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Anna Terrón i Cusí (Barcelona, 1962), huele a recién pintado, tras el lavado de cara que ha recibido la antigua sede del Ministerio de Asuntos Sociales. Un mes después de su toma de posesión, Terrón dibuja ya, con trazo firme, las líneas que regirán su política migratoria. Y pone el foco en la integración de las segundas generaciones por medio de la educación. Tras su paso por la política europea (era delegada de la Generalitat de Catalunya ante la Unión Europea desde julio de 2004), condena las políticas migratorias de Holanda e Italia.
Publicidad
En 2008, el 24% de los niños que nacieron en España tenía algún progenitor extranjero. ¿Cómo van a orquestar la integración de las segundas generaciones?
Tenemos el reto de gestionar la diversidad de nuestra sociedad, que es más correcto que hablar de integración, porque hablamos de niños que nacen en España. En educación, las autonomías tienen un papel fundamental. Hay que luchar por la integración en las aulas y aumentar el porcentaje de alumnos que llegan a la educación superior, así como actuar contra el fracaso escolar.
ERC quiere que el Congreso fuerce al Gobierno a anular el recorte del 65% del Fondo para la Integración de los Inmigrantes. ¿Es posible?
Publicidad
El Fondo ha sufrido un ajuste por el plan de austeridad. Estamos aún en fase de discusión.
"Los oportunistas siempre tienen su espacio en momentos duros"
Publicidad
¿Le preocupa el aumento del racismo en España?
Sí. Me preocupan las actitudes intolerantes, pero sobre todo las modas, que nos apuntemos todos y les demos un eco cada vez más grande. Me parece mal, más que por razones ideológicas, porque levantan el tono y no dan soluciones, crea problemas nuevos.
Publicidad
¿Es ingenuo pensar que los partidos xenófobos no van a llegar a España?
Sí. En nuestro país ha habido muy pocos problemas con extranjeros, a pesar del gran eco mediático que tienen. Tenemos una población muy constructiva y un nivel de convivencia ejemplar. En Holanda, hay partidos políticos que utilizan la xenofobia como arma electoral. Es un momento propicio por la crisis: buscar enemigos externos a los que culpar de nuestros males es muy reconfortante. Sería absurdo pensar que esto no va a pasar aquí y que los extremistas no van a recibir apoyo desde otros países. Los oportunistas de la política siempre tienen su espacio en momentos duros.
Publicidad
¿Qué políticas le interesan de otros países?
Alemania tiene una incorporación al mercado de trabajo de inmigrantes y segundas generaciones muy importante, porque les vinculan mucho con el mundo de la empresa. Hay otras cosas que han pasado en Europa, como es el caso de Italia, que aquí, ni han pasado, ni tendrían cabida.
Publicidad
"El nivel de convivencia en España es ejemplar"
CiU pide que la Ley de Extranjería sopese el "esfuerzo" de integración de un inmigrante antes de concederle la residencia.
Publicidad
Los factores subjetivos son difíciles de regular en una norma. La ley no está pidiendo para el arraigo ninguna condición similar. La subjetividad hay que dejarla en los primeros niveles: los maestros, los asistentes sociales y los que trabajan con ellos cada día. Hay que darles más autoridad.
Este curso sólo hay en todo el país 46 maestros de Islam para 150.000 alumnos musulmanes.
Publicidad
No podemos forzar un sistema de educación laico en un determinado sentido. Tenemos que integrar la pluralidad religiosa en los lugares públicos. Lo otro es esconder determinadas religiones en ámbitos que tienen menos presencia social.
La UE ha aumentado los fondos para el control de las fronteras. ¿Debería dar más financiación a la integración y la cooperación?
Publicidad
España ha aumentado los fondos de gestión y cooperación. Con la crisis, una de las pocas cosas que no ha recortado el Gobierno es la cooperación al desarrollo. Soy partidaria de hacer un control de las fronteras marítimas lo más potente que podamos, tanto por razones de control de entrada como humanitarias. No podemos permitir que la gente se eche al mar y se muera en nuestras costas ante nuestros ojos. En los últimos años, los países de salida han tomado conciencia de esto. Hay que cortar el drama de las pateras por lo sano.