Nueva Pescanova, la multinacional pesquera refundada tras tomar el control la banca acreedora, espera duplicar sus ventas y cuadruplicar su resultado bruto de explotación, o ebitda, en 2020, según un nuevo plan estratégico presentado el lunes en Baiona, Pontevedra.

La empresa prevé pasar de los 1.000 millones de ventas registrados en 2015 a 1.500 millones en 2020 (con un crecimiento del 8% en el periodo 2016-2020), mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) pasará de 35 millones en 2015 a 139 millones en el horizonte del plan, según un comunicado de prensa.

El grupo de pescado congelado busca con la nueva estrategia incrementar la producción de sus plantas entrando en nuevos segmentos de negocio como los productos refrigerados.

Nueva Pescanova, controlada al 80% por Bankia, Popular, Sabadell, Caixabank, BBVA, UBI Banca y Abanca (el 20% restante está en manos de accionistas minoritarios del antiguo grupo), prevé invertir 125 millones de euros en este periodo, lo que implicará un "importante refuerzo de capital" que aún no ha detallado.

Para ejecutar el plan, la empresa dice que es preciso reducir "su nivel de endeudamiento actual para volver a generar resultado neto positivo en el corto plazo". De esta forma, la firma ha reiterado que este plan está condicionado a la capitalización del 35% del pasivo financiero de Nueva Pescanova, que le permitiría tener una estructura de capital sólida.

Nueva Pescanova, que cerró el ejercicio 2016 con números rojos de 37 millones de euros, prevé que con este plan económico y la capitalización, el resultado neto mejore en 38 millones en el periodo 2017-2020, y saldría de pérdidas en 2018, cuando registraría un beneficio de 10 millones de euros.

En este periodo, Nueva Pescanova prevé la construcción de Pescanova Biomarine Center, en el que invertirá 4,5 millones de euros, para situarse a la vanguardia de la mejora continua y de la comercialización rentable y sostenible de especies de cultivo.

Pescanova, una de las compañías señeras de Galicia, tuvo que solicitar concurso de acreedores en 2013 después de una crisis de gestión que afloró deudas superiores a los 3.600 millones de euros y un agujero patrimonial de casi 1.700 millones de euros. Salió de este proceso dos años más tarde tras asumir la banca acreedora quitas por volumen de 1.850 millones de euros y tomar el control de la pesquera, rebautizada como Nueva Pescanova.