Previsiones económicas La OCDE sigue pidiendo a España "reformas estructurales" en su mercado de trabajo
La OCDE da sus bendiciones a la economía española pero alerta de que Catalunya puede frenar el crecimiento
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madrid, Actualizado:
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) da sus bendiciones al crecimiento de la economía española, aunque aún aprecia ciertos desajustes, especialmente en el mercado laboral y en la productividad, por lo que sigue recomendando "priorizar reformas estructurales adicionales para fomentar la inversión en innovación y aumentar las habilidades de la fuerza de trabajo".
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En cualquier caso, la OCDE ha revisado tres décimas al alza su previsión de crecimiento económico para España en 2017 respecto a las que apuntaba el pasado mes de junio, hasta el 3,1%, aunque ha empeorado una décima el ritmo de expansión para 2018, al situarlo en el 2,3%, según se desprende de la última actualización de previsiones económicas del organismo internacional.
"El crecimiento económico ha sido sólido y equilibrado en 2017", señala el documento, que indica que España crecerá por encima del 3% en 2017 (3,1%) por tercer año consecutivo, superando a la mayoría de los países de la zona euro e indicando un patrón de crecimiento más equilibrado que en los años anteriores a la crisis.
Sin embargo, no todo pinta de color de rosa. La OCDE prevé que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en España se modere al 2,3% en 2018 y al 2,1% en 2019, a medida que se desacelera el ritmo de crecimiento de la demanda interna, ya que el efecto expansivo de la demanda reprimida y otros factores de apoyo temporales, como los bajos precios del petróleo o los bajos impuestos irán desapareciendo.
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Además, la OCDE alerta de que la persistencia de las tensiones entre los gobiernos central y el regional de Catalunya podrían reducir "significativamente" la confianza de los consumidores y de las empresas, lo que afectaría a la demanda interna española por encima del nivel previsto.
Otro foco de inestabildad para la economía española es el paro, especialmente entre los jóvenes y los desempleados de larga duración. "Se debe reducir la brecha entre los costes de finalización de contratos fijos y temporales, para minimizar la dualidad del mercado laboral y mejorar la calidad del empleo, que se ha deteriorado durante la crisis", aporta la OCDE como receta.
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De igual modo, pide un mejor diseño y focalización de las políticas activas del mercado de trabajo, así como un mejor acceso a la educación y formación profesional, lo que podría ayudar a los trabajadores poco cualificados a mejorar sus perspectivas laborales y reducir así las desigualdades.
La OCDE prevé que España cierre 2017 con una tasa de paro del 17,2%, tres décimas por debajo de la previsión anterior, y que en los próximos dos años se reduzca hasta el 15,4% y el 14%, respectivamente. Según apunta, aunque sigue siendo muy elevada, experimentará uno de los mayores descensos hasta 2019 entre los diecinueve países de la OCDE.
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El empleo mejora, crecen los beneficios empresariales y por tanto la inversión, es cierto, pero la productividad sigue siendo una asignatura pendiente. Y ahí es dónde hay que hacer reformas, dice la OCDE: "Para mejorar el crecimiento de la productividad en España, se deben priorizar las reformas estructurales adicionales para fomentar la inversión en innovación y aumentar las habilidades de la fuerza de trabajo", subraya la organización en su documento.
Asimismo, la OCDE proyecta que la inflación, que la sitúa en el 2% para 2017, caerá al 1,3% en 2018, antes de recuperarse hasta el 1,6% en 2019. "La inflación aumentará lentamente a medida que se cierre la brecha del producto, pero seguirá siendo moderada", sostiene el organismo.
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En este orden de cosas, el organismo internacional prevé que el déficit presupuestario disminuya al 3,2% del PIB en 2017, una décima por encima del pronóstico anterior. Al mismo tiempo, pronostica que se situará en el 2,4% en 2018 y en el 1,5% en 2019. Estas cifras, no obstante, se sitúan por encima de las pactadas por el Gobierno con la Unión Europea, que se sitúan en el 3,1% para 2017 y el 2,2% en 2018.
La OCDE prevé que la deuda bruta del Estado se sitúe en el 116,8% del PIB este año, y se reduzca hasta el 116% en 2018 y al 114,4% en 2019. La deuda sobre PIB medida según los criterios de convergencia de Maastricht se situará en el 98,6% en 2017 y se reducirá al 97,2% y al 95,7% en los próximos dos años.