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Liberados los dos cooperantes secuestrados en Mauritania

Roque Pascual y Albert Vilalta, en manos de Al Qaeda desde el 29 de noviembre, emprenden el regreso a España. El Gobierno, que sigue sin confirmar la liberación, pide prudencia

G. AYUSO / T. DEIROS

Roque Pascual y Albert Vilalta por fin podrán volver a casa. Los dos cooperantes catalanes secuestrados el pasado 29 de noviembre en Mauritania cuando recorrían el país en una caravana humanitaria de Barcelona Acció Solidària han sido liberados, tras 267 días de cautiverio, en el que ha sido el secuestro más largo perpetrado en el norte de África por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la rama magrebí de la organización de Bin Laden. La extradición a Mali de un terrorista condenado en Mauritania por este caso ha resultado clave para la liberación. La mediación de un asesor del presidente de Burkina Faso, también.

Ha sido una tarde de nervios y expectación para familiares y amigos. Hacia las cinco saltó la tan esperada noticia. La cadena de televisión árabe Al Arabiya fue la primera en informar de que los españoles Roque Pascual y Albert Vilalta habían sido puestos en libertad. La agencia de noticias independiente mauritana Sahara Media confirmó luego la noticia. Pese a ello, a media tarde, fuentes del Gobierno español aseguraron a este diario que Pascual y Vilalta 'seguían aún en manos de los secuestradores' y pidieron 'prudencia y discreción', probablemente para no frustrar un desenlace feliz del secuestro.

Iselmu Uld Mustafa, experto mauritano en movimientos terroristas y director del semanario Tahalil Hebdo, precisó después a Público que, de acuerdo con sus fuentes, los rehenes estaban 'de camino' hacia el lugar de la entrega a las autoridades españolas, por lo que existía aún el riesgo de que los secuestradores se echaran atrás: 'Hasta que los rehenes no estén en el palacio presidencial de Mali o en manos de las autoridades españolas, el peligro persiste'. 'Aún se desconoce si los cooperantes serán liberados en Bamako -la capital del país-, Tombuctú o en la capital de Burkina Faso, Uagadugú', explicó Uld Mustafa.

No obstante, las noticias posteriores procedentes de la zona aseguraban que Vilalta y Pascual ya estaban camino de zona segura. Y, según la agencia catalana de noticias ACN, la confirmación definitiva la dio el propio Roque Pascual, que llamó por teléfono a su mujer para comunicarle su liberación. Por la tarde también, el Gobierno informó de la situación al líder del PP, Mariano Rajoy.

Según la cadena que difundió la noticia, Al Arabiya, el Gobierno ha pagado un rescate de entre cinco y diez millones de euros por la liberación. La corresponsal de la cadena en Nuakchot explicó también que los dos cooperantes se encontraban todavía en Mali, 'a la espera de las gestiones para su regreso a Madrid, a través de un mediador'. Aunque Al Arabiya no desveló la identidad de este intermediario, todo apunta a que se trata de Mustafa Uld Liman Chafi, un consejero de origen mauritano del presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré. A este mediador se atribuyó también en marzo la liberación de Alicia Gámez.

Pascual llamó por teléfono a su mujer, según la agencia catalana ACN

Al margen del supuesto rescate, otra pieza clave para la liberación de Roque Pascual y Albert Vilalta ha sido la extradición de Mauritania a Mali del terrorista maliense Omar Uld Sid Ahmed Uld Hame, alias Omar Saharaui, condenado a 12 años de cárcel y trabajos forzados por el secuestro de los tres cooperantes. Se barajaba la hipótesis de que los dos rehenes hayan sido intercambiados por Omar Saharaui. Los trámites que han permitido culminar la liberación de los dos españoles con éxito han sido largos y costosos. Desde principios de agosto, se multiplicaron las gestiones. En los primeros días de este mes, el ministro de Justicia de Mauritania viajó a Mali en una visita inesperada cuyos motivos no fueron revelados. Sin embargo, cinco días después, el 16 de agosto, se producía la extradición de Omar Saharaui a Mali.

La entrega de este terrorista a Bamako ha resultado decisiva porque Mauritania se niega a liberar a presos islamistas radicales a cambio de secuestrados, mientras que Mali sí ha accedido a hacerlo en varias ocasiones. Por ejemplo, el rehén francés Pierre Camatte, secuestrado sólo tres días antes que los cooperantes catalanes, fue canjeado en marzo por cuatro presos salafistas encarcelados en Mali.

Además de Camatte, Bamako ha excarcelado en otras dos ocasiones a un total de ocho islamistas radicales para obtener a cambio la libertad de seis canadienses. Para el observador mauritano Iselmu Uld Mustafa, 'es evidente' que la liberación de los dos españoles se debe a la entrega a Mali de Omar Saharaui, una decisión que atribuye a las 'presiones del Gobierno español'.

En estas gestiones con Mauritania y Mali es donde el mediador Mustafa Chafi ha desempeñado un papel decisivo. Su intervención ya permitió la puesta en libertad de los canadienses a principios de 2009 y del matrimonio italiano formado por Sergio Cicala y Philomene Kabouré este mismo año.

La mediación de un asesor del Gobierno de Burkina Faso resultó clave

La mediación de Chafi ha dado fruto en un momento en el que los temores por la vida de los cooperantes se habían agudizado. El asesinato del rehén francés Michel Germaneau, de 78 años, el pasado 25 de julio, en venganza por una fallida operación de rescate franco-mauritana en la que murieron seis terroristas, había aumentado la inquietud por la suerte que podían correr los dos cooperantes.

Para Uld Mustafa, esta liberación era ya urgente, puesto que 'dentro de Al Qaeda, estaban aumentando las presiones de varios grupos partidarios de que se ejecutara a los rehenes españoles'.

La situación de 'debilidad' que, según este experto en terrorismo, está atravesando la rama magrebí de Al Qaeda podría también haber influido en su decisión de poner punto final a un secuestro que ha durado nueve meses.

Hacía días que se rumoreaba que la liberación tenía que ser inminente. Desde principios de semana las familias esperaban este momento, pero las jornadas habían ido transcurriendo sin más acontecimientos y la inquietud incrementaba.

La cadena Al Arabiya habla del pago de un rescate millonario

Roque Pascual y Albert Vilalta fueron secuestrados junto con Alicia Gámez cuando la caravana solidaria se encontraba a 150 kilómetros de Nuakchot, en la carretera que une la capital de Mauritania con Nuadibú.

Varias personas que iban en la misma comitiva oyeron gritos por radio que decían: '¡Metralletas, metralletas!'. Cuando pudieron acercarse hasta el vehículo en el que viajaban los tres cooperantes catalanes vieron que ya no había nadie.

La cooperante y funcionaria Alicia Gámez fue liberada el 10 de marzo, tras 101 días de secuestro, y desde el norte de Mali viajó a Burkina Faso, desde donde regresó a Barcelona en avión militar. El Gobierno aseguró que no se había pagado rescate.

Albert Vilalta. Director general de dos empresas
Albert Vilalta, de 46 años, se llevó la peor parte en el momento de la captura: resultó herido de bala en una pierna y en un vídeo tomado tras el secuestro aparecía con una escayola. Vilalta es director general de las empresas Tabasa y Túneles del Cadí e hijo del ex consejero de Medio Ambiente de la Generalitat. Está casado y tiene tres hijos. Es cooperante desde hace siete años.

Roque Pascual. Constructor y consejero delegado
Roque Pascual ha participado, desde su fundación hace nueve años, en todas las caravanas solidarias por África occidental organizadas por la ONG con la que colabora. Pascual, de 50 años, es constructor y consejero delegado de la empresa Gecoinsa. Tiene dos hijos. Su labor humanitaria también pasa por ayudar a la inserción laboral de personas con una minusvalía psíquica.

9 ONG
Nueve ONG han sufrido en los últimos 14 años el secuestro de algunos de sus trabajadores españoles. Entre ellas, Acción contra el Hambre, Médicos sin Fronteras o Asamblea de Cooperación por la Paz.

42 América Latina
De los 51 secuestros de cooperantes españoles que han tenido lugar desde 2006, la mayoría, 42, han tenido lugar en América Latina.

267 el cautiverio más largo
El secuestro de Vilalta y Pascual, con 267 días, ha sido el más largo de todos los sufridos por cooperantes españoles.

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