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Ericsson: cómo utilizar los EREs para reducir salarios en vez de plantilla

¿Necesidad de nuevos perfiles laborales?

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Exterior de la sede de Ericsson en Estocolmo. REUTERS

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@JairoExtre

MADRID.- La multinacional sueca Ericsson anunció el mes pasado un Expediente de Regulación de Empleo con el que pretendía despedir a 350 trabajadores en España. A nivel internacional tambien ha anunciado recortes, sobre todo en Suecia. Tras varias reuniones de la Mesa de Negociación entre la dirección y los sindicatos, el número de despedidos en España se redujo a 330, pero no es la magnitud del ERE lo que más preocupa a los sindicatos, que lo siguen rechazando. Lo que les alarma es la periodicidad con la que se realizan despidos colectivos y la degradación de la calidad de los puestos de trabajo que está generando en esta empresa puntera.

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Para situar, desde 1998 la compañía ha llevado a cabo siete procesos de despido colectivo. Los dos primeros extinguieron alrededor de 1.200 puestos de trabajo pero en los siguientes EREs, ─2008, 2010, 2013, 2015 y el recién anunciado para este año─ el número de afectados ha oscilado entre los 200 y los 330. La justificación siempre ha sido la misma: causas económicas, organizativas, técnicas y productivas. Desde la reforma laboral del PP, en 2012, ajustarse a una o varias de estas causas es más fácil y el despido procedente, más barato. Ericsson España nunca han tenido pérdidas, aunque sí reducciones de beneficio. Pero las cuentas no cuadran para los sindicatos. Las tres grandes empresas que componen el grupo Ericsson en España ─Ericsson España S.A. (EEM), Ericsson Network Services S.L. (ENI) y Optimi Spain S.L.U. (Optimi) ─ no se han movido del entorno de los 3.000 empleados pese a las distintas oleadas de ceses.

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Ericsson tiene alrededor de 3.000 trabajadores. Los mismos tras repetidos EREs

“En los últimos 15 años, Ericsson ha podido despedir alrededor de 2.200 trabajadores. Prácticamente los mismos que ha contratado”, apunta Santiago Sánchez, miembro del comité de empresa del Sindicato de Trabajadores de Comunicaciones (STC). ¿Qué sentido tiene despedir al mismo número de personas que vas a volver a contratar poco después?

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¿Necesidad de nuevos perfiles laborales?

Fuentes de la empresa lo explican a Público con estas palabras: “Ericsson está en medio de una transformación de su negocio y de la industria. A nivel mundial, y también en España, ha cambiado nuestro mix de negocio y por lo tanto las competencias que se necesitan en la empresa. Esta transformación tiene que ver con cambios tecnológicos relacionados con temas como software, virtualización o la propia nube”.

"La empresa cambia a trabajadores de más edad por jóvenes más baratos”, denuncia el STC

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Para el STC, Ericsson aplica una calculada estrategia de “rejuvenecimiento de su plantilla a costa de abundar más y más en la precarización del empleo”. “La empresa usa un mecanismo legal, el ERE, para resolver cuestiones económicas. La ley es tan laxa que la empresa cambia a trabajadores de más edad por jóvenes más baratos”, critica Sánchez. En resumen, una fábrica de precariedad patrocinada y amparada por la legislación laboral española. De ahí, que la compañía agregue al final de su respuesta que los distintos EREs “no tienen que ver con la edad ni los salarios de nuestros empleados”.

Por regla general, a partir de los 40 años se es susceptible de figurar en una de las listas de despidos, denuncian no sólo los sindicatos, sino trabajadores de la empresa contactados por este diario. Es el caso de Abel Rodríguez, un ingeniero de telecomunicaciones que prefiere no revelar su verdadero nombre porque a día de hoy trabaja en la compañía y la lista del ERE no está cerrada. “Me puede tocar el despido igual que en 2002”, explica.  El es víctima otra de las tretas de la empresa que critican los sindicatos.

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“Cobraba 42.000 euros brutos al año y me repescaron por 26.000 y como consultor externo", denuncia un trabajador

Dos años después de su despido, Abel fue recontratado en la empresa “como consultor externo” y por la mitad del salario. “Cobraba 42.000 euros brutos al año y me repescaron por 26.000. Podía haber dicho que no, pero necesitaba el trabajo”, recuerda. La cosa no queda ahí, porque tras marcharse a la competencia harto de sus condiciones, Ericsson volvió a contactarle para que volviera. “Exigí, al menos, las misma condiciones económicas que cuando me fui en 2002. No les hizo mucha gracia pero aceptaron”. Resumen: una década después, Abel tiene el mismo trabajo y el mismo sueldo. “Hay muchos compañeros en mi situación. El objetivo no es reducir plantilla, eso está claro, porque esas plazas se vuelven a rellenar pronto”, sentencia el ingeniero.

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¿Cómo es vivir con el miedo a un ERE?

Dieciocho años, siete EREs. Inseguridad laboral en uno de los sectores que más dinero mueven en la actualidad. Precariedad creciente en un área donde el volumen de trabajo es casi tan elevado como las presiones y siempre planeando la sombra de un despido. “Hay que estar hecho de buena pasta para trabajar aquí”, reconoce Abel. “Es un sinvivir, hay desmotivación, hay mucho estrés, se prieta mucho al trabajador…” Los dos empleados conocen a compañeros que han tenido que coger una baja bien por estrés o bien por depresión. “Es estar en una constante preocupación, con ansiedad por la inseguridad”, comentan.

Un reto para el sindicalismo

Por el momento, siguen abiertas las negociaciones con los sindicatos, aunque mucho se temen que, como las veces pasadas, no haya acuerdo. El sector en sí supone un reto para los sindicatos y ellos mismos lo reconocen. No es fácil organizar protestas o incluso una huelga en esta empresa. “La gente se da por perdida fácilmente. No hay una cultura de la batalla sindical en este sector. Mucha gente trabaja desde casa o en las oficinas de los distintos clientes de Ericsson… No están en el centro de trabajo”, explica Santiago Sánchez, del STC.

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"No hay una cultura de la batalla sindical en este sector", lamenta el STC

Más inversión en formación de los trabajadores es una de las demandas de los sindicatos para paliar los despidos. La compañía afirma que sus empleados están “en constante formación” por la “naturaleza” del sector, y añade de que “sólo en el periodo de enero a septiembre de este años se han impartido más de 35.000 horas formativas”.

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