Cinco símbolos contra la impunidad
El acto de homenaje a los abogados de Atocha, asesinados hace 35 años, se convierte en un acto de repulsa contra las dictaduras
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En el 35 aniversario de su asesinato, los cinco abogados de Atocha se confirmaron como símbolo de la lucha contra la impunidad de las dictaduras. El acto en homenaje a todos ellos, víctimas del atentado que perpetró la ultraderecha franquista el 24 de enero de 1977, se convirtió en una protesta en toda regla contra el franquismo y a favor de la libertad y de los derechos humanos.
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Se daba una situación "paradójica", según lamentaron muchos de los intervinientes en el homenaje organizado por CCOO sindicato entonces clandestino al que pertenecían los asesinados en el auditorio Marcelino Camacho de Madrid: El aniversario coincidió con el inicio de la vista oral contra Baltasar Garzón, por su intento de investigar los crímenes perpetrados por el régimen de Franco.
Antonio Ruiz-Huerta, único superviviente de la masacre de Atocha junto con Dolores González, denunció que esa coincidencia le hace concluir que "para el poder judicial lo de Atocha es como una especie de episodio que forma parte de la historia de la violencia política". Para él, sin embargo, fue "un elemento clave que forma el ADN de la lucha democrática en España".
Un superviviente exige que se reconozca la lucha antifranquista
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"Los abogados de Atocha fueron víctimas de la última sentencia ejecutada por el franquismo", apuntó en su turno de palabra el líder de CCOO de Madrid, Antonio López. Fueron, a su juicio, símbolo de la lucha por la democracia. Fueron "aquellas luciérnagas de libertad que algunos quisieron ver desaparecidas y que con el tiempo se han ido convirtiendo en un poderoso faro, en un asidero seguro para quienes afrontamos un futuro incierto en el que nos jugaremos la libertad y los derechos".
Especial fue su recuerdo para Dolores, Lola González, la segunda superviviente de la matanza que no acudió al homenaje de ayer porque "se le ha ido convirtiendo cada vez más insoportable" el acto de recuerdo de los atentados, que cada año llega "cargado de emociones, de dolor y de recuerdos".
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El dirigente de comisiones también aprovechó para hacer una reivindicación artística. La de El Abrazo, el cuadro de Juan Genovés que inspiró la escultura que preside la madrileña plaza de Antón Madrid, situada en plena calle Atocha, donde ayer, como cada año, familiares y amigos de los asesinados hace 35 años les rindieron su pequeño tributo.
Los asistentes lamentan que el acto coincida con el juicio contra Garzón
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López juzgó que "no es lógico" que la obra pictórica que inspiró la escultura "siga arrinconada, excluida y condenada en los sótanos del Museo Reina Sofía". E instó a las diferentes autoridades a que reconozcan que ese cuadro "forma parte de la memoria" colectiva de todos los ciudadanos.
Los asistentes, entre los que estaba el líder de IU, Cayo Lara, o el del PCE, José Luis Centella, coincidieron en el olvido de la lucha antifranquista que, según apuntó Ruiz-Huerta, "tuvo como compensación la incorporación de la derecha a la democracia" sin más responsabilidad. El abogado, no obstante, advirtió que "mientras este país no reconozca lo que significa esa lucha, no va a estar en paz".
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La "unidad en torno a los abogados de Atocha" que según Antonio López se escenificó ayer en Madrid y que unió a "comunistas, socialistas y sindicalistas", debe presidir, también, la "lucha por el futuro, por los derechos, por la libertad y por la democracia".
El patronato de la Fundación Abogados de Atocha hizo entrega de sus premios que este año recayeron en la Fiscalía general de Guatemala y en el escritor y economista José Luis Sampedro.
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Del primer organismo, dirigido desde 2010 por Claudia Paz y Paz, la cooperante Sofía Duyos y el sindicalista Antonio García destacaron su combate contra la corrupción, su persecución del narcotráfico y su labor contra la violencia de género. Sobre todo, destacaron su voluntad por "acabar con la impunidad de los crímenes cometidos por los militares contra su población en los años 80", que tildaron de "genocidio".
De José Luis Sampedro, el patronato destacó su "empatía y comprensión" hacia los seres humanos. Y el catedrático de Derecho de la Complutense, Carlos Berzosa, amigo personal que recogió el premio en su nombre, alabó el pensamiento económico del escritor que, destacó, "no se reduce a las matemáticas".