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El TiSA dará más poderes a las multinacionales de la energía

Derecho a legislar, pero en base a "objetivos legítimos de política nacional"

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El TiSA dará más poderes a las multinacionales de la energía. 

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MADRID.-"Acabar con las distorsiones del mercado y las barreras a la competitividad", incluyendo las originadas por "la posición dominante de las compañías nacionales". Cincuenta países, entre ellos EEUU y la UE -en nombre de los 28- negocian con sigilo el acuerdo TiSA, teóricamente diseñado para facilitar el intercambio de servicios, aunque cada nueva filtración deja claro que este pacto secreto va mucho más allá, y que servirá para acotar las capacidades regulatorias de los estados en distintas áreas.

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El texto sigue a pies juntillas la línea de otros documentos filtrados por Wikileaks y publicados en exclusiva en España por este diario. Varios de ellos recogen el compromiso de los firmantes a mantener en secreto estos papeles hasta cinco años después de su ratificación -de momento, sin fecha-, y vienen a restar competencias a los estados en favor de las multinacionales.

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Derecho a legislar, pero en base a "objetivos legítimos de política nacional"

"En su Artículo V -Soberanía sobre los Recursos Energéticos, el texto reza que "las partes reconocen la soberanía de los estados y los derechos soberanos de los recursos energéticos", pero también que los países "reafirman" que estos derechos "deben ejercerse" de acuerdo con la "legalidad internacional".

Tratados comerciales en la UE

Las negociaciones sobre estos documentos avanzan, y el número de detractores de este tipo de pactos secretos sigue creciendo. Cientos de organizaciones europeas y varios partidos políticos del Viejo Continente llevan meses y años pidiendo luz y taquígrafos a la UE, pero alertan de que la opacidad no desaparece. Estos detractores advierten de que el TiSA es sólo una de las cartas de la baraja en manos de los poderes económicos, y que se complementa con los tratados de comercio e inversión TTIP (UE-EEUU) y CETA (UE-Canadá) para blindar los derechos de las transnacionales y despejar el camino de las políticas neoliberales que siguen aplicando los gobiernos de la UE.

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