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Qué son los fondos cotizados y cómo funcionan
Los fondos cotizados o ETFs son una opción de inversión dinámica, con la capacidad de ofrecer la diversificación de los fondos y la comodidad de la compra de acciones individuales. Sus múltiples opciones, desde las de bajo coste hasta las de sectores o industrias específicos, permiten crear una cartera personalizada alineada con tus objetivos financieros, aunque no están exentos de riesgos.
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Antes de nada, hay que saber qué son los ETFs o fondos cotizados: son vehículos de inversión que permiten la compra o venta de instrumentos que representan una cartera de diversos activos, como pueden ser acciones, bonos o materias primas. Invertir en ETFs puede conllevar ventajas en comparación con otros formatos de inversión, como unos bajos costes. También ofrecen una mayor liquidez dentro del fondo, así como diversificación.
Estos fondos se invierten en mercados secundarios y su valor viene determinado por los activos subyacentes que engloban, como las acciones o índices que representan sectores completos como el tecnológico o el de la salud. Algunos ETFs se gestionan de manera pasiva, imitando el rendimiento de un índice, mientras que otros se gestionan de manera activa, intentando superar a los mercados.
Los fondos cotizados tiene varios beneficios, comparados con los fondos de inversión tradicionales, como unas menores tasas o la posibilidad de realizar transacciones en cualquier momento dentro del horario operativo.
ETFs frente a fondos mutuos y acciones individuales
Los ETFs proporcionan un juego único de ventajas para los inversores, ya que combinan los beneficios de la diversificación de los fondos y la flexibilidad de inversión de las acciones.
Las diferencias clave entre ambos se encuentran en las tarifas, estructura de inversión, eficiencia fiscal y estilo de gestión.
Los ETFs tienen un menor coste asociado, y se puede invertir en ellos de manera intradía. Las compras de fondos, en cambio, se dan únicamente cuando el valor neto del activo (NAV) se ha calculado en el momento de cierre de cada sesión de inversión.
Si se trata de invertir en acciones, un ETF permite a los inversores acceder a un gran variedad de activos en vez de una sola empresa, reduciendo, consecuentemente, el riesgo de asociación con una única acción.
Diferentes ETFs para carteras diversificadas
Para una inversión diversificada, existe una amplia variedad de ETFs entre los que elegir. Se incluyen acciones, bonos, materias primas y, sobre todo, fondos que pueden utilizarse para construir una cartera de inversión a medida para tus objetivos.
ETFs sobre acciones: Son una manera excelente de aprovechar la exposición al mercado o las oportunidades de inversión específicas. Estos fondos a menudo se diseñan alrededor de índices como el S&P 500 y ofrecen a los inversores la oportunidad de invertir en grandes empresas de Estados Unidos. Por ejemplo, un ETF centrado en tecnología podría invertir específicamente en este sector.
ETFs sobre bonos: Para los inversores que buscan un enfoque más conservador, o los que quieren un flujo de ingresos constante, los ETFs sobre bonos pueden ser una gran incorporación a su cartera. Estos ETFs se basan en bonos subyacentes como los instrumentos de deuda corporativa o gubernamental, que a menudo son menos volátiles que las acciones, por lo que permiten una diversificación equilibrada al tiempo que proporcionan un rendimiento consistente.
ETFs sobre materias primas: El oro, el petróleo o los productos agrícolas son una fórmula alternativa de diversificar carteras que ofrece protección contra la inflación. Estos ETFs permiten a los inversores beneficiarse de los movimientos del precio sin ser los verdaderos dueños de la materia prima.
ETFs temáticos: Permiten acceder a estrategias de inversión como la inversión sostenible, la cobertura de divisas o una exposición a un país específico. Esto tiene ventajas para los inversores que participan en segmentos específicos del mercado y que buscan temas de inversión en consonancia con sus valores y ambiciones.
Ventajas y riesgos
Los ETFs pueden ser una buena elección para invertir a largo plazo, también para quienes mantienen sus inversiones durante largos periodos de tiempo y tienden a ver mejores rendimientos. Sin embargo, como ocurre con cualquier inversión, existen riesgos asociados que deben valorarse de antemano y tenerse muy en cuenta.
Si estás contemplando la inversión en ETFs, el primer paso debe ser investigar: examinar bien el historial de rendimiento del ETF, su ratio de gastos y cartera. Has de tener cuenta tus objetivos de inversión y tu tolerancia al riesgo para determinar si los ETFs son la respuesta correcta para tu cartera.
El siguiente paso pasaría por elegir el bróker adecuado, que ofrezca una buena selección de instrumentos, tarifas competitivas y que se encuentre regulado por las principales Autoridades Financieras
Es importante también diversificar tu cartera en diferentes sectores y tipos de activos. Aunque la mayoría de los ETFs ya están diversificados, esto te ayudará a reducir el riesgo y a obtener rentabilidades más estables. Además, debes estar pendiente de tus inversiones en ETFs y monitorizar su rendimiento y rebalancear tu cartera cada vez que sea necesario para asegurar que tus inversiones siguen alineadas con tus objetivos.
Por último, la paciencia es fundamental. Los ETFs son una inversión a largo plazo y nunca se deben tomar decisiones apresuradas basadas en fluctuaciones de mercado cortoplacistas, sino mantener tu estrategia de inversión y confiar en el potencial de tus inversiones a largo plazo.