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Tomeu Fuster, un experto en la tela de lenguas, la joya textil que vence al tiempo

Forma parte de la cuarta generación de una familia que fabrica tejidos únicos en el mundo: las telas de lenguas de Mallorca. En Teixits Vicens, la perseverancia y la paciencia maridan con la sutileza y el mimo a la hora de confeccionar artesanalmente sus productos, desde tapicerías a bolsos. Y ya van 170 años. Es un ejemplo de cercanía, de proximidad y de transparencia, valores que comparte con Banco Sabadell.

Bartomeu Fuster. — Prodigioso Volcán

Esta historia comienza en 1854 en una casa de Pollença, al norte de Mallorca. En una de sus habitaciones hay montado un telar y también una silla de barbería. Allí se confeccionan telas y se arreglan barbas. Esta historia también tiene colores, el azul luminoso del Mediterráneo, que todo lo viste, y el verde rocoso de la sierra de Tramontana. Y en este entorno empezó la historia de amor de la familia Vicens con los tejidos. Hoy, 170 años después, Pollença todavía es el centro de operaciones y el taller de Teixits Vicens, empresa familiar de donde salen las telas mallorquinas conocidas en todo el mundo como Roba de llengües (tela de lenguas).

Te puedes llevar un trozo de Mallorca en una tela artesanal

"Donde estamos ahora, en esta rotonda que va hacia el puerto de Pollença y que antes era un cruce de carreteras, mi tía Antonia Capllonch me contó que en 1966, tomando un café en una terraza, le dijo a su marido –el artista Martí Vicens Alemany­– que estaría bien comprar ese solar de enfrente para montar el nuevo taller de confección. Era una época donde las mujeres no podían hacer esas gestiones de compra de terrenos. Así que mi tío no solo compró ese solar, también otros dos adyacentes y se los regaló a mi tía". Bartomeu Fuster, director general de la compañía y sobrino de Antonia, recuerda aquellas palabras y destaca que era "una pareja luchadora, emprendedora, perseverante, perfeccionista y honesta". Ella al frente de la confección, él dedicado a la parte creativa.

Ikat, una técnica artesanal de la ruta de la seda

Todas estas cualidades han convertido a Teixits Vicens en una empresa única que fabrica telas de lenguas con ikat, una técnica que llegó a la isla en el apogeo de la ruta de la seda y que se basa en urdir y teñir de forma artesanal el hilo para que el anverso y reverso de la tela tengan idéntico dibujo y textura. En febrero de 2024, las tres empresas que todavía se dedican a este oficio llevaron al Parlamento Europeo una reivindicación: preservar mediante una Identificación Geográfica Protegida un producto que ya solo se confecciona en Mallorca y que es copiado, imitado y falsificado.

Necesitamos tres meses para confeccionar 200 metros de tela

"El ikat consiste en cubrir a mano una zona de los hilos para hacer una reserva de color. Así se tiñen algunas partes y otras no. Cada tela, con un ancho de 1,50 metros, está formada por 2.052 hilos y cada hilo tiene su posición. Depende del dibujo, tiñes más o menos hilos. Cuando se han teñido, movemos los hilos para formar los diseños típicos. Este trabajo lo hace artesanalmente el urdidor y luego pasa al telar mecánico. Necesitamos tres meses para confeccionar 200 metros de tela", explica sucintamente Bartomeu, un verdadero experto en proximidad, que empezó a trabajar en la empresa en los años noventa.

Teixits Vicens.

Una tela, un trozo de Mallorca

¿De dónde surgieron estos diseños que muchos visitantes y residentes de la isla, españoles y extranjeros, se llevan en la maleta como si fuesen un trozo de Mallorca? En parte, de Antonia y Martí. Con el primer boom del turismo masivo en Baleares, que se inició entre principios de los años sesenta y mediados de los setenta, Martí Vicens –fallecido en 1995– compaginaba su trabajo en la fabricación de telas y venta de antigüedades con los paseos por la montaña y la pesca en el mar.

Telar. — Prodigioso Volcán

Artesanía certificada

En 2024 son 17 las personas que trabajan en la empresa. A Bartomeu no le cuesta reconocer cuál es el producto estrella: "Los cojines, vendemos más de 2.000 al año". Bartomeu se empapó de las enseñanzas de Martí, que cuenta con una fundación con su obra artística, ha colaborado en la renovación del negocio y es el artífice de su digitalización. Convertido en un auténtico experto en proximidad, ahora busca estándares de calidad sostenible, algodones y linos ecológicos, otras maneras de fijar el color que no sean químicas y utilización de los sobrantes de hilo para paquetería y cortinas.

Digitalización y paciencia

Ahora con la tecnología han unido los dos mundos, el artesanal –"en las fases de confección y talleres todos son artesanos textiles certificados"– y el digital. "Toda la gestión está digitalizada, el seguimiento del producto, y hasta tenemos un dron que sobrevuela todo y controla el stock".

Una empresa con tanta historia no puede morir

Por lógica, la población alemana, tanto la que vive ya en la isla como la que la visita, es el segundo mercado más importante tras el español. "Las visitas al taller aportan un valor al producto. Un cliente, antes de entrar, nos comentó que le gustaba mucho lo que hacíamos pero le parecía caro. Cuando terminó la visita guiada, entendió lo que cuesta fabricar cada producto, así que volvió a hacer una compra antes de irse". Ahora buscan también el público francés y el de los Países Bajos, "donde no están acostumbrados a poner cortinas".

“EXPERTOS EN PROXIMIDAD”

Ser transparente y cercano son algunos de los valores más importantes de las personas. Valores que comparten todos los expertos que forman parte de esta serie de historias y que, de igual manera, forman parte del ADN de empresas como Banco Sabadell, que entiende así su manera de relacionarse con las personas. La proximidad y la cercanía son las grandes cualidades que ponen en práctica cada día. Y lo que les hace únicos. Descubre a las personas que están detrás de esta manera de entender el mundo.