Este artículo se publicó hace 2 años.
La guerra de Ucrania y la pandemia vuelven a poner a los mayores de 65 años como salvadores de la economía familiar
Si la energía y los carburantes suben y la compra en el supermercado cada vez se hace más cuesta arriba, los mayores con hijos y nietos vuelven a ponerse el traje de Superman para salvar la economía familiar.
Isabel de la Calle Fernández
Salamanca-Actualizado a
La economía mundial -y por ende, la española- sufrió un fuerte varapalo con la pandemia del coronavirus primero y la guerra en Ucrania, después, que ha terminado bruscamente con los intentos de recuperación existentes. Una vez más, serán los mayores de 65 años, los que más ahorros tienen, quienes evitarán deshaucios de sus hijos, cuidarán a los nietos para que los suyos no tengan que pagar guarderías y, cuando sea necesario, llenarán la cesta de la compra de sus familias, aunque ya no vivan en casa.
Con la subida del precio de los productos básicos, las familias necesitan de nuevo soporte económico para reflotar sus debilitadas economías. Los mayores de 65 años, de nuevo, se han convertido en sostén de familias, empresas, incluso del Estado gracias a su capacidad de gasto.
"En épocas de crecimiento económico, las personas entre 60 y 65 años potencian el gasto, mientras que, en momentos de crisis, se hace más estable, porque sus ingresos son mayores, tienen más patrimonio y su endeudamiento es menor". Así lo apunta Pablo Antonio Muñoz, catedrático de la Usal, que forma parte del equipo investigador del estudio Investigando la economía de la longevidad en España promovido por el CENIE (Centro Internacional sobre el Envejecimiento).
"Hay que tener en cuenta que, en edades tempranas, nuestros ingresos suelen ir al ahorro para construir nuestro proyecto de vida futuro, pero a partir de los 50 años -cuando se está en el cenit de la vida- se empieza a gastar más, cada euro ingresado va casi en su totalidad a gasto", añade Muñoz.
Ingresos medios de los de 65 y 75 años
La ayuda a las familias jóvenes se produce entonces gracias a que los ingresos medios de las personas de entre 65 y 75 años son mayores, su patrimonio es más importante y el endeudamiento, más bajo. Estas ideas se respaldan con las cifras del estudio realizado por el CENIE, promovido por la Fundación de la Universidad de Salamanca junto a Oxford Economics y que aseguran que, en 2019, los mayores de 50 años, alrededor de 18,6 millones de personas, realizaron un gasto 334.942 millones de euros, lo que equivale al 60% del total del gasto de la población española. Esta cifra supondría un gasto por persona de 17.960 euros. Dato que contrasta con los 13.970 euros de media de gasto por persona de los residentes en España con edades comprendidas entre los 25 y 49 años, (alrededor de 16,4 millones), que sumaron un total de 229.700 millones de euros. "Los mayores tienen, por tanto, capacidad de gastar y voluntad de gasto", añade Muñoz al respecto.
Además, las personas mayores de 50 años que ocupan puestos de mayor relevancia también tienen salarios más altos que los de los más jóvenes que ocupan cargos similares, acorde con su trayectoria profesional. En cuestión de salarios, 192.000 empleados mayores de 65 años en 2019 ganaban una media de 18.000 euros por encima de los trabajadores entre 18 y 35 años. En cuanto al patrimonio, casi el 90% de los españoles mayores de 65 años es propietario de su propia casa, frente a la media total de la población que se encontraba en 2019 en el 75%, según datos del INE.
Por otra parte, a la hora de observar la ayuda de los seniors como motor de inversión y apoyo financiero, ésta es clave en España, a la luz de los datos reflejados en el informe. Así, los ciudadanos de entre 55 y 74 años se encuentran por encima de la media en tenencia de acciones, fondos de inversión y otro tipo de activos como consecuencia de la colocación de una parte de sus ahorros en instrumentos financieros.
Productos básicos
Las ayudas prestadas, por tanto, a la compra de productos básicos como energía, luz, gas, gasolina, al pago de hipotecas o incluso el apoyo para evitar gastos de escuelas infantiles rompen los "estereotipos respecto a la edad. Los mayores tienen un perfil mucho más rico de lo que habitualmente hemos percibido", añade Juan Martín, responsable del Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE).
"La economía de la longevidad es un sector estratégico para España y todo el sur de Europa. Estamos obligados a repensar el Estado del bienestar por la transformación sociodemográfica que vivimos: las pirámides de población se están convirtiendo en rectángulos, porque hay más mayores de 60 años que menores de 15", añade.
"El concepto de tercera edad ha cambiado: hasta ahora teníamos hacia ellos un sentimiento de asistencia y cuidados, casi de carga", apunta Martín. "La edad se ha asociado a la pérdida de productividad cuando no es así; de hecho, el 75% de la riqueza mundial está en manos de las personas de más de 65 años. Esto es un fenómeno universal, no solo de España, por lo que debemos dejar de sublimar únicamente la juventud y de asociar lo positivo solo a lo joven".
De hecho, somos el tercer país más longevo del mundo (por detrás de Suiza y de Japón) y esto debe dejar de ser una anécdota para convertirse en un activo de primer nivel, un motor de la economía de un país, no solo en un nicho receptor de cuidados.
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