El acto de homenaje celebrado esta mañana en Madrid en apoyo al juez Baltasar Garzón, que se sentará en el banquillo de los acusados por tratar de investigar los crímenes cometidos durante el franquismo, ha suscitado todas las suspicacias en el PP (ver fotogalería).

Para la secretaria general de los conservadores, Maria Dolores de Cospedal, el acto representa un 'atentado a la democracia', 'un disparate' con el que se pretende presionar al juez Varela, instructor de la causa contra Garzón.

'Es un atentado clarísimo contra la democracia, contra el Estado de Derecho y hacen muy poco favor a la democracia y a la independencia del poder judicial con estas actuaciones', declaró a Telemadrid.

Cospedal se amparó en el supuesto 'orgullo' que sienten los españoles hacía la Transición. Pero no sólo eso, y añadió que la Ley de Amnistía de 1977, con la que se trató de que los crímenes franquistas no pudieran ser juzgados, también es un 'tema de orgullo para muchos españoles'.

Y del orgullo ha pasado a la vergüenza: según dijo, si estuviera afiliada a una organización sindical se sentiría 'avergonzada' ante este tipo de actuaciones. 'Si estuviera afiliada a un sindicato para mí sería una vergüenza que mis representantes se dedicaran a actuar contra la democracia de esta manera tan absolutamente disparatada', añadió. 'Hemos oído al presidente del Gobierno y a Blanco —ministro de Fomento— decir que el juez Garzón debe estar por encima de la Ley', reprobó la conservadora.

Tras indicar que casi todos 'tenemos recuerdos familiares de la Guerra Civil y de la dictadura en un sitio o en el otro, o en los dos', señaló que su generación no ha aprendido a 'odiar' ni a reeditar 'las dos Españas' ni tampoco a hablar 'permanentemente' sobre la Memoria Histórica.

Cospedal no ha estado sola en sus diatribas: el portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, ha tildado el acto de 'algarada' y 'espectáculo vergonzoso'.

Preguntado por las continuas alusiones al caso 'Gürtel' que han podido escucharse en el acto en la Universidad Complutense, el dirigente 'popular' ha eludido responder a 'los gritos y las algaradas de un espectáculo vergonzoso'.

'Tengo suficiente respeto por el Supremo y por los tribunales para no entrar a polemizar con este tipo de zarandajas', ha concluido.