Correa atribuye a Bárcenas y Cascos su ascenso en el PP
El jefe de la trama corrupta señala al ex tesorero y al ex ministro de Fomento como artíficesde su ascenso con el partido. Incluye a Sepúlveda y Arenas en el grupo que daba los contratos
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Francisco Correa, presunto jefe de la trama corrupta, contó al juez Antonio Pedreira cómo en el primer tercio de los noventa las empresas del conglomerado Gürtel se instalaron en la órbita del PP, hasta trabajar casi en exclusiva para el partido, y cómo lo lograron gracias a Luis Bárcenas y a otros dirigentes de la formación conservadora: Francisco Álvarez Cascos, Jesús Sepúlveda, este último también imputado en la causa, y Javier Arenas, a quien, de manera dubitativa y atribuyéndole un cargo que nunca desempeñó, señala como miembro del núcleo decisorio del PP en materia de contratación.
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En una extensa declaración donde repite hasta la saciedad que las grabaciones se han sacado de contexto y que jamás pagó a nadie, Correa repasa sus primeros trabajos para el PP como agente de viajes y relata cómo el entonces gerente del partido, Luis Bárcenas, le hizo una oferta de calado: organizar los actos el partido. El propio Correa recuerda que el secretario general era Francisco Álvarez Cascos, aupado luego por Aznar a la cúpula del Ministerio de Fomento. En esa misma declaración, Correa remarca que sus empresas trabajaron para AENA, la sociedad aeroportuaria dependiente de Fomento. "En Barajas hicimos un montaje espectacular", para la presentación del "nuevo proyecto" del aeropuerto madrileño, rememora Correa. Y aporta un dato sobre cómo funcionaban las cosas, según su propia versión: "AENA nos encargó y lo pagó Dragados".
A partir del momento en que Bárcenas lo llama dice Correa citando como marco temporal los años 1993 o 1994, empezó "a trabajar regularmente en la organización de mítines para el Partido Popular". La decisión de a quién contratar "no la tomaba siquiera el secretario general". Había, relata el cabecilla de la red, "un grupo de personas". Y, siempre según Correa, ese grupo quedaba conformado por Cascos, Jesús Sepúlveda, en aquellas fechas secretario electoral y luego alcalde de Pozuelo (Madrid), y "el secretario de Organización, que en la época creo que era Javier Arenas", dice Correa. "Bueno, era un grupo de cinco o seis personas", precisa a renglón seguido. Y, como sus sociedades propiciaban al PP "un ahorro muy importante de dinero", pasaron a organizar "mítines, campañas europeas, campañas municipales, campañas generales".
Ayer, Arenas difundió un comunicado donde subraya que jamás ha desempeñado el cargo de secretario de Organización y que, en 1993, cuando dirigió la campaña electoral del PP, la empresa organizadora fue Claim, ajena a la red Gürtel. Y que, tras esa campaña, asumió la dirección del PP andaluz, tarea en la que se concentró "al cien por cien". En su nota, Arenas amenaza con emprender acciones legales "frente a esta falsa acusación y ante quienes la mantengan". De hecho, ayer anunció una querella contra el PSOE andaluz por exigirle que explique su papel con Correa.
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El relato de Correa describe una relación fluida con dirigentes del PP y Nuevas Generaciones. Tal era la confianza que suscitaba en la cúpula conservadora que hizo que compartiera viajes con Aznar. "Con el presidente viajábamos fuera con ellos, acompañando al señor Aznar en sus viajes internacionales".
Lo profesional y lo personal se entreveraban de forma inseparable. Y eso se hace patente en la respuesta que ofrece Correa cuando las fiscales le preguntan cómo saltó de trabajar para el PP a recibir contratos de ayuntamientos y comunidades gobernadas por ese partido: comenzó a conocer a "casi todos" los jóvenes afiliados del PP y entabló "amistad" con quienes luego progresaron en política: "Y el chiquito que estaba en Nuevas Generaciones pues al final llegó a alcalde y el otro fue a no sé dónde y el otro se casó con la hija del presidente", enumera Correa sin citar de forma expresa a Alejandro Agag, yerno de Aznar.
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El hombre a quien dentro de la trama se conocía como Don Vito utiliza la siguiente frase para explicar cómo fue su contacto inicial con el PP. "Creo que conocía a Elvira, la hermana del presidente", afirma el imputado. Aznar tiene una hermana llamada Elvira.
Por un lado, Correa intenta minimizar su papel en el entramado y endosar la responsabilidad a Ramón Blanco Balín, considerado uno de los expertos de la red en blanqueo. Por otro, se presenta como paradigma de honradez, como alguien capaz de liquidar una deuda ya prescrita porque eso es lo "honesto". En suma, se define a sí mismo como un empresario "decente" y, como mal menor, admite la comisión de un delito fiscal pero no de los de cohecho y blanqueo. Jamás pagó un soborno, repite una y otra vez. "Otra cosa aclara es que yo haya podido hacer negocios irregulares, desde el punto de vista tributario".
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La declaración adquiere tintes extravagantes cuando la fiscalía inquiere a Correa si alguna vez comentó que posee un vídeo sobre Arturo González Panero, aquel donde supuestamente el ex alcalde de Boadilla aparece contando dinero. Correa insiste en que su comentario iba en broma. "Habrá que ver si estábamos con alguna coca-cola de más", arguye.