Este artículo se publicó hace 8 años.
Cilleros: “La UGT no está satisfecha con el acuerdo PSOE-Ciudadanos”
El secretario de la federación de movilidad y consumo de UGT y uno de los tres candidatos a sustituir a Méndez quiere agilizar la organización y devolverle el orgullo y la ilusión. "Ya venimos llorados a este Congreso", afirma
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MADRID.- Mecánico de oficio, en 2005 comenzó a llevar las riendas de la federación de transportes de la UGT. Miguel Ángel Cilleros (Salamanca, 1962) se perfila hoy como el candidato preferido de Cándido Méndez para su sucesión, tras 22 años, en el 42º Congreso Confederal del centenario sindicato. Aunque no le gusta la etiqueta que le han colocado, tampoco esconde sus simpatías hacia quien se va a jubilar en tres días. Su propuesta es agilizar el sindicato, hacerlo más fuerte y recuperar la ilusión y el orgullo por las siglas que fundó Pablo Iglesias en el siglo XIX. "Ya venimos llorados a este Congreso", resume.
¿Qué balance hace de los 22 años de gestión de Cándido Méndez?
Superan las luces a las pequeñas sombras que haya podido tener en un tiempo tan amplio de gestión. Ha sido honesto, honrado y se ha dejado la piel por defender el modelo social y a los trabajadores de este país. Merece mi máximo reconocimiento.
¿Quizás le haya sobrado el último mandato?
Esa reflexión la tiene que hacer él. El resto tuvimos ocasión de plantearlo en el último Congreso y nadie lo hizo. Él mismo dice que quizás sea verdad, pero si él no lo vio, tampoco lo vimos el resto para invitarle a que se fuera.
Hay tres candidatos para sucederle. La primera vez que hay tantas candidaturas ¿Se puede interpretar como una profunda división interna?
Para nada es una fisura. Esto enriquece el debate interno. La sociedad ha cambiado en estos 22 años de Méndez. Los últimos cuatro, la dinámica del PP de sacrificar derechos de los trabajadores, empleados públicos y ciudadanía ha generado un debate de más participación, y nosotros como sindicato somos la realidad de la sociedad. Es algo normal y los debates son interesantes para configurar la organización
A usted se le pone la etiqueta de oficialista, de candidato preferido de Méndez. ¿Es así?
Es una etiqueta; no me la pongo yo. Él no lo ha hecho público, ni siquiera en privado. Pero tampoco renuncio a mi compromiso con él en el tiempo que ha estado en la Secretaría General. Cuando me tachan de oficialista es porque Méndez habla de una franja de edad para sucederle en la que yo me encuentro, pero también otros, la de 45 y 55 años. Coincido con él en eso y también para dirigir otras estructuras de la organización.
¿Qué propone usted? ¿Qué cree que necesita el sindicato?
Generar la ilusión que como organización sindical debemos trasladar. Venimos de una situación fastidiada con una política de la legislatura de los necios contra la línea de flotación del movimiento sindical y de la democracia. Pero a este Congreso ya venimos llorados y ahora toca el momento de la ilusión. Quiero que los cuadros de la UGT y los afiliados no estemos avergonzados, sino orgullosos de estar en una organización más que centenaria.
¿Qué cree que se puede hacer para evitar escándalos como el de Andalucía o el de Asturias? ¿Es transparente el sindicato?
No tengo ningún inconveniente en que tengamos los bolsillos de cristal. Prueba de trasparencia es que mañana haré una declaración de mi patrimonio, porque no tengo nada que ocultar. También vamos a aprobar una comisión de seguimiento de un código ético con personas ajenas a la organización que son quienes van a fiscalizar nuestro comportamiento.
Lo que ha habido este tiempo es egoísmo de algunos compañeros que no han asumido responsabilidades políticas. Por otra, ha faltado la valentía de algunos y de la Ejecutiva Confederal de no identificar esos comportamientos que entendíamos que se hacían mal. A mí me tocó muy próximo el temas de las tarjetas black y no dudé un segundo en exigir [a Ricardo] que abandonara la organización.
¿Cómo se puede restaurar la imagen del sindicato después de estos escándalos?
Para recuperar la ilusión tenemos que recuperar la credibilidad, la que nos ha robado el Gobierno quitándonos legitimidad con sus medidas. Con el Gobierno que salga creemos que se podrán restituir los derechos laborales y democráticos que había. Aunque también tenemos que hacer autocrítica, pero sin dejar de presumir de nuestros 128 años de historia. En los casos de malas prácticas hay de todo, desde mala gestión hasta enriquecimiento ilicitito personal. Reaccionamos rápidamente en la mayoría de los casos. Es un problema de personas, no de organización.
¿Está satisfecho con las medidas laborales y económicas que el PSOE ha acordado con Ciudadanos?
Hay que valorar que hay 15 millones de votos que piden el cambio. En este acuerdo del PSOE-Ciudadanos la UGT no está satisfecha, no contempla la derogación de la reforma laboral. Es una parte en la que se inicia el proceso de cambio. Se confirmará cuando de verdad se derogue la reforma laboral en su conjunto o en las materias que son dañinas. Cuando empecemos a ver eso será cuando podamos coincidir o discutir vía conflicto la situación de Gobierno, pero lo que no puede este país es ir a otras elecciones. Hay que pedir a los partidos que hagan un esfuerzo. No renunciamos a ser una organización socialista, pero cuando no coincidimos no nos ruborizamos por convocar conflictos.
¿Qué modelo de financiación ve más adecuado para los sindicatos?
Vivir de nuestros propios ingresos. Haremos cambios importantes en la gestión de los recursos y sería deseable una nueva ley de participación institucional. Me da envidia el modelo de algunos países donde la ciudadanía conoce perfectamente la financiación del sindicato, porque es pública. Nosotros negociamos para todos los trabajadores y eso implica una serie de gastos que asumimos las organizaciones sindicales. Por eso, todo lo que sea trasparente, cristalino para la sociedad, será buena vía de financiación.
Algunos candidatos proponen más participación de las bases en la toma de decisiones.¿Cómo lo ve?
Lo que algunos candidatos predican yo ya lo practico en la organización que represento actualmente. Si adelgazamos las estructuras y las cúpulas, tenemos que desarrollar la toma de decisiones por la base. Es una cuestión fundamental. No es igual predicar que dar trigo.
¿Qué opina de las voces que afean a los sindicatos cierta pasividad ante la oleada de recortes y pérdida de derechos laborales y sociales de los últimos años?
Si no han ido más allá con otras medidas en materia laboral ha sido por el papel de los sindicatos. Hemos estado a la defensiva, pero también hemos buscado fórmulas de acercamiento. Hemos hecho huelgas con Zapatero y con Rajoy, y después multitud de huelgas en empresas. No ha faltado la acción sindical ni hemos dejado de estar presente en ERES y fábricas en cualquier sector.
¿Es posible que se fusionen candidaturas durante el Congreso?
En una candidatura de consenso, yo no sería un problema. Pero no es un debate solo de personas, sino de conceptos diferentes.
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