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Los hogares se quitan 33.000 millones de hipoteca en cinco meses para atenuar el sablazo del euríbor

El encarecimiento de las cuotas de los préstamos variables para la compra de vivienda desata una descomunal movilización del ahorro embalsado durante la pandemia, que acelera su traslado de las cuentas de las familias a las de los bancos.

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Los hogares españoles con ahorros están realizando una vertiginosa amortización de hipotecas. — Europa Press

ZARAGOZA,

La subida del euríbor ha provocado una vertiginosa movilización más de 33.000 millones de euros de ahorros para amortizar hipotecas, una cantidad que en tan solo cinco meses ha ido pasando de las cuentas corrientes de los hogares a las de ingresos de las entidades financieras para evitar el encarecimiento de las cuotas por el aumento de los intereses.

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El euríbor, el principal índice de referencia para fijar (y revisar) los intereses que gravan los préstamos hipotecarios, acumula más de cuatro puntos de aumento en catorce meses y lleva desde abril del año pasado encareciendo las hipotecas de tipo variable a un ritmo desconocido. 

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Sin embargo, la reacción de las familias con ahorros a ese encarecimiento de los créditos ha frenado en seco y revertido la tendencia creciente de endeudamiento de los hogares españoles para adquirir viviendas y ha hecho que esa deuda vuelva a reducirse tal y como había venido ocurriendo en el último decenio con la excepción del breve periodo de apenas un año que finalizó en julio.

El saldo vivo de los créditos hipotecarios contratados se redujo en 5.248 millones

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El saldo vivo de los créditos hipotecarios contratados por los hogares españoles se redujo en 5.248 millones de euros entre julio y diciembre del año pasado, según indican los datos del Banco de España, lo que supone revertir la tendencia al aumento de ese remanente que, tras casi una década de reducción, había vuelto a repuntar entre principios de 2020 y mediados de 2022.

Esos 5.248 millones de euros indican la reducción del saldo en esos cinco meses, en los que, en realidad, el dinero movilizado para amortizar préstamos supera los 33.000 puesto que a esa cantidad hay que sumarle los 27.926 contratados en los meses de agosto a diciembre para adquirir viviendas, según indican los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) que se han conocido este jueves.

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En total, según indica el cruce de los registros del INE y del Banco de España, el año pasado se contrataron en España 608.657 hipotecas por un valor de 95.852 millones de euros, aunque la parte destinada a financiar la compra de viviendas fue de 67.460 en 463.614 operaciones.

Se trata del mayor registro desde 2010, cuando se cerraron 607.535 contratos por un valor de 71.041 millones de euros, aunque no llega a la mitad de la horquilla de 156.000 a 188.000 del periodo 2005-2007, y en esta ocasión la venta de hipotecas cierra el ejercicio con un frenazo en seco que reduce en 352 millones el saldo de la deuda conjunta de los hogares en este apartado.

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El ahorro embalsado durante la pandemia

¿De dónde salen esas cantidades de dinero? Básicamente, del ahorro embalsado durante los confinamientos, que no deja de ser el mismo origen desde el que fue saliendo el flujo de liquidez que llevaba año y medio calentando el mercado inmobiliario, que según el portal Idealista.com alcanza precios que no se registraban desde 2011 y que en lugares como Madrid, Baleares y Canarias se encuentra en niveles de récord.

"Se trata de ahorro que se ha acumulado por la pandemia, que cada vez es menos como revelan los datos del Banco de España", explica el economista Eduardo Garzón, que considera esos movimientos "comprensibles y justificables en la gente que tiene ahorros, porque tampoco hemos de olvidar que no todo el mundo puede amortizar su deuda tan rápidamente".

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"La gente tiene miedo porque se han disparado los tipos a una velocidad que nunca se había visto", dice Garzón

"La gente tiene miedo porque se han disparado los tipos de interés a una velocidad que nunca se había visto, al menos en la eurozona, y esa rapidez, junto con las informaciones que explican que las hipotecas se están encareciendo mucho y que los tipos pueden seguir creciendo, ha provocado alarma", anota el economista.

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"Las amortizaciones han sido muy superiores a las contrataciones, y si el saldo se ha reducido en más de 5.000 millones es porque las primeras superan a las segundas en ese volumen", señalan fuentes de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que para este año pronostican "una ralentización de las amortizaciones extraordinarias" y también de la formalización de nuevos préstamos, en este caso de hasta el 10%, como consecuencia del mantenimiento de la escalada inflacionista y de la previsión de nuevos aumentos de los intereses.

Ese aumento de los precios de la vivienda simultáneo a la subida de los tipos de interés, y antes de ellos la del euríbor, que entre enero y julio de 2022 pasó de -0,498% al 0,942% (+1,44%) y que desde entonces ha añadido otro 2,636% mientras el precio oficial del dinero aumentaba un 3%, ha desatado una tormenta perfecta, generalizada en Europa aunque con respuestas institucionales dispares, que ha disparado las cuotas de las hipotecas.

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La escalada de precios en Madrid, Catalunya y las islas

Así, según indica el último informe de los Registradores sobre la evolución del mercado inmobiliario, las cuotas medias superan los mil euros mensuales en Baleares y llevan camino de alcanzar en breve ese nivel en Madrid mientras el esfuerzo se come más de la mitad del sueldo en la primera de esas comunidades, supera el 30% en la segunda y en Catalunya y Canarias y únicamente baja del 25% en Asturias, Murcia y Extremadura.

"Ha habido mucha alarma, justificada y comprensible, que ha llevado a la gente a amortizar todo lo que se puede de su deuda hipotecaria para no pagar tantos intereses", explica Garzón, que recuerda cómo a menudo esas liquidaciones, normalmente parciales, suelen ser gravadas por los bancos mediante comisiones. 

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Por otro lado, las fuentes de AHE consultadas descartan que la actual situación de presión hipotecaria pueda derivar en una crisis habitacional como la desatada con el estallido de la burbuja inmobiliaria: "el mercado se está nutriendo de clientes con mucha solvencia y a los que esta situación no les afecta tanto" como ocurrió entre 2008 y 2017, anotan, al tiempo que apuntan como hipótesis más probable la congelación o el mantenimiento de los precios de la vivienda.

"No hay motivos para que sigan subiendo, aunque al mismo tiempo sigue habiendo un déficit de obra nueva que puede tirar al alza de los precios, ya que cada año se crean entre 150.000 y 200.000 hogares y se construyen unas 100.000 viviendas, lo que crea un 'gap' de entre 50.000 y 100.000", señalan.

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