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Fiscalidad progresiva y más servicios públicos: cómo frenar la desigualdad entre municipios catalanes según los expertos

Un informe de la Agencia Tributaria detecta que en 11 localidades catalanas se superan los 50.000 euros brutos anuales de media per cápita, 20.000 por encima de la media general. Expertos en fiscalidad abogan por reformular impuestos de competencia local como el IBI o el IAE.

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Imagen de archivo de Sant Just Desvern (Barcelona)

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Más allá de la percepción general y las conversaciones informales, la Agencia Tributaria ha confirmado, con datos reales en una estadística sobre los declarantes del IRPF, la desigualdad de renta entre municipios catalanes e incluso la enorme diferencia entre los habitantes de la misma localidad si ésta es una de las que tiene los indicadores más altos. El informe de Hacienda ofrece un dibujo de la renta personal bruta media en las poblaciones de más de 1.000 habitantes. En la lista de municipios catalanes más ricos se sitúa Sant Just Desvern, con una media bruta anual de 67.169 euros, seguida de Cabrils (66.571 euros) y de Matadepera con 64.124 euros. Aparte de estos tres, el informe muestra que otros ocho municipios catalanes disponen de una renta bruta media de más de 50.000 euros anuales per càpita. Son los casos de San Cugat del Vallès, Alella, San Vicent de Montalt, Vallromanes, Tiana, Cabrera de Mar, Sitges y Teià. La cifra es paradigmática, puesto que se sitúa más de 20.000 euros de media por encima del total de la renta disponible en Catalunya. En el ámbito estatal, Sant Just Desvern, Cabrils, Matadepera y Sant Cugat del Vallès están en el 'top 10' de localidades más ricas.

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En el informe, la Agencia Tributaria destaca que los datos relevantes son las rentas del trabajo y de la actividad económica, destacando el mayor peso de las primeras en los municipios con más población y el de las segundas en los municipios con menos habitantes. En el caso de los municipios menores de 1.000 habitantes, la estructura de la renta cambia, cediendo paso las rentas del trabajo a las rentas de actividades económicas. Una cifra sorprendente es que la Renta Bruta Mediana es muy superior a la mediana en los municipios más ricos. Este concepto estadístico hace referencia a ordenar a los contribuyentes desde la cifra más pequeña a la más alta, seleccionando el valor central. En Sant Just Desvern, la diferencia de la mediana supera los 30.000 euros, mientras que, en Badia del Vallès, el municipio con la renta más baja, ésta se sitúa sólo en los 1.200 euros.

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Fruto de este escenario, la Plataforma per una Fiscalitat Justa advierte que esta desigualdad intramunicipal es aún más preocupante que la que se da entre las distintas localidades. "Más allá de los factores internos, sirven para explicar la conformación social y urbana". Así lo señala Albert Ferrer, miembro de la entidad. Ferrer precisa que, aunque los municipios tienen poco margen para redistribuir la riqueza fiscalmente, existen algunas herramientas como el incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para lograr una mayor progresividad.

Riqueza predistribuida

Dada la poca capacidad de movimiento de las administraciones locales, Albert Ferrer insta a "reforzar la prestación de los servicios públicos, de forma que cualquier ciudadano tenga garantizado el acceso a éstos independientemente de su poder adquisitivo". Por ello, el miembro de la plataforma detalla la importancia de efectuar una predistribución de la riqueza, utilizando recursos como las subidas de tributos, como el IBI y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y otras tasas municipales.

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Las medidas, según Ferrer, se enmarcarían en una apuesta por aplicar políticas lo más redistributivas posible, en las que también se incluirían el incremento del IRPF de las rentas más altas y del Impuesto de Sociedades, o reducir el máximo exento del de Sucesiones y Donaciones. "Son opciones para hacer una fiscalidad más progresiva, que consiga reducir las desigualdades de renta y nivelar así la riqueza".

Limitar la concentración de la producción

Ferrer recuerda que desde la plataforma se rechazan las opciones empleadas por algunos territorios, que despliegan el 'dumping' fiscal, la supresión total de algunos impuestos, una medida que definen como "equivocada e insolidaria", aunque busque atraer inversiones en el territorio. "No es necesario entrar en una competición fiscal a la baja". En cambio, el miembro de la entidad sí defiende la necesidad de incrementar la redistribución fiscal, "incidiendo en la progresividad de la tributación para que paguen más aquellos que más tienen".

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En la esfera de la progresividad, la Plataforma per una Fiscalitat Justa se ha adherido a la campaña global 'Tax de rich' (impuesto a la riqueza), una tasa que quiere grabar las grandes fortunas y que debería servir para financiar los cambios necesarios para realizar la transición ecológica y social. La entidad matiza que es necesario luchar contra la evasión y la elusión fiscal para poder aumentar al máximo la capacidad de recaudación y para evitar el sentimiento de agravio comparativo. Esta lucha, según añade, también debe darse a nivel internacional para evitar los paraísos fiscales.

Estas medidas y propuestas surgen a raíz del último Informe de 2024 sobre la Evasión Fiscal Global, elaborado por la 'EU Tax Observatory', donde se concluye que un gran número de milmillonarios tienen unos tipos impositivos efectivos muy bajos, de entre el 0 y el 0,5% de su patrimonio, significativamente inferiores a los de todos los demás grupos de población. A esto se une que, sólo en lo que se refiere al Estado español, la riqueza financiera 'offshore', la enviada fuera del país (sobre todo a refugios fiscales), ha aumentado en 20 años en un 75%, pasando de los 89.000 millones de euros de 2001 a los más de 156.000 de 2022. Pese a tratarse de cifras globales, los expertos insisten en que el camino para reducir estas desigualdades ya debe arrancar en el ámbito de la fiscalidad municipal.

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