La editorial SM anuncia un ERE que afectará a 197 personas, casi un tercio de la plantilla

Uno de cada tres trabajadores del Grupo SM tendrá que abandonar su puesto de trabajo, según el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado por la editorial española especializada en materiales educativos y de literatura infantil, juvenil y religiosa, y fundada por la Compañía de María en 1940.

Los representantes de los trabajadores de la editorial se encuentran en plenas negociaciones del ERE, que en un principio afectará a 197 personas –lo que supone el 30% de la plantilla–. La empresa ha ofrecido como indemnización por las salidas que se produzcan las condiciones "mínimas establecidas por ley", según han señalado a Público desde el comité de empresa de la compañía.

Así, la primera propuesta de la editorial incluye una indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades (el mínimo legal). El comité asegura que ni siquiera contempla la voluntariedad de las bajas ni la posibilidad de efectuar prejubilaciones para paliar el daño causado a la plantilla.

Entre los trabajadores hay un enorme descontento y una creencia de que "el ERE no era la solución". Así lo están reclamando los trabajadores de la sede de Boadilla del Monte (Madrid), en pequeños paros de 15 minutos convocados cada día en la pausa para el bocadillo. El colectivo asegura que estos despidos solo agravarán la situación de precariedad que ya vive la mayoría de la plantilla, con sus salarios
congelados prácticamente desde 2009.

Imagen de los paros convocados por los trabajadores de la editorial SM en Boadilla del Monte (Madrid), en los que reclaman que "el ERE no era la solución". — Colectivo laboral del Grupo SM / CEDIDA A PÚBLICO

La editorial achaca el ajuste de plantilla a la mala situación económica provocada por el cambio del mercado educativo en los últimos años, con los sistemas de gratuidad o la creciente socialización de libros, entre otros factores, entre los que también se incluye el descenso de la natalidad.

Los trabajadores acusan de "mala gestión" a la empresa

Belén Carneros, portavoz de los trabajadores de la editorial, pone en duda que la razón de la mala situación económica del Grupo SM sea el cambio del mercado educativo y la relaciona directamente con la "mala" gestión de los directivos. "Hay otras empresas de nuestro mismo sector editorial que no han tenido que tomar estas medidas, y SM es de las más punteras, por lo que no se entiende", afirma.

"Lo que creemos es que hubo una mala gestión. Se ha echado mano de personas ajenas al sector del libro de texto, se han duplicado puestos de directivos sin ninguna justificación... se han tomado decisiones que han afectado a los resultados negativos de las últimas campañas, más allá de la situación del mercado educativo y editorial", declara Carneros en una conversación con Público.

La empresa justifica que toma esta medida para ser más "sostenible", pero tampoco aporta ningún plan de viabilidad para ello. En este sentido, la portavoz de los trabajadores asegura que "no solo van a destruir a casi 200 personas, sino que tampoco han explicado cómo pretende funcionar la empresa con la gente que se quedaría, es decir, los 488 compañeras y compañeros que seguirán trabajando".

Una editorial fundada por los religiosos marianistas

Llama la atención que esta situación se produzca en un grupo empresarial que tiene como pieza angular a la Fundación SM, creada en los años 1940 por los religiosos marianistas de España. Se trata de una entidad sin ánimo de lucro que, en palabras de la propia empresa, "desarrolla proyectos de investigación, de formación de docentes y de intervención en contextos sociales vulnerables, con criterios de equidad y calidad".

"Somos una editorial de libros de texto con una importante función social. SM siempre ha defendido una serie de valores que hemos aplicado en nuestro trabajo diario, pero ahora cuando se trata de aplicarlo a los mismos trabajadores de la empresa, no vemos esos valores presentes", expone Carneros.

El colectivo de trabajadores reclama, por tanto, un trato equitativo y justo, que tenga en cuenta el enorme sufrimiento personal, económico y social que supone un ERE de estas características.