Durão Barroso, el último de las Azores
Durao Barroso deja de ser presidente de la Comisión Europea este año. Si se aprueba el Tratado de Lisboa, Europa tendrá un presidente permanente. ¿
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Es un resistente nato. Ha sobrevivido a la mayor crisis económica en décadas, al no de tres países en los referéndums de la Constitución Europea y el Tratado de Lisboa, o a la paralización del motor franco-alemán. También al encuentro entre los artífices de la guerra de Irak, George Bush, Tony Blair y José María Aznar, a los que acogió en 2003 en las islas Azores.
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El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, se mantiene como único y más probable candidato a sucederse a sí mismo al frente del Ejecutivo comunitario, donde ya ha cumplido un primer mandato de cinco años. Mientras sus tres aliados políticos de las Azores dejaron ya el poder acosados por la baja popularidad y sus pecados pasados, Barroso es apoyado por una mayoría de Gobiernos de todos los colores políticos, entre ellos el de Zapatero.
El nombramiento del presidente de la Comisión, la institución donde se redactan las directivas y que hace cumplir los tratados de la UE, suele respetar la norma no escrita de respetar el triunfo de la izquierda o la derecha en las elecciones al Europarlamento. Sin embargo, su identidad, al igual que la de los 26 comisarios que conforman su equipo, recae en última instancia en el consenso de los 27 Gobiernos. Barroso, candidato oficial del Partido Popular Europeo, que es mayoritario en la actual Eurocámara y que, según todas las encuestas, seguirá siendo el primer partido del hemiciclo, ha logrado en los últimos meses el apoyo de Gobiernos de centro izquierda como el de Gordon Brown en el Reino Unido, el de José Sócrates en su propio país, Portugal, o el español.
Entre sus detractores, que se movilizan en Internet bajo el grito de "Stop Barroso" o "Cualquiera menos Barroso", se encuentran los socialistas franceses, los Verdes europeos o la extrema izquierda. "Barroso es el portavoz de los grandes Gobiernos", asegura el líder de Los Verdes, Daniel Cohn-Bendit. "No atiende al interés general europeo", lamenta el eurodiputado, uno de sus más feroces críticos por "su discurso hiperliberal y sus decisiones devastadoras", asegura.
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La izquierda, aunque dividida, reprocha a Barroso un papel discreto a la hora de tomar medidas contra una crisis económica causada en gran medida por los mismos excesos en los mercados financieros que Bruselas se negó a regular durante cinco años. Por otra parte, los anti Barroso critican su apoyo a la guerra de Irak y sospechan de su conocimiento de los vuelos de la CIA rumbo a Guantánamo.
Algunos líderes socialistas, entre ellos el candidato del PSOE, Juan Fernando López Aguilar, preferirían un candidato de izquierdas para la Comisión, pero el actual líder del grupo político europeo, el danés Poul Nyrop Rasmussen, no cuenta con un amplio respaldo gubernamental. Sólo una destacada victoria socialista, que a seis días de las elecciones no parece probable, podría truncar las posibilidades de Barroso, que de momento guarda silencio sobre su reelección.