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Coronabonos

Por qué Holanda seguirá estando en contra del plan de la UE contra la crisis

El ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, se está ganando muchos enemigos con su actitud firme contra la emisión de deuda común y de defensa a ultranza de asociar condiciones a un hipotético rescate. Por mucho que se esfuercen los italianos, las posibilidades de mover a los neerlandeses de su posición son casi nulas.

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El ministro de Finanzas neerlandés, Wopke Hoekstra, durante el encuentro del Eurogrupo por videoconferencia, en el que no fue posible un acuerdo sobre el paquete de medidas de la UE, por medio billón de euros, para hacer frente a la crisis por el coronaviruis. AFP/Bart Maat

BRUSELAS, Actualizado:

En las últimas semanas los neerlandeses se están ganando la etiqueta de villanos del continente en muchos países, sobre todo en España, Italia y otros lugares donde a los neerlandeses les gusta ir a veranear.

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A pesar de las duras críticas que ha recibido el gobierno de Mark Rutte, su ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, que empieza a hacerse famoso en toda Europa, no cedió ni un centímetro en la reunión del Eurogrupo de este martes, que continuará durante la tarde (y la noche) del jueves.

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¿Por qué serán tan obstinados estos neerlandeses? Rutte tiene muy buenas razones para seguir anclado en su discurso a pesar de las presiones. Un cóctel en el que se mezcla la desconfianza histórica hacia los países católicos del Sur con los argumentos económicos más fríos.

Porque creen que los coronabonos no son necesarios

El primer argumento de los neerlandeses es simple. No hace falta emitir deuda común porque la Unión Europea ya tiene herramientas para dar liquidez a los Estados que lo necesiten. El Banco Central Europeo ha lanzado un programa de compra de deuda por valor de 750.000 millones de euros, y el resto del plan que discute el Eurogrupo incluye avales para movilizar préstamos para empresas y para financiar ERTE por valor de 300.000 millones de euros en total.

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Si todo eso falla y un país no puede financiarse en los mercados, siempre puede acudir al fondo de rescate europeo para pedir financiación favorable… siempre que acepte un programa de reformas para devolver sus finanzas a la buena senda. Rutte y Hoekstra creen que todo esto es suficiente.

Oficialmente, sigue el argumento, no hay ningún país que tenga problemas de liquidez. Italia y España aún pueden acudir a los mercados para financiarse porque sus primas de riesgo, de momento, no son demasiado altas. La vicepresidenta para Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha reiterado en varias ocasiones que España está lejos de necesitar dinero del MEDE y que solo quiere que se apruebe su uso para echar mano de él en caso de emergencia.

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Si ya tenemos todos instrumentos y nadie necesita liquidez ahora, ¿para qué emitir deuda en común? Es más, Hoekstra piensa que lanzar eurobonos "no es razonable" y que "crearían más problemas que soluciones para la UE".

Porque los neerlandeses no se fían del Sur

Si el primer argumento es racional, el segundo es más visceral. Los neerlandeses, simplemente, no se fían del sur.

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Una desconfianza que tiene raíces históricas, según explica Mathieu Segers, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Maastricht. Los neerlandeses, y sobre todo los de religión protestante del norte del país, aún se acuerdan de la ocupación española, que acabó hace más de 350 años. "Todo ministro de Finanzas hace referencia en alguna ocasión a la poca fiabilidad de los socios católicos en el proceso de integración europeo". Así que este es un momento clave para Rutte de mostrar que Países Bajos defiende sus intereses en Europa.

Por eso, Paises Bajos quiere tener las condiciones de unos posibles préstamos negro sobre blanco y no le basta con una referencia general a las normas de equilibrio fiscal generales de la UE. "Países Bajos sabe que si no negocia las condiciones antes de prestar el dinero nunca jamás tendrá la oportunidad de discutirlas", prosigue Segers.

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Por otro lado, los neerlandeses nunca aceptarán la emisión de bonos comunes por su aversión a endeudarse con el Sur. Un miedo tan grande que Rutte ha propuesto crear un fondo de solidaridad común de hasta 20.000 millones de euros, en el que ellos pondrían 1.000 millones. Un fondo que consistiría de donaciones, no de préstamos. El mensaje es claro: ayuda, hasta cierto punto sí; pero compromisos comunes cero.

Porque tienen que mandar un mensaje a la ultraderecha

Como en todos los países, la posición de un gobierno en Europa siempre tiene mucho que ver con mandar mensajes en casa. En Países Bajos, la ultraderecha representada por el Partido por la Libertad de Geert Wilders es la segunda fuerza en el parlamento y espera repetir un resultado similar en las elecciones del año que viene.

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El debate sobre el euro y la integración de la UE es uno de los temas clave sobre la mesa en Países Bajos, explica Segers. Así que Rutte no se puede permitir ser blando con el Sur. Si acaba cediendo, "solo puede ser después de haber manifestado su posición de manera abrupta".

Porque no creen ser insolidarios

En los últimos días, la retórica de Rutte y Hoekstra no es tanto de confrontación directa, sino de mano tendida. Sobre todo después de ver las duras críticas que recibió su gobierno después de insinuar que si los países del Sur necesitan ayuda en medio de una pandemia que se está llevando miles de vidas por delante es porque no han hecho los deberes en los últimos años.

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Tras la airada reacción del primer ministro portugués, António Costa, que calificó esa posición de "repugnante", Hoekstra llegó incluso a pedir disculpas por el tono y ha bajado un grado sus ataques. El ministro llamaba hace unos días a la solidaridad europea, pero también a la "sensatez", en una entrevista con De Volkskrant.

La solidaridad de Países Bajos, eso sí, se limitará a lo que se pueda hacer dentro del presupuesto que ya tiene la Unión Europea. Cualquier nueva creación será a regañadientes.

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Porque el Parlamento neerlandés apoya la posición de Rutte

El último argumento habitual de Rutte y Hoekstra es simple, pero uno de los más poderosos: su parlamento no le permite ceder a un MEDE sin condiciones, y mucho menos a la creación de coronabonos.

De los tres socios de gobierno de Rutte, dos están totalmente en contra de estas medidas y el tercero, los liberales europeístas del D66, no creen que los eurobonos sean la solución a la actual crisis. Eso, por no hablar de la ultraderecha, que tiene 22 de los 150 diputados de la cámara. Este mismo martes el parlamento celebraba un pleno en el que reiteraban su apoyo a la posición de su gobierno. Y mientras esto no cambie, dice Rutte que no puede ceder a lo que le piden sus socios europeos. Por mucho que Alemania acabe cediendo al uso del MEDE sin condiciones.

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